Dos asaltantes condenados a 7 años de cárcel
Dos sujetos hallados culpables de cometer varios robos a mano armada en Carmen de Patagones, fueron condenados a cumplir siete años de prisión, según se informó ayer en el Palacio de Justicia local.
El fallo, en trámite de juicio abreviado, estuvo a cargo del juez Mario Lindor Burgos, integrante del Tribunal en lo Criminal Nº 1, y recayó en Esteban David Aguilera (20), alias "Cara Quemada" y Gerardo Facundo Romero (19).
Previamente, el fiscal Sebastián Foglia --de la UFIJ Nº 9-- y los defensores particulares Leonardo Gómez Talamoni y Sebastián Martínez, llegaron a un acuerdo sobre la calificación de los delitos y las penas a imponer, con la aprobación de los encausados.
El principal hecho por el que se los responsabilizó, se cometió el 1 de abril de 2011, cuando asaltaron el almacén Guada, ubicado en Luis Py 190, de Villa Lynch, en aquella ciudad.
En aquella ocasión, un cliente, identificado como Jorge Ariel Sosa, recibió un disparo de un revólver calibre 22, que le causó una lesión leve en el cuero cabelludo, además de ser despojado de una billetera con 800 pesos, un teléfono celular y tarjetas diversas.
El atraco se perpetró alrededor de las 21.30 de ese día, y los malvivientes sustrajeron del comercio unos 4.000 pesos en efectivo, un cuchillo y las llaves, huyendo en un Fiat 147, dominio WFM 489, de color rojo, en el cual los esperaba un cómplice.
Poco después el rodado fue interceptado por la policía cuando pretendían esconderlo en el domicilio de Francisco de León 74, en el barrio El Progreso, siendo aprehendido su conductor, ya que en su poder se secuestraron el cuchillo y el juego de llaves sustraídos del comercio.
Otros delitos
Aguilera, por su parte, fue acusado de un robo con armas cometido el 6 de octubre de 2010, alrededor de las 22, en una despensa ubicada en Zambonini al 600, propiedad de Sonia Murquiti.
Según se estableció, un sujeto armado ingresó al lugar y redujo a la hija de la dueña, para apoderarse de 200 pesos en billetes y monedas.
También se lo vinculó con un atraco consumado el 5 de diciembre de 2008, a primera hora de la mañana, cuando dos delincuentes redujeron al propietario y a un cliente de un comercio maragato, sustrayendo unos 2.500 pesos y teléfonos celulares.
El juez Burgos encontró culpable al procesado, de dos ilícitos perpetrados el 8 de noviembre de 2009.
Uno de ellos se concretó en la vivienda de María Elisa Ruppel, situada en Ronchetti 33, donde un ladrón forzó una reja y se apoderó de un arma larga, y en una casa de la primera cuadra de la calle Francisco León, de donde sustrajo una billetera.
Finalmente, se le endilgó una agresión con arma blanca en perjuicio de Mario Jorge Montiel, el 10 de enero de 2010, y la tenencia de un revólver calibre 22, el 8 de mayo de 2009.
Por su parte, Romero, además de ser culpado por el hecho principal, se le imputó un hurto cometido el 1 de julio de 2010.
En esa oportunidad habría sustraído zapatillas, medias y prendas de vestir, del interior de un Renault 12, patente SRO 474, propiedad de Néstor Acosta, que se encontraba estacionado en la vía pública.
Por todos estos hechos, ambos sujetos fueron condenados a cumplir siete años de prisión.
Atraco en Cañuelas
Para las primeras horas de la mañana de hoy son aguardados en Punta Alta, comerciantes que ayer fueron asaltados por un grupo de ladrones cuando participaban de un tour de compras hacia la Capital Federal.
Roberto Reina manifestó ayer a "La Nueva Provincia", que en el micro especial que partió de la vecina ciudad el miércoles a la noche, viajaban su mujer Elena, su hijo Pablo y su hija política, Luciana Ledesma, así como muchos otros comerciantes puntaltenses.
"Hoy (por ayer) a las seis, antes de llegar a Cañuelas, circulaban delante del micro una camioneta Toyota, un coche y una moto. En un primer momento trataron de encerrarlo, pero el chofer del colectivo, según me comentó Pablo, no quiso parar. Luego sí lo tuvo que hacer, porque se le pusieron de costado y los malvivientes iban armados; portaban pistolas calibre 22", afirmó Reina.
Los atracadores eran aproximadamente seis, de acuerdo con el vocero.
"Mi hijo me comentó que todo fue muy rápido y, a esa hora, casi todos estaban dormidos", indicó.
"A los pasajeros les dijeron `nosotros vivimos de esto, somos profesionales y si nos dan todo lo que tienen, no les pasará nada'. Pablo me comentó que todos los ocupantes de la unidad les dieron el dinero que tenían y hasta las alianzas", detalló Reina.
Agregó que a su señora le quitaron también el teléfono celular. "Ella le pidió el chip del teléfono, porque ahí tenía todos sus contactos comerciales que fue acumulando con el paso de los años. En un primer momento accedieron, pero luego desistieron de hacerlo. Y, además, a un amigo de Pablo lo golpearon, lo culatearon en la cabeza, pero no le pasó nada".
"Mi hijo --continuó--, pese a que todo fue muy veloz, logró guardar su teléfono celular y algo de dinero en el interior de sus medias. Pero no les pudo advertir a todas las personas del tour lo que iba a ocurrir".
Reina señaló que los ladrones guiaron al transporte de pasajeros hasta un camino vecinal, próximo a la localidad de Cañuelas, en donde consumaron el despojo.
"Todo aconteció en un lapso de 10 o 12 minutos y luego, cuando el colectivo regresó a la ruta para retomar el viaje, lo siguieron durante un tramo y después desaparecieron", finalizó.