Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Lunes sin carne: ¿La ganadería es parte del problema o de la solución?

El IPCVA salió al cruce tras la aprobación del proyecto de interés ambiental.

Carne argentina de exportación. / Fotos: Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   Para el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), se trata de un alimento de alta calidad y rico en nutrientes esenciales, así como los sistemas para su producción mejoran la fertilidad del suelo, evita la erosión y es beneficioso para la biodiversidad.

   Esto viene a cuento tras la aprobación, en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de un proyecto de declaración de interés ambiental para la campaña global Lunes sin carne.

Se trata de una adhesión a la campaña internacional —sin fines de lucro— que alienta a las personas a no comer ningún tipo de carne los días lunes.

   Entre los argumentos del organismo para salir al cruce del proyecto, se indica que “los sistemas de producción basados en el pastoreo contribuyen a mejorar la fertilidad del suelo, evitan la erosión, son beneficiosos para la biodiversidad y, en el caso particular de la agrosilvicultura, adicionalmente mejoran los ingresos de los productores derivados de la madera y el ganado que pastorea las forrajeras implantadas en el monte”.

   También que la “carne es un alimento de alta calidad, bien conocido por los seres humanos, rico en nutrientes esenciales, como los aminoácidos de alto valor nutritivo que nuestro cuerpo no puede sintetizar en las cantidades adecuadas, EPA (ácido eicosapentanoico), DHA (ácido docosahexaenoico) omega-3, hierro hem, vitaminas B12 y D3, creatina, carnosina, taurina, particularmente importante en el desarrollo cerebral de los bebés”.

   Asimismo, que “esto es relevante, ya que estudios llevados por equipos de profesionales del Hospital Garrahan, de Buenos Aires, han demostrado el riesgo, particularmente en lo que hace a deficiencia de vitamina B12, que corren las madres veganas que no incluyen carne en sus dietas antes de la concepción hasta el final de la lactancia materna”.

   Desde el IPCVA se asegura que un caso semejante lo constituyen comunidades que presentan inmunodeficiencia infectadas por el VIH/SIDA (FAO, 2014). “Por no decir el efecto de la falta de todos estos nutrientes en sociedades menos prósperas, donde el hambre y la desnutrición son frecuentes”, se afirmó.

   En otro tramo se cita que, en el mundo, se utilizan 2.000 millones de hectáreas de praderas y pastizales para la producción de ganado, de los cuales 1.300 millones sólo pueden ser pastoreados y no utilizarse para cultivos destinados al consumo humano.

   “En nuestro país, el aporte de la ganadería vacuna a las emisiones totales del planeta es de solo 0,15 %. Se destinan aproximadamente 65 millones de hectáreas a la ganadería, tierras que no son aptas para la producción de otro tipo de alimento para el hombre”, se remarcó.

El uso de un área de tierra tan significativa a través del pastoreo implica que el secuestro de carbono (CO2) atmosférico en el suelo es más relevante de lo que se pensaba anteriormente. 

   La energía utilizada por el ganado para vivir deriva de la fijación de CO2 a través de la fotosíntesis por parte de las especies forrajeras que consumen. El CO2 permanece —de acuerdo con el informe del IPCVA— en la atmósfera por mucho más tiempo que el metano producido en la digestión de los alimentos por los vacunos. Por lo tanto, si bien el valor de emisión del metano es mayor, cuya magnitud es motivo actualmente de revisión, al permanecer menos tiempo resulta en un efecto ambiental neto menor.

   “Cuando se habla de emisiones, el lobby de los países más industriales y contaminantes del mundo ha impulsado con una fuerte política comunicacional que se le preste atención exclusivamente a las emisiones, pero no al secuestro”, se indicó.

   “Ello pone en un pie de desigualdad a la producción de ganado vacuno. Por ejemplo, en nuestro país los factores por defecto provistos por el IPCC subestiman en un 32 % la acumulación de carbono en la biomasa aérea de los renovales”, se concluye en otro tramo.