Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Puesta en valor de la fachada del banco Nación

Con el armado de andamios contra la fachada del banco de la Nación Argentina, sobre calles Estomba y Moreno, esa entidad dio inicio a los trabajos de restauración y puesta en valor del exterior del inmueble. La primera etapa consiste en la reconstrucción de ornamentos faltantes, reparación de cornisas y otros elementos que se ubican en el frente, incluidos sus singulares atlantes.
Puesta en valor de la fachada del banco Nación. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca


 Con el armado de andamios contra la fachada del banco de la Nación Argentina, sobre calles Estomba y Moreno, esa entidad dio inicio a los trabajos de restauración y puesta en valor del exterior del inmueble.


 La primera etapa consiste en la reconstrucción de ornamentos faltantes, reparación de cornisas y otros elementos que se ubican en el frente, incluidos sus singulares atlantes.


 Posteriormente, se procederá a pintar el edificio, sin tener aún precisado qué color de pintura se adoptará.


 Otra novedad que incorporará el edificio es la instalación de un sistema de iluminación de la fachada, lo cual servirá para ser admirada en horario nocturno, tal cual ocurre, por caso, con la sede de la Bolsa de Comercio (avenida Colón y Chiclana), el ex banco de la Provincia de Buenos Aires (Alsina 60) o el propio Palacio Municipal.


 También se aprovechará el andamiaje montado para que una empresa local realice un trabajo de protección contra las palomas, colocando redes y púas en todo el contorno y elementos salientes.


 Los trabajos alcanzan un valor de 500 mil pesos y tienen un plazo de obra de cuatro meses.

"El más perfecto que existe en el país"






 Inaugurado el 17 de enero de 1921, el segundo edificio que construyó en nuestra ciudad el banco de la Nación Argentina fue definido, entonces, como "el más perfecto que existe en el país" como sucursal de esa entidad.


 Instalado en Bahía Blanca en 1892, recién en 1904 el banco dispuso de casa propia, con un majestuoso edificio levantado en la esquina de la avenida Colón y Estomba (actual sede de la Aduana Nacional), diseñado por el arquitecto Alejandro Christophersen.


 Ese lugar quedó chico al poco tiempo, ante una clientela que creció a tono con el progreso local. De allí la decisión de levantar un nuevo edificio, a pocos metros del lugar.


 Diseñado por el ingeniero Juan Ochoa y construido por Baldassarre Zani, la sede siguió los lineamientos propios de la arquitectura bancaria del siglo XIX: un edificio cerrado, para ocultar el manejo de las riquezas y defenderlas; un "banco-cofre", donde los dineros de la gente estarían seguros.


 Levantado sobre una estructura de hierro adquirida a la empresa capitalina Pedro Vasena e Hijos, la fachada responde al estilo neoclásico, con dos pares de columnas gigantes flanqueando el acceso y una nutrida decoración que incluye "autóctonos" atlantes indígenas.


 La construcción fue considerada, en 1921, como "la más grande y suntuosa sucursal del banco fuera de la Capital" y un testimonio concreto del crecimiento de una ciudad que ya buscaba, según escribiría siete años después el poeta Carlos Alberto Leumann (Himno de Bahía Blanca), "su gloria mundial".

La primera estación de servicio estatal






 El banco de la Nación añade una curiosidad adicional a su propia historia: En su vereda, la empresa petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) inauguró su primera estación de servicio en Bahía Blanca.


 Efectivamente, el 11 de abril de 1930, YPF instaló en el lugar un solitario surtidor, con su respectivo encargado, invitando a los automovilistas locales a "hacer patria" cargando nafta nacional. El servicio tuvo creciente demanda y es simple imaginar los inconvenientes que generaron al tránsito las colas de interesados en comprar la entonces denominada "nafta rosada".


El año que el banco se mudó







 El edificio inaugurado en 1921 recibió diferentes intervenciones, buscando responder a las demandas de los nuevos tiempos. Una de ellas se llevó adelante en 1964, refacción que costó "la vida" a todos los pisos de madera, reemplazados por baldosas graníticas de 40 centímetros de lado.


 También se demolieron entonces los canteros existentes a ambos lados del ingreso, siguiendo el frente retirado de la línea municipal.


 Una única vez el banco abandonó el edificio, para permitir tareas de remodelación. Ocurrió el 18 de junio de 1983, cuando la entidad se instaló en la esquina de San Martín y Las Heras, donde funcionara, durante años, la firma Régoli Hermanos.


 Durante la obra, que demandó dos años, se colocó en la fachada el zócalo de granito natural color gris que luce actualmente, se reordenaron los mostradores y se renovaron, una vez más, los pisos de planta baja.
Mario Minervino