Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Walter Mele: “Solo el amor por los chicos puede superar todas las barreras que existen”

La colonia de verano inclusiva de la AEC dio muestras del sentido de pertenencia que tienen los chicos que asisten a la misma.

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com

   No solo hubo juegos y pileta, sino momentos de creatividad,  campamento, fogones, deportes,  solidaridad, respeto y una fiesta de clausura maravillosa.

   Fue un verano cargado de emociones fascinantes para niños y adolescentes que concurrieron a la escuela de verano inclusiva de la Asociación Empleados de Comercio.

   “Nada es más grato que ver a los niños integrados, compartiendo y celebrando cada propuesta. Hubo 35 chicos con diferentes discapacidades, pero se unieron al resto, casi 700, para perseguir una misma causa”, dijo Walter  Mele, quien con 20 años de trayectoria como coordinador de este tipo de eventos afirma sentir una felicidad extrema, casi indescriptible.

   “Lo mío es auténtico. No pasa por dinero ni prestigio, sino por el amor que uno transmite y recibe. Los chicos son la esencia pura del ser humano. Y dejo de lado la palabra inclusiva, porque si así fuera debería aplicarse en todos los órdenes de la vida”, afirmó.
Walter, y un gran grupo de colaboradores y profesionales, ejercen la tarea de docentes.

   En la colonia nadie  se queda sin la posibilidad de tener un verano divertido.

   Concurrieron chicos con diferentes problemáticas de salud junto a sus acompañantes terapéuticos, y se sumaron al resto de los niños y adolescentes. A muchos de ellos se les cierran las puertas en otros sitios.

   --¿No te gusta la palabra inclusión?

   --No. Todo el mundo habla de la inclusión global, pero nos estamos olvidando de los chicos que realmente no eligieron vivir así; simplemente les tocó. En la fiesta lo remarqué, no hay que olvidarse de los chicos.

   --Lo que hacen ustedes no se observa mucho.

   --Es así. Hay colegios que no les dan la participación que se merecen, hay clubes que no los aceptan. Las mismas obras sociales, muchas veces, no responden al pedido de los padres. Hace 20 años que vengo con esto, nadie me lo contó.

   Y esta vez dije: ‘Si se habla tanto de la inclusión mostrémosle a la gente cuál es la verdadera inclusión. Tuvimos chicos con discapacidades motores, síndrome de down, autistas y discapacidades físicas. La inclusión se vio en cómo el resto de los nenes de la colonia los aceptaron como son; verlos jugar, ayudarse entre ellos, compartir un campamento...”

   --Y vale la confianza que depositaron los padres.

   --Exacto. Porque somos la única colonia inclusiva con esta propuesta. En el resto de las colonias hay gris claro y gris oscuro. Si hay inclusión somos todos iguales.

   --Muchos años luchando por esto.

   --Por eso la bronca. La vengo peleando y resulta que de repente la inclusión está de moda. Entonces hablé con los padres para saber qué les ofrecían y la respuesta fue contundente: ‘Sigue siendo la misma, con los mismos problemas en todos lados”.

   --¿Se busca sacar ventaja?

   --Le dieron un nombre, está de moda. Un jet-set, inclusión... Y está bien, lo comparto, pero si se llenan la boca hablando de inclusión que lo vuelquen a la práctica, que hagan cosas reales por estos chicos.

   --Y son chicos que retribuyen con amor, sin pedir nada a cambio.

   --Nada más. No hay otra palabra más real que esa: son puro amor. Les mirás los ojos y no hay maldad, se hacen querer por todos.

   “La alegría de estos chicos no tiene precio; esa alegría es captada por el resto de los chicos que cada año que pasan los cobijan más, necesitan tenerlos para sentirse valorados ellos mismos por un gesto que ayudó a hacer feliz a un chico con discapacidad”.

   --Con esto de inculcar el compartir desde chicos vas a lograr que en el futuro, ya más grandes, haya mayor igualdad.

   --Es lo que persigo desde siempre. Hace 11 años arranqué la colonia con un nene (Uriel General) y esta sana intención. Hoy son 35 y mañana serán más...

   “Si lo practican en el futuro todos viviremos en una sociedad más sana, con valores verdaderos, donde el amor y la amistad superará a lo material”.

   --¿Fue tu mejor año?

   --Sí. No llamé una sola vez a la ambulancia. Tan perfecto que hasta me animaría a decir que fue el último, porque siento que cumplí el objetivo.
“Cuando tenés 700 chicos a cargo siempre hay algún percance menor. Este año no pasó, y mi corazón tiene un alivio terrible”.

   --¿Cómo se vivió la fiesta?

   --Fabulosa. Repleta de padres y la compañía de mis amigos Ignacio “Boyo” Lucero y de Pedro Sáez, guitarrista de la Mastrubanda. Los dos estaban libres y vinieron a tocar; también el “Pitu” Blázquez, que cerró la coreo con un nene down haciendo un poco de tela.

   “Vinieron por una causa noble, ni siquiera me pidieron que los fuera a buscar. Un show increíble, con más de 1500 personas. El ‘Boyo’ cantó un tema de Perales (“Que canten los niños”) y la emoción nos superó”, contó.

Lucas “Capocha” Alaniz, un invitado de lujo


   “Un genio Lucas. Es un ejemplo de vida. Pasé un video de su incursión por los programas televisivos con Santiago del Moro y Jorge Lanata. Lo tuve de mascota en D.U.B.A, conozco al padre y lo vi nacer. Cruzó todas las barreras, se superó con creces y nos dio una enseñanza de vida. Les explicó a los presentes que hay que luchar por los sueños que uno tiene. Un gran ejemplo de persona”, señaló Mele.

   “‘Pitu’ Blázquez participó con un nene down que se colgó de la tela e hizo bailar a la gente. Son chicos con una inteligencia impresionante, sólo necesitan el lugar que se merecen, que los grandes les prestemos atención y copiemos el ejemplo de los otros chicos de la colonia”, puntualizó.