Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Claudio Marcos: “Ahora sí están las cosas dadas para volver y dejarlo todo”

Tras un intento de retorno frustrado el año pasado, el cabildense se prepara para un nuevo desembarco en el Midget. El objetivo es claro, pelear por el “1” y tratar de saldar la deuda.

Fotos: Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   No hay reproches ni lamentos. Por el contrario, logró mucho más de lo que hubiese imaginado. Pero sí, la campaña midgística del cabildense Claudio Marcos (44) aún registra una cuota pendiente.

   Cuán grande será esa ambición de saldar deudas, que la propia descendencia familiar decidió postergar sus planes deportivos, asumir el compromiso e impulsar a "Koky" a intentarlo una vez más.

   Sencillamente, a pisar el acelerador a fondo e ir en busca de aquel halago que estuvo al alcance de la mano en dos ocasiones y que, por esas cosas de las carreras, se escurrió.

   El exsubcampeón será uno de los tantos que derrapará próximamente bajo la insignia de "retornado". Aunque su presencia, sin dudarlo, de acuerdo al respaldo de su curriculum, será un potencial valor en el lote puntero.

   “No estaba en los planes volver, pero Tobías, Lahuel y Nehuén (tres de sus cuatro hijos) empezaron a construir un nuevo chasis y decidieron, después de una charla en casa con la familia, que se bajaban y postergaban sus planes en el Midget para que corra yo. Ellos dicen que tengo una cuota pendiente. Y sí, la verdad es que ganar un título es una gran deuda”, expresó Koky, exsubcampeón y ganador de 6 competencias finales estivales.

   “Armaremos y alistaremos solamente ese auto--agregó--, pero tendremos dos chasis muletos por si acaso; el que utilicé yo el año pasado, que este año iba a correr Lahuel, y el que corrió Toby en el último estival. Además trabajaremos conjuntamente con (Alejandro) “Tito” Purretta para armar un buen motor e ir a pelear lo más adelante que se pueda”.

   El quinto retorno al Midget de Claudio Marcos (en el Invernal pasado tuvo un regreso fugaz) esconde un razonamiento lógico en los planes de los pibes, cuyo proyecto mecánico ya se encuentra bien avanzado.

   Aunque también potenciado por el contexto particular de Lahuel, quien, como todo debutante, ante las circunstancias que propició el covid-19, hubiese tenido que arriesgar y presentarse crudo en un campeonato estival.

   “Toby estaba corriendo y Lahuel tenía el auto armado; de hecho ya había girado unas cuantas vueltas en el salitral, porque si no pasaba todo esto del coronavirus iba a debutar en el Invernal. Pero ambos decidieron no continuar para darme la oportunidad a mí, sabiendo que me juego mis últimos cartuchos y que ellos tienen muchos años por delante”, aseveró Koky, quien debutara en el Estival 1998/99.

   “Una cosa es girar en el salitral, donde uno hace lo que quiere, y otra es hacerlo con autos al lado. Lahuel giró muy bien y prolijo, pero hasta no estar en pista no sabremos qué puede pasar. También él pensó eso: 'si clasifico voy a arrancar directamente en un verano y sin carreras encima'. Obviamente, a los golpes se aprende, pero no sería lo ideal. Si decidía hacerlo, por supuesto que lo iba a apoyar como lo hice en su momento con Toby”, explicó.

   —¿Por qué no prosperó tu vuelta el año pasado?

   —La temporada pasada no la hicimos porque Toby empezó a estudiar y no tenía tiempo para atender el auto como debía hacerlo. Entonces decidí bajarme y darle una mano para que pudiera cumplir con todo. Teníamos todo armado, e incluso un muy buen presupuesto, pero eso complicaba mucho. Ahora, con más tiempo, y viendo cómo los chicos trabajan en el auto, no hubo que pensarlo mucho. Además, la familia apoyó la decisión desde un primer momento.

   —Y sobre ese Invernal, ¿pudiste sacar algo en limpio?

   —Me sirvió para darme cuenta que no me había olvidado de manejar y que todavía me sentía a tono con la categoría, al nivel de los buenos pilotos. Después, el resto es muy relativo por tratarse de un invierno, donde la pista es muy distinta a un verano. Digamos que se armó algo sencillo, sin mucha potencia, porque no lo requería. También fue un gusto personal poder correr juntos con Toby. Lo habíamos hecho en el Nacional (NdR: marzo de 2018), pero nunca simultáneamente en pista.

“Voy a darlo todo”

   Para un piloto que saboreó la victoria en más de una oportunidad y que supo batallar por la corona hasta las últimas instancias, no cabe en la ecuación otro objetivo que no sea la gloria suprema.

   “Tenemos una meta planteada. Les dije a los chicos que si no lograba ganar una carrera en 12 fechas, y no entraba al playoff, me bajaba. Para qué correría otras seis fechas. Hay que tratar de lograrlo cueste lo que cueste. Aunque se que, tratándose de algo nuevo, probablemente me lleve tiempo sacarle el jugo”, explicó Marcos.

   “Digamos que ahora sí están dadas las cosas para dejarlo todo. En su momento no teníamos mucho margen de repuestos y presupuesto, entonces había que cuidar mucho porque si se rompía corríamos riesgo de no poder arreglar. Pero hoy tenemos dos autos más, y eso nos permite jugar un poco más”, agregó Claudio, quien contará con motores de Tito Purretta.

   —Respecto del nuevo auto, ¿en qué se basan los chicos?

   —Me han cambiado unas cuantas cosas en relación a lo que veníamos haciendo, así que me voy a tener que tratar de acostumbrar rápido. Trabajando mucho seguramente se va a poder, no tengo dudas. Yo quería lo clásico mío, pero no me molestaría que innoven algo propio.

“Hacíamos todo en Cabildo con sacrificio”

   Lo dicho en el comienzo, Claudio Marcos no se apena sobre los sucesos deportivos del pasado. Pelear campeonatos y ganar finales asiduamente fue mucho más de lo que imaginó antes de iniciar su aventura en el Midget.

   “No me lamento de nada. En esos campeonatos que peleamos el “1” hacíamos todo en Cabildo con mucho sacrificio. Si bien el motor era de Tito (Purretta), siempre lo mantuvimos en el taller. Además del chasis, por supuesto, al que una vez tuvimos que hacer nuevo de un viernes al otro. Me acuerdo que gané las dos últimas fechas de aquel playoff (Estival 2012/13), pero no alcanzó”, recordó.

   “Sí me lamento de la última fecha del torneo anterior. Gané la fecha 17º y terminé con el motor fundido, pero recién me di cuenta el jueves siguiente cuando lo pusimos en marcha. Después de trabajar como unos locos en lo de Tito, decidí cambiar el embrague por uno nuevo para asegurar todo. Esa noche, en la largada de la semifinal, el auto centrifugó, se movió y chau. Perdí el campeonato por un punto. Reconozco que eso sí fue doloroso”, cerró.