Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

Bahía Blanca al alcance de la mafia de las autopartes

El primer minuto del 10 de marzo de 2003, Leonardo Nicolás Fisher supo que lo estaban siguiendo. La inseguridad del Conurbano agudiza el sentido de alerta y él tuvo la sensación de que algo no andaba bien con el Corsa gris que circulaba, como agazapado, detrás del suyo. Faltaban apenas unos metros para llegar a su casa, en Erezcano 378, de Almirante Brown. Encendió las balizas y se detuvo, con la atención fija en el auto que, lentamente, pasó a su lado. En el interior, alcanzó a descubrir, con inquietud, la silueta de cuatro personas. No quiso dar la espalda a la calle, así que colocó la marcha atrás en su Corsa azul metalizado, para entrar en su casa...
Bahía Blanca al alcance de la mafia de las autopartes. Opinión. La Nueva. Bahía Blanca


 El primer minuto del 10 de marzo de 2003, Leonardo Nicolás Fisher supo que lo estaban siguiendo. La inseguridad del Conurbano agudiza el sentido de alerta y él tuvo la sensación de que algo no andaba bien con el Corsa gris que circulaba, como agazapado, detrás del suyo. Faltaban apenas unos metros para llegar a su casa, en Erezcano 378, de Almirante Brown. Encendió las balizas y se detuvo, con la atención fija en el auto que, lentamente, pasó a su lado. En el interior, alcanzó a descubrir, con inquietud, la silueta de cuatro personas. No quiso dar la espalda a la calle, así que colocó la marcha atrás en su Corsa azul metalizado, para entrar en su casa...




 ... a 700 kilómetros de allí y menos de un mes después, el 8 de abril de este año, una voz anónima alertó por teléfono al Comando de Patrullas de Bahía Blanca, sobre que en un inmueble de la calle Láinez, entre el 2275 y el 2281, se cortaban vehículos de procedencia ilícita. La llamada desató un operativo de vigilancia. Al cabo de dos horas, salió del lugar una camioneta Dodge roja, con una franja blanca.


 La policía la detuvo e identificó al conductor y al acompañante: Angel Artigas y Marcelo Andrés Ocampo. En el interior, había un talonario del desarmadero Láinez y tarjetas de un negocio de la calle Brandsen 143: Autopartes Leo.


 La policía manejaba también otro dato aportado por testigos: dos individuos con una camioneta vieja, roja y blanca, habían estado descargando autopartes en un galpón de Láinez y Misioneros.


 Con estas tres direcciones de base, se iniciaron las primeras actuaciones del mayor operativo contra las mafias de la comercialización de autos robados radicadas en Bahía Blanca, y que avanzó en los últimos días con cuatro personas detenidas y dos prófugas.

Requisas




 Al día siguiente de interceptar la camioneta roja, se allanó el desarmadero de Láinez 2281, donde se secuestraron varias autopartes con la numeración suprimida. Entre ellas, el casco sin techo de un Corsa azul metalizado, al que se le había cortado el sector del piso donde figuraba la numeración del chasis.


 Veinticuatro horas después, la justicia cayó sobre el galpón de Láinez y Misioneros, donde se repitió la historia de autopartes con numeración suprimida.


 Los allanamiento tomaron, rápidamente, estado público. Muy temprano en la mañana del 11, el jefe de la Departamental local, comisario mayor José María Cabada, realizó declaraciones a LU2 Radio Bahía Blanca, en las que adelantó que se seguirían haciendo operativos, lo que le valió una sanción de la juez de Garantías, doctora Gilda Stemphelet.


 Ese mismo día, Autopartes Leo, de Brandsen 143, no abrió sus puertas, lo que a varios vecinos les resultó muy raro. Durante gran parte de la mañana, una comisión judicial y policial vigiló el frente, esperando la orden para ingresar.


 El comercio estaba cerrado, pero, en el fondo, se podía ver una luz, aunque nadie entró ni salió, al menos por la puerta principal.


 Cuando, finalmente, un cerrajero logró abrir la puerta, se descubrió que el comercio había sido prácticamente desmantelado.


 Los investigadores sospechan que todo ocurrió mientras ellos estaban afuera. Es que en el fondo hay una puerta, con un candado abierto; desde allí se sale a un patio, donde un montón de chatarra hace de escalera para acceder a un terreno, que da hacia la calle San Martín.


 La computadora principal no estaba, aunque sí había rastros sobre el escritorio, que indicaban que había sido recientemente removida. Sin embargo, se encontraron una PC vieja, algunos papeles y, por supuesto, autopartes dudosas.


 El responsable del comercio se llama Leonardo Ferrero y es oriundo del Gran Buenos Aires. También lo es del galpón de Láinez y Misiones, del desarmadero de Láinez y de otro, ubicado en Gorriti 85, según surgiría días después, cuando se allanó su domicilio en Nicaragua 1650.


 Allí, además, se realizó un hallazgo clave: varios boletos de compra-venta de la Fiscalía de Estado que, según los peritos, son falsos.


 Los operativos continuaron, el 17 de abril, en otros dos lugares: el galpón de Gorriti 85 y una obra en construcción, también de Ferraro, en Washington y Pilmaiquén. En ambos lugares se incautaron autopartes con la numeración suprimida.


 El resultado de los cinco operativos fue analizado y se detectó que algunas autopartes correspondían, al menos, a nueve vehículos que habían sido robados en distintas partes del país.




 ... el Corsa azul metalizado estaba a punto de entrar en la casa de Erezcano 378, en Almirante Brown. Leonardo Nicolás Fisher seguía inquieto; sabía que en ese momento era más vulnerable, si esos cuatro que lo seguían querían asaltarlo. Y, además, podían obligarlo a entrar y entonces... La figura humana recortada en la oscuridad de la medianoche contra el parabrisas le indicó que, desde el principio, su intuición fue cierta. Ahora, le apuntaban con un arma a la cabeza, justo frente a su casa.

Una banda de profesionales




 Con el resultado de los cinco allanamientos de abril, los investigadores policiales y de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 4, a cargo de la doctora Claudia Lorenzo, tuvieron casi la certeza de no estar ante compradores ocasionales de piezas robadas; mucho menos, ante comerciantes de buena fe.


 Por ello, decidieron que la investigación debería estar orientada a probar la hipótesis de que dieron con una banda organizada, que operaba en Bahía Blanca desde hacía tiempo, con un sistema profesional y aceitado. La idea fue encerrarlos por asociación ilícita.


 Los sospechosos apuntados fueron Leonardo Ferrero; su mujer, Patricia Verónica Huerta Cornejo; Alberto Artigas, Marcelo Ocampo y Hernán Irigoyen. Además, se detectó a una sexta persona que, con el correr de la investigación, aparecería como una de las figuras claves: Fabio Adrián Miguens.


 Miguens tiene 37 años, vive en el barrio Patagonia y operaba, según los investigadores, bajo la fachada de ser el propietario de negocios de fotocopiadoras, pero, en realidad, trabajaría codo a codo con Ferraro.


 Tiene, además, antecedentes en la justicia provincial, y la justicia federal lo investiga o investigó por falsificación de moneda. Es oriundo del barrio San Martín, en la esquina de Pueyrredón y Teniente Farías.


 "Pasó de un llamativo Jeep rosa a una camioneta de gran porte", explican quienes lo conocen. Muchos afirman que tiene un carácter bonachón y afable. Otros, piensan que tal vez sea capaz de engañar a las personas más cercanas durante años.


 Además, es un personaje histórico: fue el primer argentino condenado por fotocopiar libros, tras una denuncia penal del actual camarista federal, doctor Néstor Montezanti.


 La investigación para obtener pruebas suficientes en contra de la presunta banda duró unos tres meses, durante los cuales se fueron delineando las actividades y las responsabilidad de cada uno de sus integrantes...




 ... Leonardo Nicolás Fisher quedó inmóvil. Un hombre de alrededor de 1,70 metros, tez trigueña, jeans y remera, lo estaba encañonando con una pistola oscura. Su auto quedó atrapado entre su casa y el Corsa gris que lo había seguido. "Quedáte tranquilo y bajáte del auto", le ordenó el de los jeans, al mismo tiempo que dos delincuentes más se bajaban del auto y también le apuntaban con armas. Uno de ellos usaba una camiseta de Independiente. Fisher supo que iban por el auto, pero le preocupaba la casa; más aún cuando le preguntaron quién estaba adentro. Aterrado, esperó lo peor.

Armar el rompecabezas




 Ya han pasado tres meses desde los primeros allanamientos, tiempo durante el cual se ha realizado un trabajo de hormiga. Se han clasificado todas las autopartes secuestradas y se ha logrado armar e identificar varios vehículos.


 Se descubrió, al menos, casi una decena con pedidos de secuestro por robos y hurtos en el Gran Buenos Aires: una combi Peugeot Boxer, un Peugeot 405, un Fiat 128, un Citroen, un acoplado, un Peugeot 306, una camioneta Ford F-100, una caja térmica marca Mercedes Benz y un Corsa azul metalizado.


 El trabajo de inteligencia arrojó, además, pruebas firmes sobre la operatoria y qué rol jugaba cada uno de los sospechados de integrar la presunta organización.


 La hipótesis judicial estableció que la actividad, en la ciudad, se iniciaba cuando los autos de procedencia ilícita llegaban al taller de la calle Láinez 2281, lugar que alquilaba Ferrero, con Miguens como fiador.


 Allí, Angel Alberto Artigas y Marcelo Pablo Andrés Ocampo (los dos que iban en la vieja Dodge roja con una franja blanca), serían los encargados de cortarlos.


 Las autopartes así logradas eran reinsertadas en el circuito comercial desde el negocio Autopartes Leo, atendido por Hernán Alfredo Irigoyen, quien, según la investigación, estaría al tanto de todo y participaría de las maniobras.


 Autopartes Leo, además, mantendría estrecha relación comercial con otro negocio similar ubicado en Berazategui y denominado Leo Repuestos de Autopartes. Ese negocio está a nombre de la mujer de Ferrero, Patricia Huerta Cornejo.


 El resto de los galpones y lugares allanados tendría como fin "enfriar" los vehículos o servir de simples depósitos de autopartes o chatarra.


 En cuanto a Miguens, la hipótesis avalada, prima facie, por la justicia, le asigna dos funciones. Por un lado, sería el socio o cabeza de la organización con Ferrero (se cree que continuó el negocio de Autopartes Leo, luego de que Ferrero huyera, justo antes del allanamiento de principios de abril) y, además, proveería la documentación apócrifa de los vehículos.




 ... el 8 de julio, Leonardo Fisher no había olvidado detalle de lo ocurrido el 10 de marzo, aunque se sorprendió cuando un comisario mayor que se identificó como Costa, le preguntó si era el titular de un Corsa azul metalizado.


 El le contó lo que pasó aquella medianoche: los cuatro hombres que le apuntaban y amenazaban con ingresar en su casa de Erezcano, en Almirante Brown, simplemente habían terminado por robarle el auto, justamente el mencionado por José Luis Costa.


 Fisher no supo, en ese momento, que estaba hablando con el jefe operativo de la investigación de la mafia de los desarmaderos en Bahía Blanca, el hombre con más experiencia en el análisis de comunicaciones del país y quien fue vital en investigaciones de la magnitud del caso Cabezas, del doble crimen de María Victoria Chiaradía y Héctor Horacio Iglesia Braun, del caso Perel y del escándalo de las prostitutas muertas en Mar del Plata.


 Costa --quien falleció el sábado por una enfermedad dejando, según los funcionarios judiciales que trabajaron con él, un vacío enorme en la lucha contra el crimen-- estaba tras las huellas de uno de los vehículos secuestrados en abril. Buscaba confirmar y, de ser posible, reconstruir el robo originario, para aportar pruebas con que la justicia pudiera armar el caso. Fisher reconoció por fotos su auto, y luego viajó a Bahía Blanca, para verlo de cerca. No hubo dudas: el Corsa azul metalizado que le fue robado a mano armada en la puerta de su casa, había viajado casi 700 kilómetros, hasta Bahía Blanca, donde la organización supuestamente comandada por Ferrero y Miguens, lo vendería en partes.

Todo listo para asestar el golpe a la banda




 Con las pruebas aportadas por la comisión Costa, la fiscal Claudia Lorenzo solicitó la detención de todos los involucrados y varios allanamientos más.


 La actividad se inició muy temprano, el martes de la semana pasada.


 Los policías que fueron llegando a la puerta de la fiscalía, no sabían adónde irían.


 En los procedimientos fueron detenidos todos, menos dos: Ocampo y Ferrero. En la casa de éste, donde se apresó a su mujer, se secuestró un paquete con aspecto de encomienda. En su interior, estaba el pasaporte del prófugo, a punto de serle enviado.


 En su casa de Quillén 1, Miguens no se sorprendió; es más, mostraba un aspecto tranquilo. Sólo quería saber a quiénes más detuvieron.


 Pero la cara le cambió cuando le comunicaron que la juez de Garantías decidió detenerlo como presunto jefe de una asociación ilícita, y no sólo por encubrimiento.


 Tal vez sabía que el delito por el que lo acusaron, lo mantendrá preso más de lo que esperaba.


 Dicen que la investigación fue un éxito, pero, también, que muy posiblemente no termine acá y que, tal vez, llegue muy alto.


 De hecho, el robo a mano armada contra Leonardo Fisher, no es el único de estas características con conexiones en Bahía Blanca.


 También se encontró un parabrisas que perteneció a un auto sustraído casi en forma calcada al Corsa azul metalizado, en el Conurbano.


 Esto hace sospechar a los investigadores que, tal vez, desde la ciudad se maneje no sólo la parte de la comercialización, sino la cadena delictiva completa, es decir, el encargue, el desguace y la venta.