Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Charla con Iñaki Urlezaga: Su última vez en Bahía Blanca y la decisión más dolorosa

"Como artista, que te cierren la compañía que vos dirigís es como que te cierren el alma", confió Urlezaga en relación al Ballet Nacional que dirigía. De paso por Bahía, anticipó su despedida en el Municipal junto al Ballet del Sur.

Iñaki Urlezaga, en un restaurante del centro de Bahía. Fotos: Emmanuel Briane.

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Charlar de frente con un bailarín que pasó la mayor parte de su vida trabajando con una exigencia profesional altísima y que está cerca del retiro es movilizador.

   Revelaré el diálogo en los párrafos siguientes, pero también intentaré contar las sensaciones que dejaron sus respuestas. Antes, una breve introducción para quienes no forman parte del mundo del ballet.

   Iñaki Urlezaga es uno de los bailarines en actividad más destacados de nuestro país y por qué no de nuestro continente. Casi no tuvo tiempo a recibirse cuando ya estaba bailando en el Royal Ballet de Londres (Inglaterra). Fue por seis meses. Se quedó 15 años. Conoció Europa y bailó por todos lados.

   Cuando abordamos el tema se lo notaba relajado, con la tranquilidad de haber dado todo, pero sobre todo con la sabiduría que le otorgó la experiencia de trabajar tantos años rodeado de los mejores bailarines, coreógrafos y vestuaristas.

   “Lo que más destaco es que al ser tan exigente en todas las áreas lográs una formación cultural muy amplia y sólida. Eso es lo que te estructura para poder sostenerte en una profesión”, aclara Iñaki.

   Estuvo en Bahía ensayando junto al Ballet del Sur (dependiente del Ministerio de Gestión Cultural de la Provincia), junto al que se presentará por última vez el 10, 11 y 12 de agosto en el Teatro Municipal.

   —¿Es cierto que estás cerca del retiro?

   —Es totalmente concreto. Es muy probable que esta sea la última vez que baile en Bahía.

   —¿Esto significa dejar la actividad por completo?

   —Mi retiro es escénico, me bajo del escenario. Seguramente continuaré ligado a esto porque es lo que me gusta hacer, pero hay que ver cómo, dónde y con qué objetivos lo haré. Como toda nueva etapa que comienza, es incierta.

   —¿Te da miedo o vértigo?

   —Miedo ya no le tengo a nada. Porque hace demasiados años que vivo el presente. Me acostumbré a vivir así y me parece hermoso, excitante. Como dijo San Martín: “Lo que tenga que ser, será. Y si no, no serás nada”.

   —Nada te inquieta.

   —Lo único que deseo es poderme despedir con las mejores condiciones y en paz.

   —¿No te gustaría seguir un tiempo más?

   —No creo en los sacrificios. No los haría nunca. Los veo como un cepo a algo. Cuando lo liberás explota en sentido contrario. Como una represión. Prefiero jubilarme yo y no que me jubile el público. El retiro es natural. La vida va cambiando. Nada es para siempre.

   —¿Cuáles fueron las razones para tomar la decisión?

   —Varias. Primero porque ya llegué a una edad de madurez. También fue un golpe el cierre del Ballet Nacional por decisión del gobierno. Me quedé sin un lugar en donde podía experimentar con el cuerpo...

   —Tu voz me da a entender que te dolió un poco.

   —¿Un poco?

   —...

   —Como artista, que te cierren la compañía que vos dirigís es como que te cierren el alma. Hay una parte mía que ya no respira más. Es muy fuerte porque es un Ballet Nacional. Es una perdida grandísima para el Estado argentino. Creo que todos somos parte de él y que todos contribuimos. Entonces siento el vacío, porque son lugares que se pierden.

"La cultura forma a un pueblo"

   —¿Qué rol creés que debería ocupar el Estado?

   —Creo que debe garantizar cultura, educación y salud.

   —Se suele decir que lo primero que se recorta en tiempos de crisis es la cultura, como si diera sólo pérdidas.

   —Primero hay que analizar qué es lo que uno ve como una pérdida. La cultura nunca es pérdida. Sin embargo siempre se recorta porque es lo menos tangible. 

   "Pero una cultura forma un pueblo eh... Un pueblo sin cultura no tiene identidad. No alcanza solamente la educación para formar a un pueblo", aclaró el experimentado bailarín Urlezaga.

Iñaki cuenta la reciente historia del Royal Ballet de Londres

   Uno cree que los procesos exitosos en Europa tienen que ver principalmente por la gran cantidad de años de historia a sus espaldas. Sin embargo, en el ballet es muy distinto.

   “La historia del Royal Ballet es relativamente corta, pero muy exitosa. Se concretó después de la segunda guerra mundial. Antes de eso, entre las guerras, bailaban donde podían, en café concerts o entre dos funciones del cine No eran del todo profesionales. Eran grandes esperanzas de personas que querían trabajar y se congregaban para vivir de lo que les gustaba, que era la danza.

   —Para quienes no somos especialistas, sorprende que el ballet ya era una realidad en Argentina.

   —Desde 1925 ya estaban establecidos los cuerpos de danza en el Teatro Colón.

   —Volvamos a Londres ¿qué pasó después de la guerra para que finalmente se estableciera el Royal Ballet?

   —Finalmente reconocen a Ninette de Valois como una persona muy influyente dentro de las artes escénicas inglesas. De manera absolutamente merecida le dieron la posibilidad a esta bailarina de fundar el Royal Ballet que funciona en el restaurado Covent Garden (había sido bombardeado durante la guerra). Ahí lograron por primera vez establecerse en un teatro. Y así comenzó su reciente historia.

   —¿Alguna vez fuiste consciente de que estabas trabajando en un teatro que había sido bombardeado?

   —Sinceramente no. Es algo que no podés sentir porque ya está todo reconstruido. Por ejemplo, cuando fui a bailar a Hiroshima (Japón) vi una ciudad impecable, levantada como si nunca hubiera pasado nada no podés tomar dimensión porque no lo viviste, te lo contaron.

"El Ballet del Sur está en una buena dirección, consolidándose"

   "A Bahía Blanca vine muchas veces. Esta vez no tuve mucho tiempo para recorrer porque estoy bastante ocupado. Pero me parece muy parecida a mi ciudad (La Plata). Si bien no hay diagonales tiene el tamaño justo para recorrer los principales lugares caminando. Tiene un teatro hermoso y un ballet con el que vengo a bailar desde el año 1996. Vi un proceso muy grande", aclaró Iñaki.

   —¿Qué podés decir del Ballet del Sur?

   —Me parece que si bien están en plena reestructuración, está funcionando, veo un buen clima, la gente contenta, un director que está hace muchos años y un maestro francés que le ha dado un aire muy bueno a nivel académico. Están en una buena dirección, buscando consolidarse.