Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Estacionalidad, consumo y logística: ¿por qué suben frutas y verduras?

A una demanda exacerbada por el aislamiento obligatorio, se suman cuestiones de traslado e imposibilidad de controles en los comercios de cercanía, entre otros factores. A pesar de los mayores precios, casi nada llega a los productores.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Aumentos que en promedio llegaron hasta el 8 por ciento en apenas una semana y a casi el 30% en un mes se registraron en bocas de expendio locales para algunas verduras y frutas frescas en la ciudad, de acuerdo con un relevamiento del CREEBBA realizado en forma exclusiva para este diario.

El seguimiento solamente abordó grandes bocas de expendio locales, y surge de comparar los precios de un completo listado de frutas y verduras disponibles durante la tercer semana de marzo con los de la segunda.

Si se consideran los comercios de cercanía, los aumentos pueden ser mayores, tal como lo develan las tradicionales pizarras negras, sin cifras de ofertas al consumidor en algunos comercios del rubro.

 Los aumentos más importantes entre semanas fueron para el zapallito (+8,14%), remolacha (5,56%) y ajo (+2,28%), aunque también hubo notorias bajas en tomates (-6,85%) y pomelo (6,25%), siempre hablando para este período acotado de tiempo.

 Si se extiende el lapso temporal de la comparación, las variaciones son significativas: 29,84% para el kilo de naranjas, 24% para las zanahorias y 22,33% para los tomates, con bajas para cebolla (-6,5%), pomelo (-6%) y zapallo (-5,96%) en un mes (tercera semana de marzo contra el mismo período de febrero), de acuerdo con lo recabado por el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).

Al mes pasado, las frutas y las verduras se incrementaron en promedio un 9 y un 1,7% respectivamente en Bahía, de acuerdo con el Centro de Estudios local.

En los comercios especializados (verdulerías) los aumentos tienden a ser mayores que en los supermercados, donde el control de las autoridades es más estricto.

También hay una cuestión relacionada con la imposibilidad de la gente de recorrer locales para buscar precio por el aislamiento obligatorio, vigente hasta el 13 de este mes.

 "La situación es incierta y eso impide conocer el precio de reposición. Un cajón de tomate que se conseguía a $500 hoy está muy por encima de los $1000, y algo similar pasa en los zapallitos, la zanahoria y la papa. En la mayoría, de los casos la fruta no ha tenido incrementos considerables”, explicó el doctor Santiago Vecchi, asesor de varios comercios orientales en nuestra ciudad.

 Agregó que ante las subas intempestivas de los proveedores, los verduleros (que generalmente están a concesión en los super chinos) se enfrentan al dilema de como fijar el precio, ya que vender sin aumentar, es vender a pérdida, toda vez que se desconoce el valor al que podrá reponerse el producto.

 “En los casos de la verdura de hoja, se aplican porcentajes que son muchísimo mayores sobre el precio de costo, porque el desperdicio es muy grande, de forma que nos tenemos que cubrir, sino, perdemos dinero”, explicó un verdulero, que pidió el anonimato.

Más allá de que frutas y verduras son un producto con un alto componente estacional, factores adicionales, como los costos logísticos y a una demanda exacerbada por la cuarentena de los bahienses, inciden en los precios finales,

Pese a ello y aún con el río revuelto, la ganancia, no llega igual para todos los pescadores.

Es que como es habitual, las diferencias entre lo que reciben los productores frutihortícolas y lo que pagan lo consumidores  son abismales.

“La verdad que de los precios altos, nosotros, ni nos enteramos”, bromeó el economista y productor frutícola Víctor Pardo.

“Los productores somos tomadores de precios y tenemos información muy acotada acerca de como se fijan. Por este motivo, la parte del león se la queda el intermediario”, explicó.

Compra conjunta

Si hay algo que caracteriza a los comerciantes chinos frente a sus pares es su afamada estrategia de compras conjunta, que les permite ofrecer mejores precios para algunos productos frente a sus competidores.

Pero según Vecchi, la misma se vería hoy dificultada.

"Existirá una mejor compra si reunimos una decena de negocios, pero para eso, necesitamos logística autorizada para  desplazarse, lo que hoy no es de lo más sencillo. Además, el tema de las restricciones de salidas les hace difícil a las familias dueñas de los negocios organizarse para poder abastecerse", explicó el abogado.

En tanto, inspectores de la dirección regional de la AFIP, junto con integrantes de la Oficina Municipal  de Defensa del Consumidor (OMIC) recorren bocas de expendio locales para controlar los precios.

La verificación se efectúa sobre productos básicos y esenciales de almacén, limpieza, perfumería, artículos para bebé, bebidas, lácteos y de prevención.

En caso de verificarse incumplimientos (concretamente, precios por encima de los sugeridos), la AFIP solicita retrotraerlos  al 6 de marzo.

En caso de negativa del comerciante inspeccionado, se procede a la clausura preventiva según la ley número 20.680 de Abastecimiento.

A la fecha, se relevaron 130 comercios bahienses, entre los que se cuentan carnicerías, farmacias, supermercados, etcétera, de los que participaron más de 70 inspectores.

Se detectaron irregularidades en unos 100 productos, pero sin necesidad de clausuras.

A nivel país, se inspeccionaron 1.860 negocios entre el 18 y el 27 del mes pasado, con precios abusivos en ocho de cada diez locales, según informó la AFIP.