Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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"Para mí no hay una cuestión de género; nunca me sentí discriminada"

Hilda Vázquez de Fortunato, una de las dos camaristas de la historia local, relativizó la falta de cupo femenino en cargos jerárquicos.
"Para mí no hay una cuestión de género; nunca me sentí discriminada". La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

   El nombre de Hilda Selva Vázquez de Fortunato se asocia a la Biblioteca Rivadavia. Es la presidenta del Consejo Directivo de la centenaria institución.

   Sin embargo, la doctora también dejó una huella histórica en el Poder Judicial de Bahía Blanca: fue la primera mujer -y una de las únicas dos, junto con la ya jubilada Cristina Castaño- en ocupar un cargo como camarista, que hoy es patrimonio exclusivo de hombres.

   Mirá también: ¿Qué tan relegadas están las mujeres en el Poder Judicial?

   Se recibió como abogada en 1958, ejerció la profesión y durante varios años, hasta 1987, fue secretaria de la Cámara en lo Civil y Comercial. Durante los tres años siguientes se desempeñó como fiscal en lo Penal y luego fue designada para integrar la Cámara, cargo que ocupó entre 1992 y 2000.

   Pese a integrar la más alta categoría jerárquico-judicial en tiempos que casi no se hablaba de "perspectiva de género", a Vázquez nunca la hicieron sentir "diferente".

   "Yo me había hecho en el ambiente, estaba como secretaria de la Cámara en 1987 y tenía una relación muy sólida con los camaristas", explica.

"Nunca sentí rechazo"

   Y no tiene en claro si es necesario sumar más mujeres a los espacios de resolución.

   "No sé hasta qué punto, yo nunca me sentí discriminada, jamás, ni por los jueces ni por los abogados del foro. Depende también de la personalidad de cada uno, pero nunca sentí rechazo. Se le está dando demasiada trascendencia a la cuestión de la discriminación y no es tan así", asegura.

   En los tiempos que Vázquez "llegó" no había concursos, sino nombramientos directos de la Suprema Corte de Justicia.

   "De los concursos, hoy, puede participar cualquiera. Es cierto que pueden existir presiones, pero el que demuestra ser mejor, después de pasar un examen exigente, es el elegido. Creo que el sistema es saludable y para mí no hay una cuestión de género", afirma.

Todo cuestionado

   Sí reconoce que "cambió mucho es la sociedad" y que antes existía un mayor respeto por las jerarquías.

   "Ahora todo se cuestiona, todos son víctimas. En la Justicia, como siempre, hay buenos y malos, capaces e incapaces. Es una tarea sacrificada, por la cantidad de pleitos que se presentan, sin que hayan aumentado el número de juzgados y Cámaras. Hay muchas vacancias y el proceso para ocuparlas es demasiado lento".

   Lejos del ámbito tribunalicio, la doctora Vázquez mantiene un vínculo familiar con la justicia. Además de su marido, que fue secretario de Cámara y ya está jubilado, su hija es jueza en lo Civil (María Selva Fortunato), su hijo ejerce el Derecho y tiene un nieto que ya recibido como abogado.