Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Ejercicios de Kegel: evitar disfunciones y aumentar el placer

   Muchas personas tienen problemas en los músculos pubococcígeos provocando, en algunos casos, dolencias en el suelo pélvico, incontinencia urinaria o algún tipo de disfunción sexual. 

   Las causas pueden ser psicológicas u orgánicas. Sin embargo, desde hace ya varios años existen una serie de ejercicios que pueden ayudar a prevenir o a tratar los síntomas ocasionados por el debilitamiento de los músculos pubococcígeos.

   En la década del 40, el doctor Arnold Kegel diseñó una serie de ejercicios destinados a fortalecer a esos músculos. A dicha técnica se la conoce como “ejercicios de los músculos pubococcígeo” o “ejercicios de Kegel”.

   El suelo pélvico está formado por músculos, ligamentos y tejidos, que actúan como una hamaca sosteniendo  los órganos de la pelvis (útero, vagina, recto, vejiga y uretra).

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   Al igual que todos los músculos de nuestro cuerpo, los del suelo pélvico necesitan de ejercicios que los fortalezcan para que puedan cumplir adecuadamente su función de sostén.  

   Este entramado de músculos, ligamentos y tejidos juegan un papel fundamental en la continencia urinaria o fecal, como así también en la sexualidad.

   Para evitar que se debiliten y que no puedan cumplir con su función adecuadamente, es muy importante mantener la musculatura del suelo pélvico ejercitándolo.

   Estos músculos suelen debilitarse a causa de la edad, los embarazos y partos, el sobrepeso, una histerectomía, la extirpación quirúrgica de la próstata, la vejiga hiperactiva o la realización de esfuerzos físicos inadecuados.

   A menudo, un trastorno del suelo pélvico afecta las vías urinarias provocando problemas para controlar la micción (incontinencia urinaria) o para vaciar por completo la vejiga (retención urinaria). Por eso, los beneficios de realizar los ejercicios Kegel ayudan a  evitar algunas pérdidas de orina, prolapsos genitales, recuperarse de un parto o de una cirugía que afecte a los genitales,  entre otros casos.

   También pueden beneficiarse con estos ejercicios las mujeres que sienten dolor en el coito (dispareunia), o el dolor que impide la penetración (vaginismo). Ambos son provocados al contraer de forma involuntaria la musculatura del suelo pélvico al intentar mantener relaciones sexuales. De ahí la importancia de los ejercicios Kegel.

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   Estas técnicas pueden practicarlos tanto mujeres como varones. En los hombres concentra la atención en las sensaciones de placer genital, aumenta el conocimiento del propio cuerpo y, muchas veces, la intensidad del orgasmo.

   En los casos de eyaculación precoz pueden ser muy útiles ya que pueden ayudar en el control del reflejo eyaculatorio, al desarrollar mayor conciencia de la contracción y relajación de los músculos pubococcígeos.

   La simplicidad de estos ejercicios ayuda a realizarlos sin ningun inconveniente. Primero hay que identificar los músculos del suelo pélvico. Para ello podemos interrumpir la micción. Cuando orinamos y paramos, estamos empleando estos músculos.

   Una vez identificados, se pueden ejercitarlos en cualquier momentos y posición. Se trata de contraer y relajar estos músculos durante tres segundos varias veces seguidas. Con la práctica  se logra realizar al menos tres series de 10 repeticiones por día. 

   La atención debe estar puesta solo en los músculos pubococcígeos, sin contraer los músculos del abdomen, los muslos o los glúteos. La respiración debe ser normal. 

   No existen grandes secretos, pero si grandes beneficios para prevenir o solucionar  algún trastorno del suelo pélvico. Los resultados pueden resultar asombrosos, pero  dependen la constancia. Y, como siempre, ante la duda debemos consultar con un médico.