Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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Ezequiel Zani: “A los 13 años me compré una tablita y jugaba a ser entrenador”

El bahiense está como asistente de Los Leones de Quilpué (Chile). Mañana comenzarán la Liga Sudamericana en Uruguay. 

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

Ezequiel era jugador en Preinfantiles de Olimpo y su mirada ya la ponía en los entrenadores, iba descubriendo el básquetbol desde otra función, acaso, presagiando lo que terminó concretándose.

“A los 13 años me compré una tablita y jugaba a ser entrenador. Llegaba a mi casa y hacía dibujos y jugadas en la tablita”, recuerda.

Hoy, 20 años más tarde, lo encuentra como asistente en el equipo Los Leones de Quilpué (Chile), que mañana comenzará la Liga Sudamericana en Montevideo, contra Gimnasia de Comodoro, el local Peñarol y Leones de Potosí.

La práctica de ayer, en el Palacio Peñarol, de Montevideo.

“En 2019 el equipo estaba clasificado para la Liga Sudamericana y como no tenían asistente me llevaron. Recién llegado, no sabía dónde estaba parado. Y el año pasado jugamos en Buenos Aires. Siempre está la ilusión de pasar de instancia, algo que el club no pudo lograr”, comentó Zani.

Su decisión de tomar el básquetbol como profesión fue un proceso natural.

“Cuando vi que como jugador me divertía y no iba a ser profesional, empecé a dirigir, y estudié educación física. No era de los que más le gustaba estudiar, pero sabía que me daría herramientas para ser entrenador”, contó.

Fueron siete años en el aurinegro, incluyendo un título de Sub 23.

“Pasé por todas las categorías. Los últimos dos años fui asistente en Primera. Pero siempre dirigí menores, de hecho, acá vine a cumplir la misma función. Estuve seis meses -detalló-, después pasó la pandemia, dirigí el resto del año y antes de las vacaciones me dijeron de ocupar el cargo de asistente”.

-¿Qué te gusta más?

-Ahora que estoy empezando a conocer este mundo me gusta más la Liga.

-Tener al lado a un técnico como el español José Angel Samaniego debe significar un aprendizaje permanente, ¿no?

-La verdad es un fenómeno. Durante 20 años fue asistente ACB. Cuando vino estaba como asistente de Joventut de Badalona. Y llegó con una cultura totalmente de elite, diferente a la que uno está acostumbrado, y es lo que busca imponer acá. Entonces, te podría decir que trabajamos de la misma forma, salvando las distancias, que en la ACB.

-Es decir, tenés un curso diario y personalizado.

-Para mí es como estar en la Universidad. Estás conociendo cosas, descubriendo detalles y te mantiene siempre con los sentidos alerta para que no te relajes y sigas aprendiendo. Es una persona que, aparte, le gusta enseñar. Coincidir acá fue algo impensado y estoy tratando de sacar el máximo beneficio.

-¿Cómo definirías al actual básquetbol chileno y en qué trazarías un paralelismo con Bahía?

-El básquetbol chileno creció mucho últimamente, otros años estaba muy lejos. En cuanto a Bahía, es muy difícil de comparar, porque parece otro mundo con tantos equipos y torneos. Acá en menores se está a años luz, por la simple razón que para poder jugar tenés que viajar, cuando en Bahía cada cuatro o cinco cuadras tenés un club. El principal problema acá es que no hay gimnasios, a excepción de alguno municipal. Algunos juegan en cancha descubiertas o los clubes arriendan gimnasios, entonces se hace difícil para entrenar y jugar.

-¿Cómo fue la permanencia alejado de la ciudad?

-Fue un poco difícil por lo que sucedió, porque al poco tiempo de estar acá hubo un estallido social que tuvo bastante movilizado al país. Cuando estaban los toque de queda me preguntaba “¿adónde vine?”; después fue la pandemia, siete meses sin poder salir y entrenando por zoom, hasta que volvimos a la normalidad. Vine por un año y se cumplió durante la pandemia. Lógicamente el presidente me dio tranquilidad. Es un club ordenado, nunca tuve problemas de pago y eso te da cierta tranquilidad. Hoy por hoy me siento muy cómodo, vivo cerca del club y en un lugar bastante lindo.

-¿Cuál es tu objetivo en este camino que vas recorriendo?

-Me fui de Bahía para salir de la zona de confort. Sé que Bahía en cierto modo es un círculo un poco cerrado, porque los entrenadores suelen ir rotando entre equipos, pero, al menos cuando yo me fui no entraban muchos nuevos. Entonces, se hacía difícil escalar. Mi idea es crecer como profesional, aprender día a día y ser mejor.

Así como Ezequiel va dando pasos firmes en Chile, en el básquetbol de ese país dejaron su huella Daniel Allende y Daniel Frola, quienes estuvieron muchos años, hay otros que pasaron menos tiempo, y algunos que aún permanecen como Jorge Alvarez (Las Animas), Gabriel Schamberger (Valdivia) y Emiliano Cucchetti (director deportivo de Ancud), mientras que José Luis Pisani (DT de Ancud) está cumpliendo su segunda etapa.

-¿Estás tomando la experiencia para afianzarte ahí o desarrollarte y buscar otro horizonte?

-Creo que va por los dos lados. Todavía tengo 33 años y sin una familia armada, cualquier decisión depende exclusivamente de mí. Pero es un lugar, sin dudas, para desarrollarse y en función del resultado, poder hacer tu vida acá. De todos modos, no estoy atado a nada. Más siendo profesional, que no se sabe qué puede suceder.

-Sí estás decidido a continuar la carrera de entrenador.

-Sí, sin dudas.