Bahía Blanca | Lunes, 20 de mayo

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Maca García, la arquitecta bahiense que trabaja en la remodelación del Camp Nou

"Creo que no termino de tomar dimensión de dónde estoy", contó desde Barcelona. El proyecto comprende mucho más que un nuevo y moderno estadio; puede seguirse sus avances en vivo y se estima que costará 1500 millones de euros.

¡China de felicidad! Maca en su nuevo trabajo, en pleno Camp Nou. Fotos: Gentileza Macarena García, Barcelona y web.

La noticia fría es espectacular y, de cierto modo, impactante: hay una arquitecta bahiense trabajando en la remodelación del Camp Nou, el estadio del Fútbol Club Barcelona.

Detrás, obviamente, hay una historia. En este caso la de Macarena García, una mujer de 29 años en busca de nuevos desafíos y con espíritu inquieto, que en base a su inteligencia y preparación, llegó a formar parte de una obra histórica. Que para ella de a poco se va transformando en una cansadora pero satisfactoria rutina.

La casa del Barca, que también fue la de Lionel Messi y tantos otros, es un ícono del deporte mundial, por su pasado y la historia que se escribió ahí, pero también por lo que significará a futuro, como uno de los escenarios más grandes y modernos de la tierra.

"Creo que no termino de tomar dimensión de dónde estoy. Son contados con los dedos las obras de esta dimensión y de este tipo", reconoce Maca en diálogo con La Nueva., todavía un poco sorprendida por el lugar que ocupa.

Desde hace casi dos años, Maca -hija del querido Néstor "Che" García y Daniela Salvatori- partió con su pareja Darián Tuma para instalarse en Barcelona, entre otras cosas a realizar un Máster en Planificación Urbana y Sostenibilidad en la Universidad Politécnica de Cataluña.

Mientras continuaba estudiando tenía un trabajo de media jornada en una empresa que realizaba reformas en departamentos.

Después de un tiempo, con el Máster en la etapa final, ya instalados y más adaptadas a la ciudad, decidió comenzar a buscar otras oportunidades.

Era hora -otra vez- de dejar la zona de confort e ir por nuevos desafíos.

La vista de Maca, de otro día en la oficina.

"La realidad es que me encanta mi trabajo, entonces que no esté del todo entusiasmada con algo que estoy haciendo, me termina haciendo saber que no quiero estar ahí. Cuando empiezo a estar un poco tranquila o en calma ya hay algo que me hace ruido. Que después me lo cuestiono porque a veces estar tranquila no está tan mal, pero es algo que me surge sola. Busco eso sin pensarlo mucho. Ahora con esto tengo para entretenerme un largo rato", reconoce Maca.

En nuestra ciudad cursó la etapa académica en la Escuela N°7 y egresó en el Colegio La Inmaculada (hoy La Salle Bahía Blanca), para luego recibirse de arquitecta en la Universidad de Buenos Aires en 2017.

La búsqueda de un nuevo trabajo comenzó como la de tantos otros: aplicando a través de distintas plataformas. Hasta que llegó la chance.

"Empecé a buscar tranquila, con tiempo. Y había una publicación en Linkedin, no muy detallada, que decía que era para el Camp Nou, yo no tenía ni idea que lo iban a reformar. Apliqué y me llamó una chica de Recursos Humanos, pero no de la empresa que están haciendo las reformas sino que de una empresa subcontratada, que es de origen turco", recordó.

A partir de ahí, lo que empezó como algo exclusivamente administrativo y burocrático, terminó con la sorpresa.

"Me hicieron llenar unos formularios y nada más, les escribí a las semanas y no me respondieron nada… yo me re olvidé; esto fue en mayo. Como a los tres meses me volvió a escribir para ver si hablaba inglés, le dije que sí y de nuevo quedó todo en la nada. Y al tiempo, por Linkedin me escribió una persona en inglés, con nombre turco, sin foto sin nada, que estaban buscando gente. Pero no entendía de dónde habían sacado mi nombre, porque era todo como de cero, me parecía todo medio raro. Me pidió que le mandara el CV, se lo mandé y me dijo si el sábado (era jueves) podía ir a una entrevista. Ahí me explicó que era en las oficinas del Camp Nou; todo empezaba a tener más color. Fui, tuve la entrevista con el que ahora es mi jefe. El lunes me mandaron la propuesta y ya quedé, entré a los 15 días", resumió.

Desde hace casi dos meses, la vida de Maca se centra en el Camp Nou, donde tiene su oficina junto al estadio para, generalmente, insertarse durante muchísimas horas en una obra que cuenta con algunas características muy particulares, bajo el nombre "Espai Barca".

La misma se encuentra increíblemente detallada y de una manera muy interactiva en la página oficial del club (www.fcbarcelona.es), donde no sólo se explican los motivos de la remodelación (entre otras cosas alude que había 67 estadios más modernos en Europa que el antiguo Camp Nou), sino que también se muestran los pasos que se van dando, se detalla el presupuesto y cómo es financiado el mismo, y hasta puede seguirse la obra con una transmisión ¡en vivo! Maravilloso: mirá.

Según lo detallado por el club, la estimación de los inversores es de 1.500 millones de euros, teniendo en cuenta no sólo el estadio sino todo lo que comprende el proyecto de transformación de las instalaciones del FC Barcelona en el barrio de Les Corts de Barcelona y el Estadi Johan Cruyff en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. 900 millones se calcula que serán invertidos puntualmente en el estadio.

"Un proyecto que une deporte y arquitectura, y que será un espacio de convivencia para los socios y de acogida para los visitantes los 365 días del año", explica el sitio.

Esto, además, fue sometido a la aprobación de los socios, que apoyaron con más del 72,3% de los votos favorables.

Así presentó el Barcelona su imponente proyecto.

Futuro.

"Es una empresa súper grande, porque la obra es inmensa, está todo sectorizado por tareas. Yo estoy como arquitecta de obra, en la parte de acabado final. Me costó bastante el tema del idioma, ya que mi grupo de trabajo son todos turcos. Yo manejo el inglés pero no tanto lo técnico, ahora ya aprendí lo principal. Pero ellos tampoco tienen tan buen nivel, en definitiva lo importante es entendernos. Hay gente de todos lados trabajando", explica Maca.

-¿Cómo fueron esas primeras sensaciones cuando te llamaron?

-Fue bastante flashero. Caí un poco la primera vez que fui, cuando vi la dimensión de la obra y lo que era el proyecto. Tiene todo: restauración de lo que hay, se demolió una parte, hay una parte nueva… Tiene como un popurrí de cosas que a nivel experiencia está buenísimo. Es súper impactante estar ahí, aunque ahora está destruido. Es algo súpero icónico a nivel ciudad, país y mundial, también porque va a ser uno de los estadios más grande de todo el mundo.

La obra se inició oficialmente en junio de este año, con el presidente Joan Laporta a cargo del acto simbólico, y se espera que la primera etapa esté finalizada para noviembre del próximo año, lo que le permitiría al equipo volver a competir en el estadio, aunque con mucho por hacer en lo edilicio aún.

Es decir, el calendario de obra proyecta que a fines de 2024 regrese el fútbol, con un estadio terminado de la segunda bandeja para abajo (entre 65 mil y 70 mil localidades). La anilla VIP y la tercera bandeja serían el paso para la temporada 2024-25 y a fines de ese año o principio de 2026, será el turno del techo. En junio de ese año, en Barcelona sueñan con dar por finalizada la histórica obra que tendrá lugar para poco más de 100 mil espectadores.

"Será el más seguro, cómodo, comercial y más moderno estadio del mundo. Haremos el mejor estadio del mundo, al nivel del mejor club del mundo”, dijo Laporta, tras colocar la piedra fundacional.

El presidente Joan Lamporta y parte de la Comisión recorriendo las obras días atrás.

Ser parte de la historia

-Maca, ¿te genera algo especial ser parte de una obra tan icónica?

-En realidad no sé si lo pienso tanto así, sí me genera mucha satisfacción a nivel de crecimiento profesional. Porque ya estoy aprendiendo y sé que voy a aprender un montón más. Siempre me interesó mucho todo lo que tenga que ver con lo público. Cualquier edificio público que sea habitable y más si es masivo. Siempre me atrajo mucho esa rama de la arquitectura. Si me decís de hacer una súper mansión, la verdad que no me llama atención en lo absoluto. Pero algo que tenga que ver con la parte pública o masiva, en este caso es el entretenimiento, me atrae un montón. Particularmente no soy una fanática del fútbol, pero sí que sea algo icónico tiene su atractivo.

-¿Cómo es tu día a día ahí?

-Ahora ya estoy acostumbrada. Primero tuve que conocer y entender lo que se iba a hacer, eso me llevó unas semanas, ahora ya me recorro el estadio como si nada. Recién estamos empezando, todavía hay tanto por hacer, resolver y por abarcar que no se me hace una rutina. Ya la parte de entrar y sorprenderme se me pasó un poco, pero por momentos me paro en algún punto y me quedo mirando, saco alguna foto, un poco me sigue pasando de quedarme admirando donde estoy.

-Más allá de que no seas fanática del fútbol, que sea un lugar de tanta historia en el deporte también lo hace tan especial...

-Sí, obvio que sí porque el fútbol es gigante a nivel mundial y como argentina siempre significa mucho. Además, es donde jugó Messi toda su vida. De hecho las oficinas nuestras están como decoradas con los carteles que sacaron cuando fueron demoliendo y en algunos hay recortes de diarios de Messi. Eso también es un poco flashero, ahí caes y decís los argentinos estamos en todos lados realmente.

De la Escuela 7 al mundo

El camino de Maca con la arquitectura se unió después de egresar de La Inmaculada y empezar a recorrer, preguntar y sacar conclusiones.

Sin tener muy en claro qué estudiar, filtró dos grandes carreras: la que hoy es su profesión e Ingeniería Civil. 

"Me tiró más arquitectura porque siento que tiene algo más de vincularlo con el humano viviendo o habitando sectores, la Ingeniería lo veía como más duro, de números, algo más frío. Nada, fue mi percepción con lo que fui recolectando, me podría haber salido re mal. La verdad que por suerte la carrera me encantó", reconoce.

Tras egresarse en la UBA, Maca trabajó en el Instituto de la Vivienda del Gobierno de la Ciudad, en un mega proyecto de urbanización del Barrio Rodrigo Bueno. Luego y antes de emigrar, también prestó servicios para una empresa que hacía restauración patrimonial, participando en la restauración del Palacio Otamendi de San Fernando.

"Siempre tuve trabajos que me gustaron bastante, y con buenos grupos -cuenta-. Ese también fue un trabajo de grandes dimensiones, no a este nivel. Pero esto siento que a nivel de escala y magnitud es una locura, no sé si me va a volver a pasar. Son contados con los dedos las obras de esta dimensiones y de este tipo. A nivel profesional sé que me va a aportar muchísimo", se ilusionó.

Pasado.

No falta tanto para que el Camp Nou luzca así.

-Y teniendo en cuenta esto, ¿nunca te llegó a abrumar formar parte de algo tan grande, o al principio sí y después no?

-Me abrumó un poco los primeros días, hasta que entendí cómo era un poco todo. Pero es algo lógico de cualquier trabajo, hasta que entendés cómo manejarte, el idioma, cómo era la obra. Después, en realidad creo que no termino de tomar dimensión de dónde estoy. Como que al estar tanto en el día a día, metida en ese círculo, te importa ir resolviendo y sacando las cosas adelante y siento que en algún punto no me doy cuenta en general dónde estoy. Es como un poco fingir demencia, jaja.

-A veces eso es lo mejor jaja...

-La verdad que sí, es bastante loco. Hasta que no estuve ahí no terminé de caer y darme cuenta la satisfacción que me estaba dando, la verdad. Pero más allá de que sea agotador estoy súper contenta de poder formar parte de algo así.

De acá a unos años, cuando algún turista bahiense llegue hasta el Camp Nou y quede impactado con semejante obra, podrá decir con orgullo que en ese increíble lugar dejó su huella y aportó su granito de arena otra bahiense. Maca, seguramente, ya andará disfrutando de nuevos desafíos...