Bahía Blanca | Jueves, 09 de octubre

Bahía Blanca | Jueves, 09 de octubre

Bahía Blanca | Jueves, 09 de octubre

“Ninguna tierra me había recibido así”: pasó por Bahía la actriz italiana que se enamoró de la Argentina

La artista y viajera Maria Vittoria Barrella estuvo en nuestra ciudad en el marco de un viaje especial. En este contexto contó a La Nueva. como nació la obra “Compartimos: un sueño llamado Argentina”, junto al músico italiano Lorenzo Bernardi que presentó en el Instituto Dante Alighieri. Oriunda en la Provincia Autónoma de Trento visitó por segunda vez nuestro país. 

La primera vez que la actriz María Vittoria Barrella, oriunda de la Provincia Autónoma de Trento, al norte de Italia, pisó suelo argentino en 2023 como parte de un intercambio sintió una conexión profunda.

“Me enamoré totalmente. En ese momento Argentina acababa de ganar el Mundial, entonces había una buena onda total. Fue perfecto para encontrarme de manera maravillosa con todo lo que es la población y el país”, recordó.

La llegada a Buenos Aires fue muy emotiva e intensa porque la vivió de una forma particular: no tanto como una llegada sino más bien como lo que ella describe como “un retorno”. Como cuando el alma recuerda.

 “La sensación que tuve fue darme cuenta de que estaba del otro lado del mundo pero, en lo más profundo de mí, vibraba como si estuviera en casa”, aseguró.

“He dicho: ‘Verdaderamente he llegado, he llegado’. Pero algo dentro mío decía: ‘He retornado’. Fue como sentir un sol dentro. Como si hubiera tenido que llegar al otro lado del mundo para encontrar a una trentina que se me pareciera. Una italiana parecida a mí, con la misma energía”, destacó.

Es que la aventura comenzó como una visita a su amiga Viola Cintia –a quien hoy llama “mi hermana argentina”– como parte de un intercambio de la Provincia Autónoma de Trento en colaboración con la Asociación Trentini nel Mondo pero pronto se transformó en un viaje más profundo.

La actriz se embarcó en la tarea de recorrer gran parte del país entrevistando a los nietos y bisnietos de inmigrantes trentinos para conocer más sobre sus vidas y costumbres y ellos la recibieron en sus casas y la invitaron a compartir sus rutinas, rituales e historias.

De provincia en provincia, la actriz fue descubriendo un país que, según ella, no la trató como turista sino como una hija.

 “Casi te diría que me adoptaron. Se crearon lazos que todavía persisten y hasta mi familia se unió con las familias que me hospedaron. Ahora también mi casa en Trento es un puerto para todos los argentinos y argentinas que quieran venir”, aseguró.

“He visitado casi todas las provincias de este país enorme y siempre me sentí abrazada. Cada uno quería hacerme encontrar lo bello, lo que amaba y también lo malo. No lo vi desde un punto de vista turístico sino casi desde un punto de vista familiar”, explicó.

Esa red humana y esa calidez que describe como “única en el mundo”, la marcó y además, se sorprendió por la forma de hacer y sentir el teatro en Argentina.

“Descubrí un amor, un afecto, un interés por parte de la población hacia un teatro que está hecho por personas y para las personas, con una profesionalidad y una capacidad artística maravillosa”, dijo.

La actriz y viajera compartió que la parte más significativa de esta experiencia, en ambos viajes, fueron las personas, el hecho de poder crear este puente fuerte vivo entre dos culturas unidas por la fuerza de la inmigración. 

“De todo, lo que más me ha impresionado de este otro lado del mundo y lo que me llevo a casa es el sentido de hermandad, esta red fortísima, humana que existe y que une al Trentino, a Italia, a Argentina, a Sudamérica”, expresó.

“El cómo aun hablando lenguas diferentes al final puede uno sentirse verdaderamente familia, hermanos y hermanas”, sostuvo.

 “Me descubrí, nació algo nuevo, algo que tiene un sabor antiguo, que quizás la cultura italiana está empezando a olvidar. He reencontrado conexiones, las ganas de acogida, de vivir en comunidad. Mi alma es argentina”, afirmó.

Una vivencia transformada en arte

Empapada de las experiencias vividas en 2023, al regresar a Italia Maria Vittoria sintió la necesidad de volcar sus vivencias un espectáculo.

“La primera vez que puse un pie en Argentina ya sabía que iba a traducir todo lo que veía, lo que comía, en algo artístico”, dijo.

“No puedo evitarlo, si me lo guardo dentro exploto”, explicó. 

Así nació “Compartimos: un sueño llamado Argentina”, una obra que combina sus relatos con la música del guitarrista Lorenzo Bernardi, a quien conoció a través de recomendaciones de distintas personas durante sus viajes por nuestro país.

“Cada vez que iba a algún pueblo me preguntaban: “¿Conociste a Lorenzo? Porque vino aquí a tocar”. Cuando regresé a Italia, lo primero que hice fue levantar el teléfono y decir: “Lorenzo, quiero encontrarte”, detalló.

“Él fue tan amable, disponible, que aceptó también esta propuesta mía de crear algo juntos. Él es la mitad del espectáculo y contribuye de una manera maravillosa con su música, pero también con su energía y profesionalidad”, añadió.

La pieza, que debutó en Italia y giró por varias ciudades, volvió en 2025 a la Argentina, donde María Vittoria y Lorenzo realizaron una gira por Buenos Aires, Bahía Blanca, La Plata, Resistencia, Córdoba, Colonia Tirolesa y Santa Rosa.

En Bahía Blanca, la presentación en el Instituto Dante Alighieri fue especialmente emotiva

“Era la primera vez que devolvía el espectáculo nacido en Argentina, pero que había debutado en Italia, restituido del otro lado del mundo. Fue un sueño cuando las personas se levantaron después del espectáculo y, estando aún con el vestuario puesto, vinieron a abrazarnos llorando”, recordó.

Hubo más de una ocasión de fiesta y de encuentro. 

“Estuvo esa sensación maravillosa de que cuando una obra gusta llega la ovación de pie”, dijo.

“Fue verdaderamente un sueño, y es decir poco: un sueño llamado Argentina. Entonces no hay palabras, solo miradas, risas, abrazos y muchas lágrimas”, añadió.

Crédito: Facebook circulotrentino.bahiablanca

Hoy, desde Milán, la actriz ya trabaja en un nuevo proyecto, aunque confiesa que su pensamiento está puesto en regresar pronto a la tierra que la adoptó.

“Ninguna tierra me ha recibido así y yo estoy solo agradecida por esto. Espero haber tenido ojos y corazón lo suficientemente grandes para contener un sueño así”.

“No sé si me encontré o me reencontré: mi alma es argentina”

María Vittoria destacó las ganas de abrazar en cada familia argentina y la magia que todavía corre potente en las pequeñas y en las grandes cosas, desde la naturaleza a los rituales familiares. 

 “Descubrí las ganas de estar unidos celebrando y el encuentro con los ancianos, con los jóvenes, esas ganas de ir a la plaza y vivir juntos más allá de las pantallas, más allá de las distancias y de las diferencias”, añadió.

Crédito: Facebook circulotrentino.bahiablanca

También reflexionó cómo el poder de una pequeña bandera, como puede ser la del Trentino, puede crear una gran unidad. 

“Y basta poco, basta tan poco. Quizás nosotros lo definimos poco, pero en realidad es más de lo que se cree. Basta un abuelo, una gota de sangre antigua para hacer que nos miremos a los ojos y nos reconozcamos como únicos, como un conjunto, incluso como una única comunidad”, profundizó.

“Reencontré un fuego en mí, una parte de mí, y descubrí también la posibilidad de decir: yo puedo viajar sola, puedo regresar a mi país y construir junto a otros compañeros de camino, como Lorenzo o mi compañía teatral de ese entonces, Pequod, y gracias a las asociaciones y a la Provincia, lograr regresar para contar la historia y volver a abrazar a esas personas y encontrar nuevas”, señaló. 

Maria Vittoria hizo hincapié en la fuerza que tiene creer en algo y crear relaciones fuertes.

“Se puede hacer incluso si estamos cansados, incluso en tiempos como estos, tan duros. Podemos recordarnos siempre que, de todas formas, somos afortunados”, celebró.

“Yo me sentí afortunada, me emocioné no sé cuántas veces al final de cada espectáculo, de cada encuentro y lo debo una vez más a las personas que encontré y estuvieron a mi lado”, remarcó.

En cuanto a la historia de los inmigrantes, el retorno y la ciclicidad expresó que son cuestiones que muchos italianos están olvidando.

“Nosotros hemos sido emigrantes, nos han acogido. Si ahora tenemos fortuna en nuestro país también es porque una parte de personas partieron y las que se quedaron pudieron compartir lo que tenían en un momento tan difícil”, subrayó.

“Cuánto de todo eso permitió el desarrollo tanto de la tierra italiana como de la argentina y esta fuerza, este lazo que no se rompe y que no debemos olvidar”, dijo.

Lo que la actriz volcó en la obra es fruto de entrevistas con jóvenes y con ancianos que recogieron las historias y las compartieron pero también del encuentro espontáneo con personas que reconocían tener origen italiano aún cuando no supieran muy bien de dónde eran.

“Son historias de vida, y no privadas, sino relatos personales que se vuelven universales. Entonces inicialmente la obra iba a llamarse Volver o Regresar porque sugería la idea de seguir un camino, de ir tras las huellas de algo, pero la palabra justa fue verdaderamente ‘Compartimos’”, señaló.

“Hay que saber reconocer, ser agradecida con una tierra y un pueblo que nos ha dado tanto”, concluyó.