El pueblo serrano que crece y es la nueva joya del turismo a una hora de Bahía Blanca
Paisajes serranos, tranquilidad y confort hacen de este pueblo del sudoeste bonaerense una opción ideal para escapadas en temporada baja.
Con cerros, naturaleza intacta, gastronomía casera y alojamientos de primer nivel, este pueblo se impone entre los destinos de invierno, atrayendo cada vez más visitantes que buscan descanso, ecoturismo y contacto con la identidad rural.
Para quienes buscan experiencias de desconexión sin perder confort, el Glamping se presenta como una de las opciones preferidas. Además, casas enclavadas en la sierra y hoteles con propuestas familiares completan una oferta que no para de crecer.
Ubicado a solo 25 kilómetros de Tornquist, San Andrés de la Sierra se posiciona como una de las alternativas más atractivas del sur bonaerense para las vacaciones de invierno. Alejado del ritmo urbano, este pequeño pueblo de 600 habitantes se destaca por su tranquilidad, sus paisajes imponentes y una creciente infraestructura turística que lo convierte en un refugio ideal para descansar en contacto con la naturaleza.
En Tornquist, el gobierno de Axel Kicillof culminó la entrega de 32 casas que forman parte de un proyecto de ampliación urbana que contempla un total de 70 unidades.
Además, se amplió la planta de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que garantiza que los hogares que no estaban conectados a la red troncal de gas podrán hacerlo de manera progresiva, lo que permitirá reemplazar la utilización de garrafas, potenciar el desarrollo local y quedará capacidad suficiente para abastecer a más de 580 hogares en total.
Un entorno natural privilegiado
Entre cerros, arroyos y extensas llanuras, San Andrés ofrece una postal serrana única. A medio camino entre Tornquist y Sierra de la Ventana, cuenta con cabañas rústicas, complejos con piletas climatizadas, spa, glamping y espacios recreativos rodeados de naturaleza.
Gastronomia local y nuevos emprendimientos
La propuesta gastronómica también suma puntos, con la tradicional casa de té como uno de los puntos más visitados, donde se pueden degustar delicias elaboradas con productos de la región.
Entre las últimas incorporaciones destaca Los Alerces Resort & Spa, un complejo de alto nivel que cuenta con 19 casas, spa con piletas, canchas de tenis, pádel, minigolf y el restaurante Sierra Grill. Próximamente, comenzará la construcción de un hotel cinco estrellas con 40 habitaciones, lo que ampliará la oferta premium.
A esto se suma la finca Ocho Cerros, que prepara un hotel boutique entre viñedos y olivares, orientado al turismo enológico y de relax.
Patrimonio, historia y naturaleza
El desarrollo turístico de San Andrés y Tornquist no se entiende sin su fuerte legado histórico. Fundado en 1883, Tornquist conserva su esencia europea en su arquitectura y planificación urbana. La influencia del empresario alemán Ernesto Tornquist fue clave para el crecimiento de la comarca, que ganó prestigio tras la llegada del ferrocarril y la construcción del Club Hotel Sierra de la Ventana, hoy declarado Sitio Histórico Municipal.
En la zona se destacan también las obras del arquitecto Francisco Salamone, cuyas estructuras art déco y futuristas se integran con el paisaje rural, y el imponente Parque Provincial Ernesto Tornquist, con casi 7.000 hectáreas de biodiversidad y senderos para trekking, ideal para el ecoturismo.
Actividades para todas las edades
La región ofrece un amplio abanico de actividades al aire libre:
- Caminatas y trekking en cerros como el Ventana o el Tres Picos, el más alto de la provincia.
- Avistaje de aves y fauna autóctona.
- Paseos en bicicleta, cabalgatas y recorridos por campos de lavanda, viñedos y olivares.
- Talleres de artesanos y espacios culturales que celebran las tradiciones rurales.
Un rincón bonaerense que invita a volver
Con su entorno natural, su identidad rural y una comunidad que apuesta al turismo sustentable, San Andrés de la Sierra se consolida como un destino ideal para quienes buscan vacaciones de invierno en un entorno sereno, acogedor y lleno de propuestas. Lejos del turismo masivo, este rincón de la provincia de Buenos Aires invita a reconectar con lo esencial y descubrir nuevos paisajes sin irse tan lejos.