Bahía Blanca | Sabado, 23 de agosto

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Hace 60 años, se inauguraba el monumento a Rivadavia

El 19 de julio de 1946, se inauguró, en el centro de la plaza homónima en nuestra ciudad, el monumento a Bernardino Rivadavia, luego de 40 años de propuestas, trámites y frustraciones. De tal manera, se concretaba un gran anhelo de los bahienses, quienes, desde 1905, intentaban tributar ese homenaje a quien fuera uno de los primeros hombres en sugerir la instalación de una población en esta región.
Hace 60 años, se inauguraba el monumento a Rivadavia. Opinión. La Nueva. Bahía Blanca


 El 19 de julio de 1946, se inauguró, en el centro de la plaza homónima en nuestra ciudad, el monumento a Bernardino Rivadavia, luego de 40 años de propuestas, trámites y frustraciones.


 De tal manera, se concretaba un gran anhelo de los bahienses, quienes, desde 1905, intentaban tributar ese homenaje a quien fuera uno de los primeros hombres en sugerir la instalación de una población en esta región.


 Aquel viernes de 1946 fue declarado feriado, en Bahía Blanca, para facilitar la asistencia de la ciudadanía al acto. Cerca del mediodía, el gobernador Domingo Mercante, acompañado por diez legisladores provinciales y diecinueve nacionales (entre ellos, Héctor J. Cámpora), y el comisionado municipal Julio César Avanza, inauguraron el monumento.


 Mercante fue el primero en leer su discurso, alabando la figura de Rivadavia.


 "Decantada ya de las inevitables discrepancias ideológicas y las no menos inevitables pasiones del partido, que perturban el juicio de la posteridad, la figura de este insigne patriarca --por Rivadavia-- ha quedado definitivamente consagrada como la de un visionario y primer propulsor del progreso material y social de la República", señaló el gobernador.


 Similar catalogación tuvo en sus decires el comisionado Avanza: "Será este monumento de don Bernardino Rivadavia expresión manifiesta y clara de una firme voluntad y será, para todo el pueblo de Bahía Blanca, un galardón preciado que ha de significarle diariamente una lección de inspiración viva, de la grandeza de la Patria", señaló.


 Luego de las palabras, los debidos aplausos y la ejecución del himno a Rivadavia, hubo un almuerzo popular en la barraca Othacehé y, por la tarde, Mercante atendió 41 audiencias pactadas con organismos y vecinos de la ciudad.

La obra




 Diseñado por el escultor Luis Carlos Rovatti, el monumento consta de un pedestal revestido en mármol travertino.


 Dos de sus caras contienen sendas cariátides talladas en piedra travertina, mientras que las otras dos muestran, realizadas en bronce, las figuras de Rivadavia, de frente al Palacio Municipal, y la de una mujer con un niño, simbolizando la obra benéfica del primer presidente.


 En el remate, se ve "La Ofrenda", una mujer en actitud de caminar (su capa elevada por el viento), simbolizando la ofrenda a la ciudad, con su mano extendida.


 Bernardino Rivadavia fue el primer presidente de los argentinos, cargo que ejerció durante 15 meses, hasta su renuncia, y uno de los hombres más influyentes y polémicos de su tiempo.


 Con una sangrienta guerra civil azotando el país decidió, en 1829, radicarse en Francia. Regresó en 1834, pero su desembarco fue abortado por Juan José Viamonte, por lo cual se instaló en Uruguay, Brasil y, finalmente, en Cádiz, España, donde falleció, el 2 de septiembre de 1845.


 Pese a su expreso deseo de "no regresar jamás a Buenos Aires", sus restos fueron repatriados en 1857 e inhumados en la Recoleta.


 En 1932, fueron trasladados al mausoleo construido en su memoria en la plaza Miserere, en el porteño barrio de Once.

Un prócer sin actos ni flores




 Según es costumbre en nuestro país, a los próceres se los recuerda en coincidencia con el día de su fallecimiento.


 Rivadavia murió un 2 de septiembre de hace 161 años, pero, desde hace mucho tiempo, nadie coloca ofrendas florales al pie de su monumento, en esa ni en ninguna otra fecha.


 Su nombre y accionar han caído, de alguna manera, en "desgracia" dentro de la historia argentina, según la visión de algunos revisionistas.


 Si bien es considerado un prócer de "segunda línea", su nombre genera, después de Juan Manuel de Rosas, las más fuertes polémicas entre los estudiosos.


 Una curiosidad adicional: Una única vez Rivadavia lució su rostro en un billete argentino. Fue en el papel de un austral, moneda implementada durante el gobierno de Raúl Alfonsín.


 Otro componente curioso del monumento bahiense, es la "leyenda popular" (nunca comprobada, pero tampoco jamás refutada) que asegura que el bronce de Rivadavia está donde está, esto es de espaldas a la Catedral, por los duros y persistentes enfrentamientos que el primer presidente mantuvo con la Iglesia Católica.


 Rivadavia suprimió los fueros eclesiásticos, confiscó las propiedades de las órdenes religiosas y creó instituciones (como la Sociedad de Beneficencia) que competían en áreas de poder e influencia de la Iglesia.