El “Ciclón” no fue tal y Olimpo lo sacó definitivamente de la lucha por el título

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

Por Pablo Andrés Alvarez / nombre@lanueva.com

La fuerte localía que edificó Olimpo en el cierre del certamen Julio Grondona se cobró ayer otra víctima.

Y fue, ni más ni menos que San Lorenzo, que llegó a Bahía Blanca con la obligación de sacar un resultado positivo para seguir vivo en la lucha por el título y se fue con las manos vacías.

El 2-1 premió la inteligencia de un equipo (el de Diego Osella) y castigó los nervios de otro (el visitante).

A la escuadra azulgrana se le derrumbó la ilusión tras el gol de Hernán Encina, en el cierre del primer tiempo y en la segunda llegada a fondo del local en toda la fracción.

Hasta allí, el Santo fue cómodo dominador de las acciones, pero no logró cristalizar en la red esa superioridad que mostró en el campo de juego.

Mientras Mercier crecía en la recuperación, Buffarini y Mas se proyectaban y Blanco y Barrientos se movían por detrás de la línea de contención aurinegra, el visitante mostró decisión para buscar el arco de Ezequiel Viola.

Pero los pases profundos no encontraron definidor y Olimpo logró salir indemne de un lapso en el que no encontró la pelota y quedó prácticamente acorralado.

Incluso, en la única situación que pudo salir de contragolpe, Encina desairó a Mas, pero su remate final se fue desviado

La falta de eficacia comenzó a afectar al conjunto de Edgardo Bauza y el nerviosismo jugó su propio partido.

De a poco, el aurinegro salió del asedio. Blanco y Cobo ajustaron marcas, Encina gravitó por la derecha, Acuña preocupó por presencia y Amoroso complicó con sus habituales corridas.

Y, con paciencia, metió el golpe de nocaut. Encina armó la jugada por su carril, tiró una pared con Acuña, dejó tendido a Yepes y definió con categoría ante el achique de Sebastián Torrico.

El 1-0, a escasos minutos del cierre de la primera etapa, fue un daño que San Lorenzo no logró asimilar.

Y encima, a la vuelta de los vestuarios, Walter Acuña se valió de una frágil defensa de Emmanuel Mas para concretar el 2-0 con un potente remate esquinado, inatajable para Torrico.

Dos goles abajo y con la necesidad como principal enemiga, San Lorenzo perdió la compostura equipista.

Con Mercier como abanderado, pero desordenado en su búsqueda, el elenco de Bauza halló esperanza con el descuento de Mauro Matos, quien definió la única jugada colectiva que concretaron sus compañeros en la etapa complementaria.

Con poco más de 20 minutos por delante, el visitante se fue consumiendo en sus propios nervios. Abusó del pelotazo, quedó expuesto a los contragolpes y sumó mucha gente en ataque, pero sin abastecedores.

Olimpo soportó a pie firme con los despejes de Marcelo Herrera (hasta que salió lesionado) y pudo haber estirado las diferencias, pero falló en las réplicas.

Así, el aurinegro se dio el gusto de cantar 33, meterse en la liguilla y sacar de la pelea grande a San Lorenzo.