OMIC: las estafas virtuales están en el pico de la demanda
“Estamos trabajando con distintos organismos e instituciones para reducir el impacto de las defraudaciones online”, dijo la Lic. Morena Roselló, titular de la Oficina Municipal de Información al Consumidor.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
“Lo más difícil de resolver actualmente son las estafas virtuales, aquellas donde un clic involuntario del consumidor en una aplicación deriva en consecuencias insospechadas”.
La declaración corresponde a la Lic. Morena Roselló, titular de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) en nuestra ciudad, acerca del mayor número de consultas que se producen en el organismo por parte de los vecinos.
“No son pocos los otorgamientos no solicitados que aparecen (en las cuentas de la gente), ya sea por tarjetas de crédito o por créditos otorgados por asociaciones financieras no bancarizadas”, afirmó Roselló, en diálogo con La Nueva.
“En estos casos debemos trabajar más activamente con los representantes de los bancos y de las financieras para que se les dé de baja a esos pedidos que, claramente, no fueron hechos por los titulares de las cuentas”, sostuvo.
—Sobre el tema de las estafas, ¿cuentan con un equipo especializado, en especial considerando que es un delito que se renueva permanentemente?
—Sí, contamos con un grupo de abogadas que se actualiza en forma constante debido a esa dinámica.
“Además, trabajamos en otras direcciones. Por ejemplo, hemos mantenido reuniones con representantes de la Fiscalía, específicamente con el Dr. Rodolfo de Lucía, con la intención de acordar procedimientos adecuados a estas circunstancias”.
—¿Se interactúa también con el Concejo Deliberante?
—Sí. Nos reunimos con equipos del cuerpo deliberativo que trabajan estos temas para mantenernos actualizados.
“La realidad es que las estafas denominadas cuentos del tío van cambiando, pero lo cierto es que siempre requieren de que el consumidor, o el vecino, haga clic en algún lugar o dé alguna autorización”.
—¿De qué manera piensan comunicar estos conocimientos que van adquiriendo?
—Estamos muy atentos a la problemática. La idea es seguir dando charlas en distintos sectores de la ciudad, también en respuesta a requerimientos de asociaciones, escuelas, centros de jubilados y demás instituciones para acercar toda la información posible.
“Sabemos que todo lo que contribuya a reducir el impacto de las estafas será muy positivo”.
—¿Cuál es la impronta de esta gestión?
—Estamos retomando y recuperando la tarea de educar a los consumidores. Esta no es una medida aislada, sino que se alinea con los lineamientos de trabajo conjunto trazados al asumir Mauro Reyes al frente del Concejo Deliberante, donde se puso acento en una mayor actividad de la comisión de defensa del consumidor bahiense.
“Los que nosotros planteamos es una administración eficiente, cercana al vecino y con el vecino, que se enfoca en la cercanía con las consultas, responder en tiempo y forma y, especialmente, con la educación como tarea clave para la prevención.
“La impronta es que sepa que tiene derechos, pero también obligaciones como consumidor para ser responsable en estas relaciones. La visión es fundamentalmente de cercanía con la comunidad”.
Los tiempos de las respuestas
—En el caso puntual de la inundación del 7 de marzo, ¿cuál es el alcance y el nivel de respuesta que siguen ofreciendo a los reclamos?
—La verdad es que, dado que las consultas mayoritariamente están asociadas con derechos de los consumidores y relaciones de consumo o de usuarios, el alcance que tenemos es importante.
“Pero para medir completamente nuestra respuesta necesitamos un poco más de tiempo, ya que una consulta puede llevar a una primera audiencia de conciliación y, luego, a una segunda; es decir, en promedio puede tardar unos 2 meses”.
—¿Y las respuestas de las empresas?
—En general han sido positivas, partiendo del hecho que siempre buscamos cerrar la mayoría de los reclamos y consultas de manera favorable para el consumidor.