Minifaldas y mocasines, la moda del 68

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 54 años, en marzo de 1968, los jóvenes comenzaban a marcar un nuevo rumbo en la moda, el cual podía advertirse en los concurridísimos bailes de carnaval.

   La del 60 fue, según algunos estudiosos, “la última década en la que pasaron cosas”, más allá de que una afirmación tan categórica sólo es puerta para el disenso. Los 60 incluyen la llegada del hombre a la luna, los asesinatos de los hermanos Kennedy y de Martin Luther King, el mayo Francés, la guerra de los claveles, la aparición de Los Beatles, la construcción del muro de Berlín, el primer transplante de corazón, el asesinato del Che Guevara, el movimiento Hippie, entre otros tantos hechos significativos.

   Es también la década en que la juventud comienza a tomar protagonismo, dejando de lado muchos conceptos que regían la sociedad de los 50. La moda es uno de los indicativos de esos cambios. Poco a poco el saco y la corbata dejan de ser el vestuario obligado, el sombrero ya había desaparecido y la música pop ó beat se posicionaba como competidora del tango y del folclore.

   La revista Paralelo 38, editada por este diario, marcaba algunos detalles de la moda, verificable en los bailes de carnaval.

   Las mujeres, por caso, usaban peinado “cola de caballo”, “para sobrellevar el ritmo alocado de la danza”. La minifalda era la gran revolución, especialmente adecuada para el carnaval, y el calzado por excelencia eran las sandalias pop, “aconsejables para bailar Pata Pata, el gran éxito de Miriam Makiba.

   Los hombres, por su parte, pelo corto (algunos se animaban al largo), camisa a rayas o floreadas –una manera de despedirse del saco y la corbata--, pantalón sport, tiro corto, “indispensable pars los ritmos calientes” y los modernos mocasines, adecuados para soportar cualquier emergencia (lease ye ye o a gogó).

   Los 60, la década de los grandes cambios (noches en la ciudad, sábado...)