“Si jugara en otro equipo preferiría no cruzarme con Comercial en playoffs”
Fiel a su costumbre, Juan Segundo Sáez defendió con el alma cada pelota y fue la figura del verdiamarillo portuario en el 0-0 frente a La Armonía. “Para clasificar hay que dejar todo, no conocemos otra forma de hacerlo”, reconoció el whitense.
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
Cuando le dije que había sido la figura del partido y que nunca lo había visto jugar así, él sonrío y contestó “Fue una tarde donde me salieron todas”.
Juan Segundo Sáez, marcador central comercialino, la rompió en el 0-0 de su equipo ante el líder La Armonía, aunque estoy seguro que de este encuentro se acordará por otras cuestiones que van más allá de su sobresaliente actuación: se jugó con un frío extremo, lluvia, agua nieve, nubarrones amenazantes, granizo y un viento helado que si te quedabas quieto era imposible de tolerar.
“En un momento se formó el arco iris, pero tuvo miedo y se volvió a ir”, bromeó “Juanse” mientras el humito que salía de su boca empañaba el vidrio de mi teléfono celular y le alcanzaban guantes, un “cuellito” y un té caliente para tomar.
“Mirá si metía el gol sobre el final (a los 44 minutos captó un rebote en la puerta del área grande contraria, le dio de zurda y la pelota besó el travesaño del lado del adentro, picando en el piso escarchado y haciendo una parábola amplia por encima de todos los que esperaban esa posibilidad de poder empujarla al arco), me tenías que poner un 10, una calificación a la que no estuve ni cerca a lo largo de mi carrera”, esbozó este whitense de ley, criado y formado en el club verdiamarillo.
“Aunque todavía no clasificamos al cuadrangular, me animo a decir que el más firme del torneo es Comercial; si juego en otro equipo no me gustaría tener que cruzarlo en playoffs. Levantamos la moral y estamos mejor que hace algunos partidos atrás”, resumió mientras movía sus manos de un lado al otro y mandaba el saludo que nunca puede faltar: “A mi familia, a mi señora Agostina, que estaba en la tribuna tapada con frazadas, y a todos los valientes que se animaron a venir al polo sur”.
“El único que no vino es Vicente (su hijo de tres meses), no merecía sufrir tanto frío pobrecito”, contó como buen padre.
“Quedan dos fechas para que cierre la etapa regular y en ambas hay que sumar, incluso en la última vamos contra Rosario, al que queremos alcanzar para sacarle el N° 2. Es difícil, pero no imposible”, resumió el guerrero de 26 años.