El pibe la tiene clara: “Gracias a mi familia me enamoré de la vida, del fútbol y de Tiro Federal”
Con solo entrar a la nota se va a dar cuenta que Lucio Amaya, a los 18 años, piensa en “grande”. “Me quiero convertir en jugador profesional”, reconoce el goleador aurivioleta. Y es lógico, con el padre y el tío que tiene...



Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
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(Nota ampliada de la edición impresa)
Su papá atajó en la B Nacional y salió campeón en los clubes donde jugó, su tío marcó goles de todos los colores a nivel local, regional y federal y su hermano es el que le sostiene el sueño de convertirse, algún día, en futbolista profesional. Está más que claro que Lucio Amaya no tuvo opción de elegir otro deporte.
“El primer regalo que recuerdo, para un Día del Niño, fue una pelota, que me dejaron en la cuna y que abracé sin disimular mi alegría. Ese amor a primera vista derivó en la pasión y hoy lo que hago no lo cambio por nada en el mundo”, declara convencido el goleador de Tiro Federal en el torneo Apertura de la B liguista.
“Mi viejo (Fabricio) me habla en base a la experiencia, me aclara con razón que es lo que debo hacer, que camino tomar y para donde tengo que mirar; mi tío (Ariel) me aporta los consejos sobre un puesto que conoce a la perfección y donde tan bien le ha ido y mi hermano (Mateo, dos años más grande que él) es mi guía espiritual y el que me enseña que el que baja los brazos o abandona no tiene premio”, sostiene con voz de adulto este centrodelantero de 18 abriles y criado en el barrio Millamapu.


Dice que sigue yendo a lo de su abuela Zulema a revolver los VHZ con los goles grabados del “Ruso” (en Villa Mitre, Olimpo, Aldosivi, Tiro y Sporting, además de los que convirtió en su paso por el fútbol de Ecuador, Chile, Colombia, México y Honduras) y que copia movimientos y posturas relacionadas al posicionamiento y a la definición.
“Miro los videos y hasta escucho las entrevistas que le hacen, me fijo en la forma de declarar, porque mi tío, al igual que mi papá, son ejemplos de vida y de todo lo que está bien. Ellos son importantísimos en el día a día, no me sueltan la mano y, aunque no me lo dicen, me quieren ver triunfar”, tira con claridad al momento de hablar de él y de los sentimientos de una familia donde la pelota viaja de plato en plato en cada almuerzo, cena o encuentro popular.
A los 4 años se vinculó a la Escuelita aurivioleta y siempre jugó ahí más allá de que Fabri y Ariel (posan en la foto del domingo, en la que también está Mateo, hoy a préstamo en Pacífico de Bahía) se criaron y se encuentran identificados y valorados en la memoria interna de Villa Mitre.
“Fue decisión de mis padres (su mamá es Virginia Fiorentini) llevarme a Tiro, porque estaba cerca de mi casa y ese fue el último club en la carrera de mi viejo. Hoy soy un hincha más del club, desde chico iba a los entrenamientos y a los partidos y se me pegó el sentido de pertenencia”, se sinceró quien debutó en la mayor tirense en 2023 (30 de julio, triunfo 4-1 sobre Liniers en la avenida) y ya suma 22 presencias y 5 tantos (4 en esta temporada).
--Perdón que te pregunte: ¿cuál es el sentimiento hacia Villa Mitre?
--De respeto por todo lo que vivieron mi papá y mi tío en esa institución. Mis primeros pasos fueron en Tiro, nunca me fui de ahí y son los colores con los que me identifico.
--¿Qué clase de 9 sos?
--Un clásico hombre de área, manejo las dos piernas y me desenvuelvo bien en el juego aéreo. Me considero un oportunista, el balón muchas veces me llega por estar bien ubicado y trato de generar los espacios para que los extremos lleguen al fondo y puedan sacar los centros.
“Hoy es común jugar sin un referente de área, ni la Selección, cuando no está Lautaro (Martínez) en cancha, apuesta a un futbolista entre los centrales rivales, por eso no hay que encasillarse en lo que uno cree que es. Todo el tiempo miro e incorporo estilos distintos de atacantes que van por afuera o bajan unos metros para ser parte de la creación de la jugada. Siento que rindo más de 9, pero puedo ir de segunda punta o por los costados”.
Como plan B, “Lucho” estudia Tecnicatura en Deportes en la Universidad Nacional del Sur.
“Es una carrera nueva, empezó este año y me está yendo bien, ya rendí con éxito los dos primeros parciales. Son materias donde la economía está aplicada al deporte, la llevo despacio y leo bastante. Además me viene bárbaro para despejar la mente, no ser tan ansioso con la pelotita todo el día en la cabeza y entender que la vida pasa por otro lado”, argumentó el de 1,90 de estatura antes de repasar el “agitado” final de 2024.
--¿Qué pasó, el fútbol se mezcló con el cierre del año escolar?
--Por el viaje de egresados (a Bariloche) perdí la titularidad y el último partido (semifinal del Clausura ante Rosario) lo vi desde la platea con una calentura que volaba. Dudé en hacer el viaje, pero mis padres me convencieron, que “era una sola vez en la vida y que iba a ser una experiencia inolvidable”. En ese momento lo charlé con Octavio (Araneta, DT de Tiro) y él también me aconsejó a que vaya, aunque a la vuelta me marginó del equipo y fue justo. Yo sabía que me debía abstener a las consecuencias.
--¿Al menos disfrutaste “Barilo, Barilo...”?
--Sí, muchísimo, porque al llegar me enfoqué en hacer una buena pretemporada de verano y enchufarme al cien por ciento para este 2025. Hoy disfruto de un presente muy distinto: me gané un lugar en el equipo, conseguí regularidad y me mantengo por confianza. Hoy reacciono de otra manera cuando erro un gol o pierdo un partido.
--¿A qué te referís?
--Siempre me costó superar la frustración, me bajoneaba cuando malograba un gol abajo del arco o no rendía como mi cabeza me lo pedía. Estoy aprendiendo que los errores me deben fortalecer porque si no me equivoco no voy a crecer.
El año pasado nunca llegó a estar al cien por ciento porque transitó con sufrimiento la enfermedad que es tan común en niños y adolescentes, especialmente en aquellos que practican deportes con movimientos repetitivos que involucran las rodillas, como correr o saltar: se llama Osgood-Schlatter, que causa dolor e inflamación debajo de la rodilla, específicamente en la tuberosidad tibial, donde se inserta el tendón rotuliano.
“El dolor por momentos era insportable, crecía más rápido el músculo que el hueso y se terminó fisurando el cartílago de crecimiento (en realidad se irrita en la parte superior de la tibia, causando hinchazón y sensibilidad al tacto). Me recuperé en base a kinesiología y gimnasio”, resaltó “Amayita”.
Si hay plan A y B, puede haber C
“Si me preguntás por esto es porque alguien te pasó data”, afirma mientras sonríe, y sigue: “Soy peluquero, o mejor dicho corto el pelo, aprendí con tutoriales que fui bajando de youtube. En Tiro me cargan, algunos me piden factura y título, pero solo me animo a tijeretear las cabezas de amigos, compañeros de la Uni y allegados a la familia”, cuenta sabiendo lo que se le va a venir una vez que sea publicada la nota.
--Me imagino que es un hobby, que no cobrás, o...
--(Interrumpiendo) Te equivocás. El corte común sale 8.000 pesos, aunque para algunos sea muy caro.
Con su hermano Mateo
--¿Por ejemplo?
--Seba Mancinelli, que critica y ni siquiera es cliente. El otro día estaba a los gritos, “¡cómo me voy a cortar con alguien que no estudió y se maneja por lo que ve en videos!”. Le contesté: “Si fuera matriculado cobraría el doble”. Me amenaza con que me va a hacer desaparecer el peine y las tijeras, me tiene loco con eso. Además, ¿viste el peinado que se hace?, un revuelo de pelos en la cabeza que no le acomoda ni el mejor estilista del mundo. Que se deje de molestar.
--Se va a enojar y va a pedir derecho a réplica.
--Sí, seguro, pero lo respeto a Seba, un grande en todos los sentidos. Es el líder de un plantel joven mechado con jugadores de jerarquía y un extenso recorrido en el fútbol de la Liga. Los referentes son humildes, apoyan el proyecto y empujan a los pibes, y eso no sé si se ve en otros lados.
--¿Cómo se le da alcance al puntero e invicto La Armonía (7 triunfos y 2 empates)?
--Hay que ver como reaccionan cuando les toque perder, porque hoy el fútbol pesa más en lo emocional que en lo técnico-táctico. Veremos, de nuestra parte estamos fuertes, sabiendo manejar cada uno de los momentos que nos toca afrontar.Formamos un grupo resilente, una definición (capacidad de una persona, grupo o sistema para adaptarse a la adversidad, superar situaciones difíciles y salir fortalecido de ellas) que nos pinta de cuerpo entero.