Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Nuevas pistas sobre el crimen del policía Saúl Reyes

Se analiza la idea de que el autor del homicidio haya sido obligado a matarlo como “rito de iniciación” para sumarse a una banda.

Fotos: Archivo LN.

   A poco de cumplirse 6 años del homicidio del policía Saúl Arturo Reyes (43) en la laguna La Salada, los investigadores están analizando una serie de pistas surgidas en el último tiempo y que apuntan a la presunta intervención de una persona a quien le habrían impuesto la condición de asesinarlo como condición para unirse a una banda vinculada con asaltos a empresarios cebolleros en el partido de Villarino.
   El teniente primero (post mortem) fue ultimado de cinco balazos el 27 de mayo de 2012, alrededor de las 20.30, en uno de los muelles del balneario ubicado a 5 kilómetros de Pedro Luro.
   Un punto importante en la investigación, según lasfuentes consultadas, son las pericias realizadas sobre una serie de vainas servidas secuestradas en el lugar del hecho.
   Los estudios determinaron que los proyectiles serían compatibles con una pistola Browning 9 milímetros utilizada, en julio de 2011, cuando fue baleado el capitán José Manuel Romero en el puesto de vigilancia de la laguna.
   El uniformado recibió cuatro tiros y sobrevivió. Se determinó que los atacantes efectuaron unos 20 disparos, para lo cual utilizaron también una pistola Astra del mismo calibre.
   Esa arma (por la Browning) también habría sido empleada en dos asaltos a empresarios cebolleros.
   Los robos, siempre según la misma hipótesis, fueron llevados adelante por un grupo integrado por 3 hombres con antecedentes y que tendrían relación con el autor o los autores del crimen.
   Del mismo modo, señalaron que no está probado que el homicidio tuviera conexión con hechos de narcotráfico que la víctima habría denunciado en la DDI local, de acuerdo con la declaración de la viuda, Liliana Nauto.
   “Esa hipótesis tampoco la descartamos, pero ningún elemento (de prueba) conduce a una posible vinculación del asesinato con la comercialización de drogas”, aseguró un informante.
   También indicaron que “seguramente hubo una inteligencia (por parte del homicida), porque lo hicieron salir del destacamento mediante un llamado”.


   Mencionaron que la primera comunicación no fue atendida por Reyes, mientras que en la segunda “se escuchó una voz femenina y después la de un hombre, según declaró otra persona que esa noche estaba con Reyes en la repartición”.
Chip de Villa Rosas
   Los investigadores lograron determinar que los llamados fueron realizados mediante la utilización de un chip comprado en un comercio de Villa Rosas.
   “Si bien no se pudo hacer un identikit del adquirente, el comerciante que lo vendió suministró el perfil del comprador”.
   Del mismo modo, no se descarta la intervención de policías en el hecho, ya que durante la última comunicación telefónica, la interlocutora empleó algunos términos comunmente utilizados en la fuerza.
   “Le dijo 'hay unas personas en estado de ebriedad haciendo disturbios en el segundo muelle'. El lenguaje que utilizó no es el de un ciudadano común. Disturbios y ebriedad son términos más bien técnicos, que indican que podría tratarse de por lo menos alguien que tenga conocimiento del lenguaje de la fuerza policial”, opinaron.
   A Reyes lo asesinaron en una presunta emboscada cometida por al menos dos personas.
   Si bien el o los homicidas sustrajeron el arma de la víctima -nunca fue hallada-, se descartó que haya sido ultimado para robarle.