El predio de Villa Mitre exige ser cuidado
Se ha hecho habitual el robo y la destrucción de predios deportivos que cumplen una enorme función social.
Todos conocen el trascendental papel que cumplen los clubes barriales, lugares que más allá de sus actividades deportivas y sociales desarrollan una función de contención para miles de niños y jóvenes que tienen en estos espacios un segundo hogar.
A pesar de ser instituciones de medidos recursos, sostenidos por el aporte de sus socios y el trabajo de vecinos que asumen tareas dirigenciales sin más deseo que el de servir, son instituciones que han demostrado siempre una enrome capacidad para crecer y mejorar.
Los ejemplos son muchos pero a modo ilustrativo tomamos el del club Villa Mitre, que desde hace 15 años viene desarrollando el Complejo Deportivo “La Ciudad”, orgullo de la institución, ubicado en las calles Méjico y Thompson, entre los más completos y modernos del sur del país.
El espacio cuenta con cuatro canchas de fútbol 11, tres de fútbol 5 y una de fútbol 9, estas últimas de piso sintético, y cuatro canchas de fútbol 11 de entrenamiento.
Algunas de estos campos poseen alambrado olímpico para acoger encuentros profesionales, una cancha de hockey sintético y dos de rugby infantil, además de vestuarios y tribunas.
Con más o menores instalaciones, son muchas las entidades de locales que han desarrollado este tipo de instalaciones.
El comentario viene a cuento porque desde siempre estos lugares son presa del accionar de delincuentes, que de manera reiterada provocan daños, roban materiales de todo tipo, destruyen instalaciones, se llevan elementos de trabajo y generan en los dirigentes y socios una devastadora sensación de desprotección e indignación.
Sucede con tanta continuidad que siempre al cubrir los medios esas noticias comienza su título con “Otra vez robaron en…”.
No es simple para los clubes hacerse cargo de establecer controles nocturnos sobre instalaciones tan complejas y de mucha extensión. Por eso es necesario que las fuerzas de seguridad tomen esta situación con seriedad, que analicen posibles maneras de mejorar la vigilancia, establezcan sistemas de vigilancia eficientes y que vayan desalentando este tipo de actos que claramente perjudica a la ciudadanía en su conjunto.