Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Estación Noroeste

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

Hace 77 años, en enero de 1962, fueron cancelados los trenes generales que partían desde la Estación Noroeste, de calle Roca y Sixto Laspiur.
Por su aspecto, la estación parecía una obra menor, revestida en chapa, con interiores pequeños y sin una playa de acceso importante. 
Pero el edificio era la parada en la ciudad del poderoso Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, seccional Bahía Blanca al Noroeste, “El gran coloso”, propietario del Mercado Victoria, concesionario del servicio eléctrico de la ciudad, del servicio de tranvías eléctricos y de la fábrica de gas de Villa Rosas.
Durante seis décadas la Estación fue punto de encuentro de cientos de bahienses que hacían uso de una línea férrea inaugurada en 1891, con la habilitación de 175 kilómetros hasta Bernasconi. 
En 1904, la empresa inglesa Buenos Aires al Pacífico adquirió el Noroeste. 
En varias oportunidades la empresa anunció la demolición de la precaria estación para dar lugar a un complejo acorde a su importancia, obra que nunca materializó, pese a que ejecutó emprendimientos edilicios de magnitud como la usina de Loma Paraguaya o los silos ladrilleros de Puerto Galván. La empresa del Pacífico fue absorbida por el Ferrocarril del Sud en 1925.
En 1947, la nacionalización de los ferrocarriles y el desarrollo del transporte automotor modificaron la historia. Fue así como, en 1962, la Dirección del rebautizado Ferrocarril General Roca decidió suspender el servicio de pasajeros que partía desde la estación.
Desactivada, la Estación ha sobrevivido al paso del tiempo. 
Ha tenido distintos usos precarios y ha corrido mejor suerte que otros bienes ferroviarios. 
Espera, sin embargo, una atención mayor, acorde a su valor histórico, arquitectónico y cultural.