La fuente de Lola Mora, a salvo
Los daños fueron menores pero obligan a extremar medidas.
No es novedad que los monumentos, fuentes y otros elementos que se ubican en los espacios públicos están siempre expuestos al accionar de quienes hacen del vandalismo una particular manera de manifestar su inteligencia.
Lo mismo sucede, lamentablemente, cuando se realiza una plantación de árboles en plazas, parques y paseos, muchos de los cuales aparecen quebrados, dañados o simplemente retirados del lugar.
Hace unas semanas robaron partes del monumento a Daiana Herlein en el parque de Mayo, los grafitis siempre están presentes en los mármoles y granitos de los pedestales, se llevan los artefactos de iluminación, las plantas y todo lo que pinte.
Incluso componentes del equipamiento urbano definidos como “antivandálicos” han demostrado en muchos casos que tal condición es inexistente o al menos insuficiente.
Ahora fue el turno de la fuente de Lola Mora, el maravilloso grupo escultórico ubicado en el playón del complejo de avenida Alem al 1200 de la Universidad Nacional del Sur, cuyo cerco perimetral de vidrio fue golpeado hasta casi su rotura.
Por suerte los autores del atentado, acaso en su propia ignorancia, se concentraron en golpear ese cerco y no prestaron demasiada atención a las piezas de mármol que conforman el valioso conjunto artístico, con lo cual el daño puede considerarse menor.
La fuente de Lola Mora fue inaugurada en 1978, diez años después de haber hallado el vecino Omar Peñuñuri, de manera casual, sus componentes arrumbados en un pequeño galpón del parque Independencia.
Sólo los capullos ubicados en los extremos del conjunto tienen la firma de la escultora tucumana Dolores “Lola” Mora, considerada una de las artistas más talentosas del siglo XX.
Conociendo el valor patrimonial de la fuente y la ocupación que siempre la Universidad ha tenido sobre la obra –que es parte de su identidad— no hay dudas de que en poco tiempo se habrán reparado los daños.
Una actitud que es la mejor manera de responder a este tipo de hechos y de dejar en claro que a para este tipo de actos incultos existe una inmediata respuesta que los vuelve casi inocuos.