Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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De “plebiscitar” la gestión al retorno de la campaña del miedo electoral

La columna semanal del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.

La campaña electoral en la provincia de Buenos Aires arrancará oficialmente el primer viernes de agosto, y a partir de ese momento, la dirigencia política podrá tomar el “pulso real” de la calle.

En tiempos dificultosos, Axel Kicillof tiene previsto apostar por su gestión gubernamental bonaerense como alternativa al plan económico del presidente Javier Milei en un contrapunto con agenda nacionalizada.

Dentro de la Gobernación de calle 6 buscan explicarlo desde otro enfoque. Dicen que buscarán exponer en una suerte de “pantalla partida” el recorte de recursos del Gobierno nacional que provoca una situación de asfixia financiera a la Provincia en una parte del monitor, y en contraste, un “formato distinto” con decisiones de carácter político que tienen como logo el “Estado presente” para sostener diferentes políticas públicas en medio de la coyuntura socioeconómica.

Pero antes, Kicillof en plena etapa de preparación mental para la prueba que le toca rendir en las elecciones legislativas del 7 de septiembre próximo, deberá prestar atención a los movimientos de “propios y extraños”: el cristinismo en “Fuerza Patria” y la avanzada de fuerzas libertarias en tierras bonaerenses.

Es que claramente, dentro de la coalición peronista se perfilan dos estilos diferentes de campañas proselitistas, a partir de la compleja “unidad partidaria”, tras un cierre de listas electorales que dejó “heridas” difíciles de cicatrizar por decisiones internas del arco gobernante.

Por lo que se puede observar, “La Cámpora” de Máximo Kirchner -justamente el sector cristinista que más resistió al Gobernador por la decisión del desdoblamiento electoral- insistirá con la consigna “Cristina libre”, en alusión a la ex presidenta, inhabilitada para postularse para cargos electivos después que la Corte ratificara su condena judicial.

Una campaña discursiva paralela que parece disociada de la realidad ciudadana. “En la Provincia vamos a una elección donde no podemos tener como candidata a Cristina de Kirchner porque la proscribieron y la metieron presa”, cuando se trata de “la dirigente que demostró que se puede construir otro modelo económico y político”, subrayan desde el kirchnerismo duro planteando un nuevo desafío para Kicillof.

Se sabe, el Gobernador tiene la necesidad de conservar “poder legislativo” para evitar complicaciones “hostiles” en ambos recintos parlamentarios de fuerzas opositoras en la Legislatura. Pero, en las 8 secciones electorales también los intendentes intentarán explotar su relevancia local para frenar el impulso eleccionario de La Libertad Avanza.

En definitiva, Kicillof forjará de algún modo un intento por plebiscitar su gestión en ámbito bonaerense. También los intendentes con peso territorial intentarán plebiscitar su gestión municipal. Por supuesto, el rol “militante” de los alcaldes del PJ kirchnerista puede resultar clave para estimular el voto ciudadano en medio de la apatía actual y así intentar asegurar un buen piso electoral en las urnas de septiembre.

El oficialismo gobernante tiene la necesidad de afinar el aparato partidario para que la población bonaerense participe de forma activa en los comicios seccionales a modo de revertir la baja participación electoral, tal como pasó en otras provincias.

Una estrategia pensada y casi titánica, pero no imposible, pasa por ir a buscar y convocar al sector más castigado por el Gobierno nacional: los jubilados y pensionados que aparecen en el padrón, aunque no tengan la obligación de concurrir a sufragar. “La baja participación electoral beneficia al partido de la Casa Rosada”, esgrimen.

Frente a ese escenario, Kicillof necesita ofrecer un “horizonte optimista” y al mismo tiempo poder capitalizar cierto descontento social con la gestión económica nacional y que podría impactar en el escenario electoral en los próximos meses.

“El camino que eligió el Gobierno nacional es el de privatizar y paralizar todas las obras públicas”, y aclaró que, “no es campaña de miedo: si Milei se queda con un cheque en blanco va a profundizar el ajuste contra los bonaerenses”. Tiempo atrás, el Gobernador advirtió que la cúpula libertaria prepara una campaña electoral “roñosa”, y que incluso podría apelar a la “mentira” como herramienta política.

La Nación deja orificios económicos cuando reparte lo que recauda en impuestos entre las provincias, y a su vez, el ministerio de Economía bonaerense transfiere una parte a los 135 municipios. Se trata de la principal fuente de ingresos para los intendentes.

A lo mejor este también sea un momento oportuno para introducir nuevamente en la agenda de debate electoral una de las grandes discusiones que tiene que tener la provincia de Buenos Aires por intentar definir una nueva Ley de Coparticipación Federal. El Estado bonaerense es el que más aporta y el que menos porciones recibe de la torta de coparticipación de impuestos y, producto de eso, viene teniendo una deficiencia en infraestructura, entre otras áreas. 

Mientras tanto, los violetas libertarios calientan motores para salir a la pista electoral con un mensaje de campaña “nacionalizado”. Días atrás, legisladores libertarios bonaerenses destacaron el anuncio del Gobierno nacional de aplicar una baja de retenciones a varios sectores del campo. Claramente, la estructural crisis de inseguridad en la Provincia también será otro eje de la pulseada donde LLA buscará ganar influencia en recintos parlamentarios.

Esa situación parece describir un escenario donde “la motosierra y el relato del control de la inflación” parecen ser las únicas herramientas discursivas a expandir sobre la Provincia ante una elección de renovación legislativa que estará marcada por la indecisión y la disputa territorial voto a voto, y un peronismo con “división parcelaria” según sus propios intereses internos.

Hasta la exgobernadora, María Eugenia Vidal, se sinceró días atrás cuando reconoció que, lejos de lo prometido, no fue la “casta política” la que pagó el costo del ajuste libertario implementado por Milei, sino la gente común: jubilados, laburantes y quienes viven del día a día. A pesar del duro diagnóstico, la ahora diputada “Leona” del PRO sostuvo que las medidas eran necesarias, aunque dolorosas.

Es casi una realidad que la disputa electoral se define entre el repetido mensaje gubernativo bonaerense del “Estado presente” o la “motosierra libertaria” del Gobierno nacional. Dentro de la Legislatura y parafraseando al legendario “Indio” Solari, no pocos señalan con ironía: “Fijate de qué lado de la mecha te encontrás”.