Lili Pisani, el nombre propio de La Falda: "El club fue su vida", resaltó su hijo

Fernando Rodríguez

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Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.

 

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Todos quisieron estar presentes para recordar a Lili, Liliana Pisani, la que desde ayer quedó grabada para siempre en el gimnasio de básquetbol de La Falda, al que se impuso su nombre.

Fue, ni más ni menos que devolverle algo de todo lo que ella hizo por su club, por su gente, por cada uno que se sentía parte de esta institución.

Siempre dispuesta a solucionar cada inconveniente, amigable, querible, familiera.

En una tarde cargada de emoción, su recuerdo estuvo más vivo que nunca. 

Dejó tan grabada su impronta que ayer se vio reflejado con el gran número de personas que se hicieron presentes para homenajearla, volver a sentirla cerca y recordarla.

Y así se reunieron ex jugadores, amigos, dirigentes, familiares y gran parte de la comunidad de La Falda, ese club y ese barrio con el que tanto se identificó.

"Esto es una alegría enorme. Creo que recién con el tiempo voy a poder dimensionar lo que significa. Ella jamás hubiera creído que esto podía pasar. Y este hubiera sido su mejor regalo en vida, porque el club fue su vida", resaltó Leonardo Sandón, uno de sus hijos, quien estuvo también junto a sus hermanas Vanina y Ariadna.

En la foto, debajo del cartel, aparecen Alejo Blanco (nieto de Lili), Leo (hijo), Emanuel Blanco (nieto), Daniel Etayo y Lisandro Pisani (sobrinos).

"Esto va a quedar para toda la vida. Yo me voy a ir y vendrán mis hijos o mis nietos si alguna vez tengo, y así los que sigan. Es una tradición familiar. Todos los que fuimos alguna vez jugadores pensamos que lo importante es un campeonato y en realidad esto es lo que realmente vale, porque es el nombre que va a quedar para toda la historia", destacó Leo.

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Después de un sencillo, pero no menos emotivo homenaje en el que se descubrió el nombre de Lili Pisani, ex jugadores que pasaron por la institución, varios de ellos familiares, aprovecharon el momento para volver a disfrutar juntos en la cancha que tantos recuerdos les generó.

Previamente y después de las fotos para la historia, todos se unieron y corearon "oleee, ole, ole, oleee, Li, Liii, Li, Liii...". Y así la pelota fue al aire.

Sin importar la forma física de otros tiempos y el paso de los años, cada uno de los protagonistas disfrutó de una tarde especial, emotiva. Todos quisieron estar y participar de un partido que significó la excusa perfecta para homenajear a una mujer que se ganó el cariño de todos.

A partir de ahora, cada uno que ingrese a La Falda verá en lo alto su nombre y la recordará. Y con el tiempo, de generación en generación, se irán transmitiendo quién fue Lili Pisani, hoy, la única mujer que tiene su nombre en un gimnasio de básquetbol de la ciudad. ¿Qué más decir?