Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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La Bahía que se viene: nuevos centros, edificios más bajos y menos barrios alejados

Son algunas cuestiones que plantea el nuevo “Plan de ordenamiento urbano ambiental” que se busca discutir.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Guillermo Crisafulli

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   “Plan de ordenamiento urbano ambiental” (POUA). Con ese nombre la municipalidad presentó la semana última un conjunto de normativas para disponer de “un sistema de discusión y un instrumento de planificación sobre los fenómenos que atraviesa la ciudad y su evolución”.

   El primer plan de desarrollo que tuvo Bahía Blanca data de 1971, cuando la ciudad estaba viviendo, se dijo, “un período de dramáticos cambios”. El mismo apuntaba a dar respuesta al crecimiento urbano, dotarla de mejores condiciones de vida y “salvarla del deterioro que pareciera darse en las ciudades que crecen”.

   Salvo una actualización realizada en 1986, ese Plan sigue rigiendo el planeamiento de una ciudad que, no es necesario puntualizarlo, ha modificado en los últimos 50 años toda su estructura, usos y costumbres, demandas y crecimiento.

   Esa falta de actualización ha derivado en un crecimiento anárquico, en el uso de excepciones, el cambio de perfiles barriales, un manual sin respuestas para muchos de los usos propios del siglo XXI.

La nueva normativa

   El titular de la Subsecretaría Planificación y Desarrollo Urbano, arquitecto Álvaro Martín Castro García, presentó un trabajo donde se establecen temas prioritarios y un conjunto de propuestas para generar una ciudad sostenible, inclusiva y equitativa.

   “Hay que pensar en los cambios que generan las nuevas tecnologías y las formas de comercializar. Se necesita repensar el funcionamiento del centro e impulsar una densificación amigable con los barrios”, explicó el funcionario sobre el espíritu del nuevo trabajo.

   Si bien la propuesta es amplia y exige ser leída y analizada con detenimiento, Castro señaló que se trabajó a partir de una lógica de “corredores, nodos y distritos” relacionados con las características barriales.

   “Algunos corredores ya existen y otros, que empezaron siendo viales, se van consolidando con equipamientos comerciales”, amplió.

   Entre los temas prioritarios que considera la nueva normativa se destacan: establecer un crecimiento sostenible, repensar la movilidad vehicular, ordenar el uso del suelo y anticipar las amenazas naturales.

   Como objetivos principales están jerarquizar los espacios públicos, regular la extensión territorial, mejorar las posibilidades de acceso al suelo y a la vivienda, definir el uso de los grandes vacíos urbanos, potenciar el frente marítimo y resolver la falta de agua.

   Otra de las ideas es promover la denominada “ciudad de los 15 minutos”, con el desarrollo de nuevos subcentros y la generación de empleos en las denominadas áreas dormitorios (suburbios), de modo que las distancias al trabajo sean menores a las actuales.

   Entre las propuestas existe un pensamiento para la avenida Alem, el barrio Universitario, la avenida 14 de Julio, el parque Campaña al Desierto, el valle del Napostá, las tierras del Noroeste, la Estación Sud y Villa Mitre, entre otras.

Un largo camino

   Contar con este nuevo plan de ordenamiento urbano supone un largo camino. Por varias cuestiones. Primero, porque será discutido en la Comisión Asesora de Planificación Urbana, en la cual intervienen los colegios profesionales, universidades, entidades intermedias que analizarán la propuesta, presentarán sus observaciones y opiniones que la municipalidad considerará y discutirá.

   Hay una intención, además, de presentar el plan antes varias entidades, como la Corporación de Comercio, la Unión Industrial, sociedades de fomento. Todo apuntando a contar con un consenso que permita un visto bueno final antes de ser elevado al Concejo Deliberante para su aprobación.

   Superadas esas instancias, el plan debe ser derivado a La Plata, ya que el mismo debe ser analizado y aprobado por el estado provincial. Ese trámite puede durar meses, con las eventuales observaciones que se hagan, las respuestas, los acuerdos.

   Luego, con todo aprobado, hay un plazo de al menos dos años para su puesta en vigencia. En definitiva, la normativa puede eventualmente estar en vigencia en 2025 ó 2026.

   De cualquier manera, es un camino que se debe transitar. Si no se disponen de herramientas urbanas acordes a los nuevos tiempos, si no se busca el bienestar generar antes que el particular, el resultado puede ser tener una ciudad cada vez más caótica, agresiva y cuya calidad de vida se aleje cada día más de lo ideal.

Unos ejemplos

   Entre las propuestas del nuevo código existe un planteo para la avenida Alem, con una peatonalización, entre Alsina y Sarmiento, un corredor verde hasta el parque de Mayo, adecuar el bulevar existente frente a la Universidad Nacional del Sur y alentar los edificios de hasta 15 pisos del parque hacia el canal.

   Se buscará desalentar la construcción de edificios en altura en terrenos de pocos metros de frente, preservar los edificios patrimoniales, proteger los perfiles barriales y en el caso de barrios en el periurbano serán los inversores-desarrolladores quienes deberán hacerse cargo de llevar los servicios, resolver el transporte de pasajeros, su seguridad y su infraestructura.