Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Alberto impuso su criterio y habrá extraordinarias

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

   En tiempos en que pese a todas las promesas mutuas de calmar las aguas de la interna entre albertistas y cristinistas, cada victoria por mínima que sea se cuenta como un campeonato mundial, en la Casa Rosada no dejaron pasar el dato y en las últimas horas salieron a vocear que el presidente firmará en próximas horas el decreto de llamado a sesiones extraordinarias del Congreso a partir del 1 de diciembre.

   ¿Qué tendría de particular, o de dar pie para algún festejo, el hecho de llamar a los senadores y diputados a sesionar según no sus propias reglas sino mediante un decreto del Poder Ejecutivo, como por otra parte marca la Constitución? Nada, si no fuese porque con esa convocatoria el presidente “se impone” a un deseo de la vicepresidenta Cristina Fernández que era el de que se dispusiera una prórroga de las sesiones ordinarias, que finalizan el próximo lunes.

   Pequeño detalle como para ir calibrando el peso de la decisión de Alberto que tanto festejan sus colaboradores y que al parecer provoca alguna molestia en los más altos despachos de la Cámara alta: si hubiese prórroga de ordinarias, como deseaba Cristina, el temario de las leyes a considerar las fijan los propios senadores y diputados, según sea el caso de la cámara de origen.

   En sesiones extraordinarias, en cambio, solo se tratan aquellos proyectos que envía el Poder Ejecutivo. Todo lo demás que pueda ser considerado de interés político, o de cualquier otro, por los legisladores, pasa para el siguiente periodo de sesiones ordinarias, que se iniciará el primero de marzo de 2021.

   Cristina, según sabían de antemano en la secretaría de Relaciones Parlamentarias de la Casa Rosada, impulsaba la idea de extender una prórroga a las actuales sesiones ordinarias hasta fin de diciembre. De ese modo, dicen los que conocen la entretela, ella se aseguraba que no habría ninguna “zancadilla” del albertismo puro y que podría tratar proyectos que le interesan como la modificación de las mayorías requeridas para nombrar al Procurador General de la Nación; el proyecto que impone un gravamen a las grandes fortunas que ya tiene media sanción de Diputados, cuyo autor es Máximo Kirchner junto al banquero Carlos Heller. Y también el proyecto sobre manejo de Fuego que impulsó su hijo y obtuvo media sanción la semana pasada, aunque puso en pie de guerra a los dirigentes del campo y otras entidades vinculadas al manejo del suelo.

    Uno de los argumentos utilizados por el cristinismo para defender la aspiración de su jefa de prorrogar las sesiones ordinarias, fue que durante sus dos mandatos entre 2007 y 2015 “salvo un año, en el resto siempre se utilizó el requisito de la prórroga para no entorpecer la marcha de las leyes que ya venían trabajando los legisladores”.

   “Son todas especulaciones, el presidente decidió llamar a extraordinarias porque está entre sus facultades, pero en el temario irán todos los proyectos que le interesan al gobierno, no solo a Cristina o a un sector del oficialismo”, dijo un funcionario de relación estrecha entre la Casa Rosada y ambas cámaras del Congreso.

   De hecho, se confirma en fuentes de la Jefatura de Gabinete que en el decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias que el presidente firmará en las próximas horas incluirá temas centrales que le interesan por igual a todo el oficialismo como el impuesto a las grandes fortunas que obtendría una recaudación cercana a los $ 337.000 millones, y la reforma al Ministerio Público Fiscal, que bajaría de mayoría agravada a mayoría absoluta los números para designar al nuevo Procurador, que al menos hasta hoy sigue siendo el juez Daniel Rafecas, candidato del presidente Fernández. Que hasta donde se sabe además mantiene firme su postura de aceptar ser designado Procurador pero por los dos tercios de los senadores presentes, un número que el oficialismo no alcanza si no es mediante algún aporte de la oposición. 

 

   Más importante aún para Alberto Fernández, el decreto con el temario de extraordinarias  incluirá el proyecto de ley para consagrar la despenalización del aborto, según prometió el presidente luego de la impactante marcha de los sectores “verdes” de la semana pasada. Alberto se declaró “abanderado” de esa iniciativa, un pedestal que no gustaría del todo al cristinismo ultra, que por las dudas recuerda que Cristina tiene la llave para destrabar algunas resistencias dentro de su propio bloque a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).