Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Pavimento que estalla: ¿a qué se deben las roturas?

En la última semana se registraron tres casos de levantamiento de asfalto en distintos sectores. Las altas temperaturas es uno de los principales motivos, pero no el único.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Juani Zelaya

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Las altas temperaturas registradas la última semana dejaron en claro varias consecuencias negativas, tanto en los servicios públicos --colapso de la provisión de electricidad y agua-- como en el mal funcionamiento de algunas obras de infraestructura, como es el caso de las calles construidas de hormigón.

   Cada verano es habitual que las losas de este tipo de pavimento "exploten" y que se levanten algunos de sus paños de manera inesperada (un fenómeno también conocido como “blow up” o levantamiento espontáneo), que se genera por el mal funcionamiento de las juntas que precisamente se materializan al momento de la construcción para permitir la dilatación que tienen como consecuencia de las altas temperaturas.

   Este verano, hechos de este tipo ocurrieron en la avenida Alem, avenida Alberto Pedro Cabrera y calle Tres Sargentos.

   La explicación de este fenómeno es bastante sencilla: con el calor el hormigón dilata, se expande, por eso las calles construidas con este material tienen las denominadas "juntas de dilatación", ubicadas generalmente en las bocacalles. Esa junta se sella con un material elástico para evitar que ingresen elementos que se conviertan en un obstáculo que impidan o dificulten esa dilatación del hormigón.

   "El hormigón se expande por el calor, es un comportamiento que se conoce y se considera cuando se diseña una calle con este material. Si cuando dilata se encuentra con algo que restringe ese movimiento, la losa estalla y se levanta. Es --salvando las distancia-- una liberación de energía similar a la tectónica de las placas, a un sismo", explica el ingeniero Gabriel Hernando, calculista de estructuras de hormigón.

   La razón entonces por la cual se genera el estallido del pavimento es que las juntas no están en buen estado porque no se realizaron las indispensables tareas de mantenimiento y limpieza y se van llenando de elementos incomprensibles que conforman un obstáculo para permitir esa dilatación.

Falta de mantenimiento

   Los profesionales de ingeniería consultados coinciden en señalar que, en nuestra ciudad, las explosiones no son consecuencia de un mal diseño del pavimento al momento de su ejecución, sino de la falta adecuada de limpieza y sellado de las juntas.

   "Es bien conocida por los calculistas la distancia y el espesor que tienen que tener las juntas para los pavimentos. No es ese el problema. El inconveniente ocurre cuando por falta de mantenimiento éstas dejan de funcionar como tales", apuntó el ingeniero Néstor Teplitz, titular de una de las empresas dedicadas a este tipo de obras.

   El ingeniero Pedro González, especialista en diseño de pavimentos de hormigón, señaló que si la obra "está hecha a conciencia" es poco probable que el calor genere un levantamiento espontáneo.

   "El tema es que las juntas exigen un mantenimiento en períodos de entre dos a cuatro años, de acuerdo al sellado que se les haya colocado. El sellado impide que ingresen materiales que se opongan a la dilatación de las losas del pavimento. Por otra parte, en los meses de frío, el hormigón se contrae y las juntas quedan abiertas, con lo cual se verifica el ingreso de arena u otros materiales que hacen que cada año vayan perdiendo espesor y permitan menos dilatación", explicó.

   Por eso es que, si las juntas no se limpiaron, el hormigón se encuentra con obstáculos para expandirse y en algún momento se levanta.

   "Cuando se habla de prevenir estas explosiones, la acción a realizar es mantener limpias todas las juntas. En nuestro país no hay una cultura de cada año realizar una revisión y en general se interviene el hormigón cuando estalla", agregó el profesional.

   Otra alternativa preventiva es levantar algún paño del pavimento que esté en mal estado y aprovechar esa intervención para generar un espacio de dilatación.

   "Pero insisto: el nudo principal es la necesidad de mantener en buen estado las juntas, tanto las mencionadas de dilatación como las llamadas de contracción. Es un trabajo que se tiene que hacer en invierno, que es cuando quedan más abiertas por la contracción del hormigón y permiten limpiarlas y renovar el sellado".

Bien técnico

   Los pavimentos tienen dos tipos de juntas: las de contracción y las de expansión ó dilatación, ambas corren transversales al pavimento. Las primeras tienen que ver con que el hormigón cuando endurece se contrae y es necesario dirigir las fisuras a un lugar predeterminado. La de expansión están pensadas para permitir que el hormigón dilate cuando soporta altas temperaturas.

   “Pero las juntas de expansión son ayudadas por las de contracción. Cuando estas dejan de tener un espacio libre empiezan a comerse literalmente a las de expansión. Si las de contracción se conservan en buen estado, las de expansión mantienen también su función", explicó el ingeniero Pedro González.

   Y agregó: "Pero si a las de contracción se les impide el movimiento porque ingresa un material incomprensible, las de expansión no alcanzan a tolerar toda la dilatación que sufre el pavimento”.