Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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La indignante historia del violador que no pasó ni un minuto en prisión

En 2008, Walter Matus fue condenado a 12 años de cárcel por abusar de una niña. Huyó en el juicio y se radicó en Córdoba con nombre falso. Ahora lo detuvieron, pero la causa ya prescribió.

El DNI que tramitó en marzo y la tarjeta que usaba como Marcelo Tevez. Toda la farsa salió a la luz hace algunas semanas, pero ya era tarde. (Archivo-LN.)
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Audionota: Danilo Belloni

Gerardo Monforte / gmonforte@lanueva.com

 

   Marcada por una fuga, mentiras reiteradas y la flexibilidad de una ley y de controles que deberían ajustarse se encuadra la historia que le permitió a un violador, condenado hace 13 años en nuestra ciudad, esconderse de la Justicia en Córdoba, con una identidad falsa y hasta la prescripción de la pena.
   En la zona sur de la capital cordobesa todos conocían al abusador Walter Dagoberto Matus, pero  como "Marcelo", quien trabajaba de cocinero en un local gastronómico del sector.
   Nadie en aquella provincia sabía de su secreto mejor guardado, al menos hasta hace poco tiempo. 
   A fines de abril de 2008, Matus recibió una pena de 12 años de prisión por parte del Tribunal en lo Criminal Nº 3 de Bahía Blanca, que lo encontró autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado y corrupción de menores.
   La víctima tenía 6 o 7 años de edad cuando el depravado comenzó a manosearla en sus partes íntimas en reiteradas ocasiones y posteriormente esos tocamientos se transformaron en violaciones hasta los 10 u 11 años de la menor.
   El imputado, que llegó al juicio oral en libertad, se profugó antes de dictarse el fallo condenatorio y no se supo más nada de él hasta hace algunas semanas, cuando la Policía lo detuvo en Córdoba en relación con esta causa, aunque lo tuvo que liberar.
   Las falacias de Matus no tenían límite y, de hecho, a sus allegados les contaba que su mujer y sus dos hijos habían fallecido como consecuencia de un siniestro vial, versión que también es mendaz.
   Así lo confirmó Elena, una cordobesa dueña de un restaurante ubicado en el barrio Jardín, cerca del comercio donde se desempeñaba el degenerado, a quien dijo conocer bajo su nueva faceta.
   Al momento de concretarse su infructuosa captura, los policías secuestraron en poder de Matus una tarjeta con la inscripción "Marcelo Tevez" y un número telefónico, con código de Córdoba, correspondiente a un local comercial de amoblamientos, donde el delincuente también trabajó. O sigue trabajando, porque hoy no tiene impedimento para moverse libremente como cualquier vecino.
   Los investigadores del caso suponen que Matus usaba ese nombre para ocultar su verdadera identidad.

Descubrir el engaño


   En la tienda de comidas donde se empleaba, Matus (hoy de 55 años) entabló estrecha amistad con una familia que, tiempo después, le prestó una vivienda en el barrio Jardín, porque no tenía dónde vivir.
   Una vez instalado en el departamento ajeno, "Marcelo" tramitó su DNI nuevo, que se emitió el 14 de marzo.
   Debido a que el cartero no encontró a nadie cuando se presentó en ese domicilio para entregar el documento, se dirigió a la casa del propietario del inmueble, a quien conocía porque desde hace muchos años es repartidor postal en ese sector de Córdoba.
   El empleado del correo le explicó la situación y le dejó el DNI para que se lo entregara a su dueño, aunque el morador de la vivienda comenzó a sospechar porque la identidad del solicitante que suministró el cartero no coincidía con la de "Marcelo".
   Ante la desconfianza, el hombre decidió abrir el sobre y constató que la foto del DNI correspondía a la persona que él conocía, pero figuraba otro nombre: Walter Dagoberto Matus.
   Por ese motivo "googleó" su identidad y encontró publicaciones de lanueva.com sobre los delitos imputados a Matus y su posterior condena.
   Frente a semejante sorpresa e indignación, porque el "huésped" había vulnerado su confianza y vivido 6 meses en una propiedad suya, el vecino cordobés denunció al farsante, a quien la Policía cordobesa detuvo rápidamente para evitar una posible segunda fuga.
   Sin embargo, las autoridades policiales dieron aviso del arresto de Matus al tribunal bahiense, desde donde se informó que la pena contra el procesado había prescrito y, por lo tanto, se ordenó su libertad.

Rebeldía y captura


   Cuando la condena quedó firme, la causa 472/2007 se giró al Juzgado de Ejecución Penal Nº 1 local, desde donde se declaró a Matus en rebeldía y se ordenó la captura. Pero la Justicia no logró dar con su paradero, pese a los insistentes pedidos desde la Oficina de Búsqueda de Personas de la Fiscalía para que se lo localice.
   El órgano judicial comunicó el 13 de octubre de 2020 el “levantamiento de la captura a la Policía Federal (INTERPOL), al Registro Nacional de Reincidencia y a Migraciones”.
   Unos días después, el juez de Ejecución Claudio Brun decretó la "extinción de la pena" a Matus "por prescripción" y comunicó la resolución al Registro Nacional de Reincidencia en dos ocasiones. El último aviso consta el 2 de marzo pasado.


   "Actualmente el expediente se encuentra archivado, por lo que no hay pedido de captura vigente", remarcó una fuente del caso.
   Es decir que el abusador sexual no cumplió ni un minuto de su pena en la cárcel. Y lo que es peor: para la ley figura sin antecedentes. Técnicamente es inocente.

Farsa de vida normal


   Hace 5 años, en la capital cordobesa, el falso "Marcelo" presentó a una mujer como su novia (aunque sería su esposa de origen) y a dos chicos como hijos de ella (serían de él también), ante la familia de quien lo hospedó y que por este motivo dejó de tener “tanta desconfianza” del cocinero.
   El grupo familiar que le prestó el departamento al violador sentía "pena" por él como consecuencia de las supuestas pérdidas de su mujer e hijos en una tragedia de tránsito, relato que inventó Matus para generar empatía en los demás y así continuar borrando su pasado en esta ciudad.
   Sin embargo, ellos creyeron en la versión del gastronómico y por esa misma razón nunca le hacían preguntas sobre su familia.
   El pervertido engañó a esas personas durante mucho tiempo, pero ahora, después de haber salido a la luz las retorcidas conductas de Matus, el hombre que lo descubrió no tiene dudas de que ese individuo, que consideraba un amigo, “va a pagar” en algún momento por lo que hizo.

Desapareció de Jardín


   Elena afirmó que Matus dejó de ser empleado del comercio gastronómico hace alrededor de un año y no lo volvió a ver.
   "Marcelo" llevaba una "vida normal" en Córdoba y en un momento -dijo- formó pareja, aunque no descarta que sea su esposa.
   "Me enteré de lo que hizo este hdp, que se hace llamar Marcelo. Acá trabajó muchos años en un negocio cercano al mío y siempre se identificó así. Que yo sepa nunca mencionó su apellido, pero era conocido en el barrio; te decían Marcelo y sabías quién era. Trabajaba en el negocio de gastronomía de día y de noche”, explicó.
   "Acá, la historia de vida que contaba es que su mujer y sus hijos habían fallecido en un accidente, por eso todos pensábamos: 'qué feo, pobre hombre'. Pero ahora sabemos que es mentira”, agregó.
   "Lo he visto muchas veces porque durante años trabajó a media cuadra de mi negocio, pero nunca tuve trato. Solo lo saludaba cuando nos cruzábamos, porque en el barrio nos conocemos todos. Por su tonada sabíamos que era porteño, pero nunca dijo si era bahiense o había vivido en Bahía”, completó.
   De hecho, a muchos cordobeses les dijo que es oriundo de Neuquén.


   Al saber de las publicaciones sobre la condena, Elena se contactó con La Nueva. y dijo que el abusador usaba redes sociales, pero ya no lo pudo ubicar.
   "Me parece que cerró todo. Ojalá se logre algo porque la Justicia argentina deja mucho que desear", concluyó.

 

La ley y las dudas


Prescripción. Es un instituto de derecho por el cual, tras un plazo específico, se extingue la posibilidad del Estado de ejercer el poder punitivo. En casos de prisión perpetua son 15 años y en el resto, nunca más de 12. Hay prescripción de la acción penal y de la pena impuesta.


Reforma. Hace algunos años se modificó el Código Penal. Para delitos sexuales contra menores, la prescripción corre recién cuando la víctima cumple 18 y formula denuncia.


Propuestas. Para evitar lo que pasó con Matus, se podría modificar el artículo 67 (que la prescripción se interrumpa no solo con sentencia no firme, sino también confirmatorias), ampliar el plazo (por ejemplo a 20 años) y/o limitar los recursos apelatorios que dilatan.