Cultura pop, animé y nostalgia: las tendencias que definen los nombres de bebés en 2026
Entre regresos inesperados e influencias de series, música y literatura, un ranking anticipa cómo madres y padres están redefiniendo la identidad de la próxima generación.
Elegir cómo se llamará un hijo nunca fue una decisión liviana. El nombre no solo identifica: construye identidad, deja huella y acompaña durante toda la vida. Por eso, cuando llega el momento, la lista de opciones suele crecer más rápido que las certezas. Tradición familiar, gustos personales, modas y hasta referencias culturales se mezclan en un combo que no siempre es fácil de resolver.
En ese escenario, el sitio especializado Nameberry publicó su informe anual con las tendencias que marcarán los nombres de bebés en 2026.
Como era de esperar, el ranking no pasó inadvertido: en redes sociales abundaron los comentarios, muchos de ellos sorprendidos por elecciones que se alejan bastante de lo convencional.
Para Sophie Kihm, editora en jefe de Nameberry, el fenómeno tiene una explicación clara: la cultura pop se convirtió en una influencia decisiva. Series, libros, música, animé y cine pesan cada vez más a la hora de definir cómo se llamará un bebé, desplazando en muchos casos a los nombres heredados o tradicionales.
Las corrientes que se vienen
El informe agrupa los nombres en distintas categorías que permiten leer el pulso cultural del momento. Una de las más fuertes es la que recupera referencias de civilizaciones antiguas, con una clara intención de reconectar con la historia y el pasado. Allí aparecen nombres como Adhara, Agastya, Azad, Cassander, Eulalia, Johari, Nefertari, Tenoch, Vita y Zyanya.
Otra tendencia en alza está ligada al mundo del espectáculo, especialmente a figuras femeninas. El lanzamiento de The Life of a Showgirl, el último álbum de Taylor Swift, dejó su marca con nombres como Azura, Caliana, Elodie, Navani, Nomi, Ophelia, Reverie, Roxie, Sakina y Tallulah.
También crecen los llamados nombres "conmovedores", que apelan más a emociones, valores o espiritualidad que a la religión en sí. Cedar, Dove, Jubilee, Kyrie, Olive, Purpose, River, Samadhi, Shepherd y Truce encabezan esa lista.
En paralelo, se observa un inesperado regreso de nombres clásicos que durante años parecían en desuso. Beverly, Bruce, Darla, Hal, Judith, Nancy, Patti, Ralph, Ronald y Wayne vuelven a ganar terreno entre quienes buscan un aire retro.
La literatura fantástica y romántica aporta otra cuota de inspiración, con opciones como Bronwen, Cordelia, Elspeth, Emrys, Esmarie, Leontel, Magnus, Rune, Tamsin y Thoren. A eso se suma una categoría que ya genera furor: los nombres con hiato vocálico, valorados por su sonoridad suave y distintiva. Amael, Aya, Deia, Elio, Eloa, Eziah, Koa, Layal, Riya y Tadeo se perfilan entre los favoritos.
Más audaz aún es la tendencia de usar números como nombres propios. Aunque suene extremo, propuestas como Billion, Cinco, Four, Eleven, Octavia, Prima, Quade, Seven, Tres y Una están en alza.
El animé también deja su huella, impulsado por el crecimiento de este género y el interés por la cultura japonesa. Aura, Issei, Jinu, Kaya, Kiro, Kota, Kyomi, Renji, Rumi y Suzu forman parte de ese universo.
Por último, la literatura británica y la geografía estadounidense completan el mapa. Briony, Brontë, Conrad, Crusoe, Elinor, Estella, Eyre, Heath, Kazuo y Wilde conviven con nombres inspirados en localidades del estado de Utah, como Brighton, Bronson, Coast, Dottie, Elden, McCrae, Escocia, Swayze, Valley y Zealand. (Diario 26)