Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Piden penas de 16 y 22 años de prisión para Heit y Olivera

El fiscal Eduardo Zaratiegui reclama la sanción para el supuesto pastor y la periodista. Los defensores solicitan la absolución, al creer que no existen pruebas en su contra.
Piden penas de 16 y 22 años de prisión para Heit y Olivera . Seguridad. La Nueva. Bahía Blanca

La pena de 22 años de cárcel para Jesús Olivera y de 16 para Estefanía Heit solicitó ayer el fiscal Eduardo Zaratiegui, en el marco del juicio oral y público seguido a la pareja acusada de retener contra su voluntad y someter a maltratos a Sonia Molina, en un hecho registrado hace casi dos años en una vivienda de Coronel Suárez.

Por su parte, los defensores de los imputados, Leonardo Gómez Talamoni y Claudio Lofvall, señalaron contradicciones en la declaración de la víctima y dijeron que no hay suficientes elementos suficientes para condenarlos y reclamaron su absolución.

Las diferentes posiciones fueron planteadas durante los alegatos del debate que lleva adelante el Tribunal en lo Criminal N° 1.

El representante del Ministerio Público acusó a los dos procesados de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada con fines coactivos, tentativa de homicidio y estafas reiteradas, en concurso real de delitos.

En el caso de Olivera, también lo responsabilizó de abuso sexual agravado reiterado.

El fiscal expresó otros montos de pena solicitados de manera subsidiaria, en caso de que los jueces no probaran algunos de delitos.

“Adoctrinamiento”

Para Zaratiegui quedó acreditado que entre el 9 de agosto de 2012 y el 12 de noviembre del mismo año, en la vivienda de Grand Bourg al 1800 de Coronel Suárez, se redujo y ocultó a Sonia Molina, quien toleró maltratos físicos consistentes en golpes y quemaduras por parte de los imputados.

También consideró que mediante coacción y amenazas suyas y de familiares le exigieron sumas de dinero a sus contactos, las que eran giradas a localidades de la zona y a nombre de Molina, aunque los acusados se apropiaban del efectivo.

Dijo que Sonia sufrió un estado de desnutrición y deshidratación que puso en riesgo su vida, al recibir una deficiente alimentación, soportar ayunos e ingerir bebidas alcohólicas, psicofármacos e inhalar pegamento.

Consideró que se la engañó acerca de la existencia de una congregación denominada “Amar es Combatir” y sobre la tramitación de otra entidad, “Visión XXI”, consiguiendo que Molina venda sus bienes y les entregue la plata obtenida.

“Por consejo de los imputados vendió dos veces su propiedad y les entregó 100 mil pesos”, aseguró el fiscal, además de sostener que Heit y Olivera también se apoderaron de 22 mil pesos que Molina obtuvo por un reclamo laboral y una moto que después vendieron.

“El engaño de Molina, el dominio, adoctrinamiento y manipulación, formaron parte de la tarea desplegada para lograr el desprendimiento patrimonial de la víctima en su beneficio”, expresó. Zaratiegui sostuvo, a su vez, que Molina fue abusada sexualmente en reiteradas ocasiones dentro de la casa de la pareja.

Para corroborar su acusación destacó los testimonios de la madre y la hermana de la víctima, quienes describieron la forma en que Sonia conoció a Olivera durante 2009 en Río Colorado y las declaraciones de una taxista y una pareja a la que Molina acudió en ayuda tras lograr escapar de la vivienda.

Afirmó que la policía secuestró documentación en el inmueble y un palo con sangre de la mujer y sorprendió a Heit limpiando y “haciendo desaparecer signos de la presencia de Molina”.

También describió que dos empleados municipales de Arroyo Corto dijeron que en esa época la periodista se descartó de una bolsa con basura, dentro de la cual fue hallada una tarjeta de crédito a nombre de la víctima.

Zaratiegui aseguró que los médicos que asistieron a Molina describieron su grado de deterioro y dijo que los psicólogos y psiquiatras negaron que pudiera haber alucinado, al tiempo de señalarla como cooperadora y fácilmente manipulable.

Indicó que los especialistas calificaron a Olivera como un sujeto con rasgos psicopáticos y que no se preocupa por el otro, mientras que Heit demuestra una imposibilidad de ponerse en el sitio del prójimo y es complemento de su marido.

Finalmente el fiscal consideró que ambos sospechosos “explotaron la vulnerabilidad de la víctima” y que “aprovecharon sus convicciones religiosas para llevarla a un sometimiento absoluto”.