Bahía Blanca | Miércoles, 08 de octubre

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Abultados montos en facturas de EDES

No son pocos los casos de bahienses que, en los últimos tiempos, recibieron abultadas facturas de la Empresa de Distribución de Energía Sur SA (EDES). La empresa reconoce que, el mes último, labró cerca de 900 actas por distintas irregularidades, un número que, de un año a esta parte, se ha cuadruplicado.
Soledad Espina. (Miguel González-LNP)


 No son pocos los casos de bahienses que, en los últimos tiempos, recibieron abultadas facturas de la Empresa de Distribución de Energía Sur SA (EDES).


 La empresa reconoce que, el mes último, labró cerca de 900 actas por distintas irregularidades, un número que, de un año a esta parte, se ha cuadruplicado.


 Más allá de que la multiplicidad de casos contempla a no pocos inescrupulosos capaces de cualquier artilugio para frenar el consumo, también suman varios los usuarios que se sienten sorprendidos en su buena fe por el accionar de la empresa.


 Es más, consideran que, ante la virtual ausencia en el cumplimiento de sus funciones del Organismo de Control de la Energía Eléctrica de la provincia de Buenos Aires (OCEBA), no tienen a quién recurrir para hacer valer sus derechos.


 En esta última tipificación puede encuadrarse el caso de Soledad Espina, una vecina del barrio Los Horneros que, en promedio, abona unos 76 pesos bimestrales, en concepto de gasto energético.


 "Una sola vez llegué a 110 pesos y llamé a EDES, porque el gasto difería en mucho al de los vecinos, a pesar de que todas las lámparas de nuestra casa son de bajo consumo. Después, pude comprobar que la heladera no cortaba el arranque del motor y, una vez solucionado el inconveniente, no hubo más problemas", explicó.


 Sin embargo, tiempo después, recibió una factura complementaria por valor de 313 pesos, ante una supuesta irregularidad detectada por EDES.


 "Desde su colocación, el medidor estuvo inclinado hacia el lado derecho. Cuando lo hice notar, en EDES me respondieron que ese no era un problema y nadie vino a supervisar que estuviera bien colocado; ni siquiera cuando pasaban a comprobar el consumo", destacó.


 Ante la intimación, Espina expresó su descargo ante la empresa, pero, pese a la promesa de rápida respuesta, no tuvo mayores noticias, hasta que le llegó un aviso de interrupción del suministro.


 "Informé de la situación al OCEBA y me indicaron que dejara constancia del caso en el libro de quejas de EDES. En la empresa, ni siquiera me mostraron el expediente y tampoco tuve respuestas", añadió.


 Con la excusa de que los precintos había sido violados, personal de EDES procedió a reemplazar el medidor, colocando uno digital.


 "Después que me reemplazaron el medidor, llegó el escribano en un remise, para constatar la tarea que se estaba realizando. Me da impotencia tener que pagar por un delito que no cometí, pero, ante un contrato de concesión tan abusivo como el que tiene EDES, al usuario le quedan nulas expectativas de que su reclamo tenga éxito", sostuvo, con resignación, la mujer.


 Espina reconoció que el usuario es custodio de su propio medidor, "pero, como están en la calle, poco puede hacerse. En la oficina local de Defensa del Consumidor, me dijeron que no podían hacer nada y sólo me queda esperar que el OCEBA se expida".


 Con la colocación del nuevo medidor, no acabaron los sobresaltos para Soledad Espina.


 "Acabo de recibir otra nota de EDES, en la que se hace mención a que, debido a la utilización de las lámparas de bajo consumo, nuestra vivienda tiene un bajo factor de potencia. Por tal razón, la empresa también cobra esa diferencia entre la potencia entregada y la que realmente se consume", concluyó.

El caso testigo




 En 1995, un vecino de Capitán Bermúdez al 3000 adquirió un predio en el que construyó una vivienda con fines recreativos.


 Recién a principios de 1999 la casa estuvo en condiciones de ser habitable, razón por la cual, durante los cuatro años que duró la construcción, los consumos energéticos resultaron ínfimos.


 Sin embargo, en mayo de ese mismo año, el vecino del barrio El Nacional recibió una nota de EDES citándolo a la oficina de Irregularidades de la empresa, a fin de tratar un supuesto ajuste de consumo y de anoticiarlo de una factura complementaria por la nada despreciable suma de 8.665,28 pesos.


 La prestadora del servicio explicó que se había detectado una irregularidad en la bornera del medidor y que, por tal motivo, se habían recalculado y ajustado los consumos facturados.


 El usuario rechazó de plano las supuestas irregularidades detectadas, ya que no se encontraba presente en el momento de la constatación, observando, asimismo, que no se respetaron los recaudos mínimos para la comprobación del hecho.


 Por otra parte, interpuso el reclamo pertinente ante el Organismo de Control de la Energía Eléctrica de la provincia de Buenos Aires (OCEBA), aunque la falta de respuestas del citado organismo y la amenaza latente del corte de suministro efectuada por EDES mediante el aviso pertinente lo llevaron a interponer una demanda judicial.


 Después de las sucesivas instancias judiciales, le dieron la razón al usuario: en marzo de 2004, la Suprema Corte de la Provincia resolvió impugnar la factura complementaria emitida por EDES y se peticionó la rectificación de los débitos del usuario, debiendo la empresa hacerse cargo de las costas del juicio.


 Los doctores Miguel Cravero y Ariel Bugarini fueron los asesores legales del vecino que logró torcer el brazo a la Empresa Distribuidora de Energía Sur, constituyendo un caso testigo para la ciudad.


 "A partir de ese caso, hemos recibido muchas consultas al respecto, porque no son pocos los vecinos de esta ciudad que reciben este tipo de facturas complementarias por parte de EDES", explicó Cravero.


 El letrado dijo que la empresa, cuando alega la detección de supuestas irregularidades en el medidor domiciliario, puede realizar un reajuste hacia atrás (de hasta cuatro años) de la facturación, adjuntando una factura complementaria por esa diferencia.


 "Como el medidor está en la casa del usuario, siempre se le achaca a él cualquier irregularidad que la empresa aduzca, quedando a criterio de EDES la resolución de la diferencia entre lo que se facturó y lo que supuestamente debió haberse facturado", indicó Bugarini.


 Los letrados hicieron hincapié en que, además de un recurso de amparo, realizaron la presentación de una medida cautelar de no innovar, por lo que el juez ordenó a EDES, bajo apercibimiento, que se abstuviera de cortar el servicio al usuario mientras durase el proceso.


 "En el caso del vecino del barrio El Nacional, se comprobó, mediante un peritaje, que la empresa había cambiado el medidor por uno nuevo que funcionaba correctamente, por lo que no podía imputarse error alguno al usuario.


 "De tal manera, se impugnó la factura y la Justicia ordenó que el cobro se realice de acuerdo con los valores históricos que venía abonando el usuario", acotó el doctor Cravero.


 A raíz de este fallo, la empresa varió su drástica postura inicial y evidenció cierta predisposición a reconocer los reclamos, aunque no por eso dejó de emitir facturas complementarias que, en la mayoría de los casos, significan sumas más que abultadas.

Para tener muy en cuenta




 La ley 24.240, que versa sobre Defensa de los Consumidores, establece, en su artículo 31, que, cuando una empresa de servicio público domiciliario facture, en un período, un importe que exceda en un 75 por ciento el promedio de consumo efectivo del usuario en los 12 meses inmediatos anteriores (estacionales), se presume error en la facturación y el usuario debe abonar únicamente el valor de dicho promedio.

La opinión de la empresa




 El contador Roberto Grioli, gerente comercial de EDES, reconoció que la empresa está realizando los procedimientos de rutina para el control de irregularidades y, que, en tal sentido, "no hay nada que no sea habitual".


 "Los procedimientos de detección de fraude los realizamos en base a quiebres de consumo, por barridos puntuales o por sectores. Ahí se detectan irregularidades que, por allí, causan alarma cuando llega la factura", añadió.


 Según el funcionario, EDES revisa los medidores, verifica los eventuales retrasos que puedan llegar a tener, y "si el cliente nos presenta documentación que avale su reclamo, siempre estamos dispuestos a revisar la facturación", destacó.


 "Si se detecta alguna anomalía, se calcula la facturación de acuerdo con la revisión que se hizo del medidor y se emite una factura complementaria", agregó.


 De acuerdo con el contrato de concesión, la empresa puede tomarse hasta cuatro años para refacturar, según el tipo de irregularidad que se detecte.


 "Pueden cometerse fraudes mediante conexiones directas, o bien, que el medidor haya sufrido alguna alteración que no sea visible. Ante un medidor trabado o que no funcione correctamente, la empresa puede refacturar hasta un año para atrás", sostuvo.


 A manera de ejemplo, Grioli citó que, ante la presencia de precintos adulterados, la empresa cobra una transgresión, que no comprende el uso energético, que ronda los 300 pesos.


 "Ante la realidad económica que estamos viviendo, hay gente que admite que cometió un delito, pero asegura que no puede pagar, por lo que evaluamos cada caso y, en algunas situaciones, llegamos también a ofrecer planes de pago", agregó.


 Grioli también aseguró que las 13 sucursales que tiene EDES en la zona, incluyendo a Bahía Blanca, realizan la misma metodología de detección de irregularidades.


 "El mecanismo utilizado es que el autoriza la regulación del servicio y se aplica en toda el área de concesión", afirmó.


 El contrato de concesión indica que la revisión del medidor debe realizarse en presencia de autoridad policial, escribano público o un representante del OCEBA.


 "Si el cliente está, lo llamamos para que vea lo que realizamos y, de lo contrario, la presencia de alguna autoridad es suficiente prueba como para realizar el operativo", explicó.


 El gerente comercial de EDES dijo que, para la empresa, "los porcentuales de detección de fraude no son tan elevados, porque del total de verificaciones que realizamos y teniendo en cuenta que tenemos 116 mil clientes, apenas en el 12 por ciento de los casos se constatan irregularidades".


 "En términos absolutos, no es alta la cantidad, aunque, en términos relativos, puede que la cifra sea considerable, porque indica que hay un alza en los ilícitos que se cometen", concluyó.