El diario que es pilar de los historiadores e investigadores
Los hechos locales desde que la población sumaba 20 mil almas, hasta este presente del siglo XXI con 312 mil.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
La Nueva Provincia, tal su nombre original, cumple 126 años en una ciudad fundada hace 196 y cuyos primeros 60 años vivió aislada, olvidada y acosada por la constante amenaza de los aborígenes.
Es decir que se trata de una publicación que ha estado en las calles en tres siglos diferentes, que ha sido leído por al menos siete generaciones de bahienses y es parte del desarrollo y crecimiento no sólo de la región sino también de la Patagonia, reconocido como “El gran diario del sur argentino”.
El año en que Enrique Julio sacó el primer ejemplar en el mismo en que Julio Argentino Roca asumió la presidencia, en Italia nació el empresario Enzo Ferrari, España terminó su imperio colonial al ceder a Cuba y Puerto Rico y Pierre y Marie Curie descubrieron el radio.
Son 126 años registrando el día a día de la ciudad. Los hechos locales desde que la población sumaba 20 mil almas, hasta este presente del siglo XXI con 312 mil. Recorrer su colección de casi 40 mil ejemplares es adentrarse en un gran libro que detalla hechos políticos, sociales, económicos, educacionales, sanitarios, policiales y deportivos, tanto locales como nacionales e internacionales.
En sus páginas está reflejada la inauguración en 1903 del frigorífico Sansinena y la del parque de Mayo en 1906, las fiestas del centenario de 1910, el retiro del alambrado que rodeaba a la plaza Rivadavia, la habilitación de los Palacios de Tribunales y Municipal, la inauguración del monumento a Rivadavia y de la Universidad Nacional del Sur, el entubado del arroyo Napostá, la visita de Eva Duarte, la construcción del policlínico, la puesta en marcha del servicio de tranvías eléctricos, el triunfo al básquet frente a Yugoslavia campeón del mundo, el golpe de Estado del 30, del 55, del 76, la pulseada para obtener la radicación de la planta de GNL.
Se llamó La Nueva Provincia durante 115 años. En diciembre de 2013 abandonó su tamaño sábana para pasar a tabloide y modificó su nombre a La Nueva., como parte de un conjunto de cambios propios de los nuevos tiempos.
Un testimonio que es pura historia
La Nueva Provincia es uno de los diarios más consultados por historiadores e investigadores. La colección completa está en el archivo del diario y también en la biblioteca Rivadavia. Es una fuente constante de trabajos académicos, una referencia inevitable al momento de elaborar tesis, artículos, libros y publicaciones.
En ese sentido, esta disponibilidad contradice aquella idea del escritor Jorge Luis Borges al indicar que “un diario se escribe para el olvido, deliberadamente para el olvido”.
Quizá se pueda aceptar ese pensamiento para la lectura del momento, noticias que en pocos minutos serán parte del pasado y darán lugar a nuevas, sobre todo en esta época en que los medios de comunicación se han multiplicado de manera extraordinaria.
Pero de cada edición, hay uno, dos o tres ejemplares que van a un archivo. Esos ejemplares son los que dan por tierra la idea de que fueron hechos para el olvido al pasar a estar disponibles para la historia.
Hay quienes definen al periodismo como el responsable de escribir “el primer borrador de la historia”. El escritor y premio Nobel Albert Camus (1903-1960) prefirió definirlo como “el historiador del instante”.
Los historiadores reconocer a la prensa como una fuente importante e indispensable, lo cual no significa que no analicen con cuidado y criterio lo publicado, a partir de conocer la tendencia política del medio, sus posibles intereses, todo el contexto y compararlo con otro tipo de fuentes.
Si bien las fuentes históricas más respetadas son los registros manuscritos, impresos y orales que permiten la comprensión interpretativa del pasado, los diarios resultan indispensables para conocer los hechos sociales, culturales y políticos.
“Una fuente que irradia el pasado, incluso aunque se entienda que no es un reflejo directo del mismo, que representa fragmentos del pasado que deben ser interpretados. Se trata de una “fuente documental del panorama político” cuyos discursos e influencia han sido parte de la formación de la sociedad.
La Nueva Provincia lleva 126 años informando. Y lo sigue haciendo, cada día. Reflejando el sentir de una ciudad, de una región. Se publica para el día, se lee para la reflexión y el olvido, se archiva para la historia.
Opiniones calificadas
--Precisión. “Consultar diarios, sobre todo para cuestiones de la historia reciente del siglo XIX-XX, es una herramienta imprescindible. Se buscan las noticias para corroborar fechas, nombres de personas que participaron. Es interesante ir rastreando como se fueron dando determinadas situaciones o hechos, más allá de que hay otros tipos de crónicas y testimonios que aportan vivencias, sentimientos y emociones. El diario permite tener cierta precisión para una investigación, la cual luego se completa con el trabajo de cruzar y chequear fuentes. Cuando comencé a trabajar en Ferrowhite, ex trabajadores del ferrocarril hablaban de “la huelga del 61”, pero había ciertas diferencias en cuanto a las fechas que mencionaban. El diario aporta datos precisos frente a la memoria humana que a veces es frágil en ese aspecto”. (Ana Miravalles, Licenciada en Historia, Directora del Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca).
--Privilegio. “La prensa es un registro muy valioso para la investigación histórica ya que permite establecer procesos y brinda información en cuestiones políticas, económicas y sociales. También es importante porque en nuestro país hay una gran falencia en otro tipo de archivos públicos y privados. La investigación a veces se encuentra con registros muy fragmentados y dispersos, en cambio la prensa establece una continuidad que permite hacer cronologías. Permite un primer paso, una estructura sobre la cual después uno puede seguir indagando. Siempre es algo que se debe tomar con cautela, como cualquier otra fuente, porque también responde a ciertos intereses, a determinados propietarios o accionistas. En Bahía Blanca tenemos la suerte de contar con la hemeroteca de la Biblioteca Rivadavia que es una de las más completas del país, podemos sentirnos privilegiados porque no es algo común de encontrar”. (José Marcilese, Doctor en Historia, escritor, titular de Archivo de la Memoria de la Universidad Nacional del Sur).