Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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Integramente lindas

La bahiense exalta su belleza como nunca. Así lo afirma Telma Rodríguez, quien desde hace 20 años le dedica buena parte de su tiempo a procurar y conservar el "verse linda" que tanto significa para la autoestima. Para que eso sea posible, mucho tiene que ver la actitud para los tratamientos y, sobre todo, el equilibrio interior. (Fotos: Facundo Morales y Pablo Presti-LNP)
Integramente lindas. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

La bahiense siempre se interesó por verse íntegramente bella, pero esa actitud se enfatiza desde hace unos 20 años porque, a partir de la confirmación de su independencia económica, se interesa mucho más por su imagen y porque, además, dispone de diversas posibilidades técnicas para exaltar la estética, ya sea corporal o facial, "requisitos" tácitos de la "buena presencia" que reclaman muchos empleadores.

También es necesario advertir que las señoras de más de 30 años se cuidan muchísimo más que en los años 70, gracias a una mayor conciencia del vivir mejor.

En un enfoque a sus más de dos décadas como experta de belleza, tarea que se ha vuelto un verdadero emprendimiento familiar, Telma Rodríguez saca sus propias reflexiones y suma las de su hija Anahí, aunque también comparte jornadas de hasta 12 horas diarias con Diana y Guillermina, continuadoras de su legado.

"El empleo, la independencia económica y la exposición integran un conjunto que afirma una constante demanda para la que hay ofertas de todo tipo, desde los centros de estética hasta los de medicina estética", indica Telma.

Anahí corrobora que en los tiempos que corren, tanto para atender un comercio como una oficina o un consultorio hay que reparar en una imagen que indispensablemente debe considerar los cuidados del rostro, los cabellos y las manos.

"Hace unos años, tener muy en cuenta todo eso era muy difícil para una mujer que no tuviera sus propios ingresos económicos o que debía limitarse a sólo un sueldo. Hoy la mujer que trabaja decide por sí misma y destina parte de su dinero a estar bien, y más allá de su condición social".

Al evocar sus inicios como depiladora, hace 25 años, Telma Rodríguez señala que el único aparato que se empleaba era un contractor que había comprado en Buenos Aires. Todo lo demás se hacía a mano.

Anahí puntualiza que a medida que se multiplicó la tecnología también se modificó el vocabulario y entonces, por ejemplo, la masajista pasó ser esteticista y los masajes, mesoterapia.

Telma advierte que la necesidad de perfeccionarse y de investigar ante tanta demanda debe ser constante porque además de verse linda, la mujer también pide relajarse y expresarse con sinceridad. Lo dice porque a lo largo de su trayecto ha visto con sus propios ojos pasar por sus manos bahienses de cuatro generaciones.

"Más allá del rédito económico, este tipo de servicio se debe hacer con amor y con mucho gusto. Es muy gratificante el reconocimiento de cada clienta. Nosotras, al poder vivir de esto, somos verdaderamente unas elegidas".

La pureza interior

Cremas, tratamientos, aparatos y manos expertas al margen, Anahí considera que casi siempre la belleza exterior es el reflejo de la belleza interior, pero que en la actualidad ambas sufren los permanentes embates del estrés.

"El hecho de interactuar con las mujeres que tratamos nos permite conocerlas y sacar conclusiones comunes. Lo de adentro se muestra en lo de afuera. Cuando se está equilibrada, se asume la edad que se tiene y se toman actitudes en consecuencia, físicamente se está como corresponde pero nunca, en un centro de estética, encuentra lo que una no es capaz de lograr con su conducta cotidiana".

Telma resalta que la esteticista también debe saber escuchar porque muchas mujeres no tienen quién repare en lo que expresan y liberan sus pensamientos y problemas a la hora de un tratamiento facial.

"Lo toman como un espacio propio, tanto que llegan hasta apagar sus teléfonos celulares, prueba de que se desconectan de todo los que las ata y de que lo toman ‘como este es mi momento’".


La abuela, la mamá, la nieta...

Septiembre, cuando estalla la primavera, es la época donde se acrecienta la preocupación por verse linda. Desde entonces, cuesta encontrar turnos y crece la desesperación porque a la hora de ir a la playa se vuelve una espada cada vez más filosa.

Lo cierto es que ha vuelto el verano y que todas necesitan verse espléndida de los pies a la cabeza. El espejo tiene la primera palabra, después, las esteticistas ponen sus manos a la obra.

Siempre, y en esto no importa la estación del año, hay claves, a saber: manos impecables, un rostro iluminado y limpio con maquillaje acorde a lo que corresponde con la piel y el color de los ojos. El cabello se acopla para un conjunto armónico. Todo lo expuesto es posible en el corto plazo.

"Para avanzar en lo corporalmente estético, ya hablamos de más de un tratamiento más prolongado", aclara Anahí.

Telma precisa que ese tiempo varía de acuerdo a lo que se debe poner en marcha.

"Por ejemplo, para un mismo tratamiento de celulitis en dos chicas jóvenes e iguales físicamente, es condicionante beber dos litros de agua al día, caminar y ajustarse a una serie de pautas. De cumplirse estrictamente, a lo mejor bastan 10 sesiones, de lo contrario, el doble o más".

Anahí enfatiza el valor de la honestidad porque hay casos abdominales con desprendimiento de piel, consecuencias habituales de un embarazo de mellizos y del aumento de peso, que sólo deben ser tratados por un médico.

"A muchas adolescentes que procuran tratarse les digo que lo dejen para cuando el tiempo empieza a dejar sus marcas. No siempre lo entienden y por eso no les gusta lo que les digo, pero yo me quedo tranquila porque no voy a hacer algo que no tengo que hacer".

Con diversas premisas, desde que las vacaciones quedaron a la vista, Telma indica que llegan desde una niña de 12 años hasta una bisabuela de 92.

"Como hoy todo va muy rápido, las nenas ya vienen a depilarse. En el otro extremo, una clienta que superó los 90 años insiste en verse bien. Cada vez que le preguntamos cómo está, nos responde lo mismo: ‘me duele todo, pero significa que estoy viva’. Ojalá pueda llegar a su edad como ella".

Anahí alude a otra mujer, pero de 86 años, que desde hace 22 años es asistida con un drenaje linfático manual porque tiene úlceras en las piernas.

"La estética ya no tiene edad. Una mujer de 80 años viene al centro y me dice: ‘ya sé lo que tengo, tratemos de mejorarlo’. También tenemos jubiladas muy interesadas en mantenerse bien, con sus uñas impecables y con colores a la moda".

Obviamente, a muchas adultas hay que explicarles que muchos problemas no se van a solucionar. Anahí piensa que la esteticista, sin faltar el respeto, debe ser honesta.

Telma repite que no existe un tratamiento estético sin la ayuda y el compromiso de quien lo recibe. "No es mágico, hay que acompañarlo con la alimentación y otras cosas, de lo contrario, no da resultado".

Es hora de retomar la tarea. Los turnos están completos y todavía quedan varias horas para terminar la jornada. En la puerta, una joven se empeña en preguntar si llegará a tener las piernas de Dolores Barreiro, mientras otra quiere saber si su cola podrá ser como la de Luciana Salazar.

Telma sonríe y casi como confiando un secreto a viva voz dice que a la corta o la larga todas sueñan y se resisten al paso del tiempo, y que ella está dispuesta a ayudar para afrontarlo con el mayor decoro posible.

10 caras muy bonitas

Celeste Cid
Yesica Toscanini
Yamila Díaz
Luisana Lopilato
Pamela David
Marcela Kloosterboer
Sofía Zámolo
Luli Fernández
Lola Ponce
Araceli González


Costumbres Argentinas

Para 2011, según reveló el XIII Congreso Internacional de Medicina y Cirugía Cosmética, en la Argentina se realizaban unos 298.000 procedimientos de intervención en estética, entre quirúrgicos y no quirúrgicos.

La exigencia del argentino es muy alta y los profesionales del área trabajan con los mayores estándares mundiales para corresponderle a la demanda.

Las especialidades no médicas en estética son las que mejor dominan los tratamientos que no tienen invasividad sobre el cuerpo. Para otras aplicaciones, como la toxina botulínica o cualquier tratamiento de la piel con láser, corresponde recurrir a la órbita exclusiva del médico.


Memorias de una experta

A-"Quiero esa crema que aumenta el busto en dos talles", lo más reclamado en los tiempos de un producto promocionado como “milagroso”.

B-"Me tienen que sacar las manchas de las manos", propio de mayores de 70 años.

C-"Seguí, seguí con los masajes, pero no te olvides de que yo vine a hacerme los pies...", otra de las frases más repetidas.


Ellos también

Los hombres, que antes sólo acudían al centro de estética por cuestiones de pedicuría, hoy reparan en muchas otras cuestiones, como por caso las faciales, las manos y la depilación de espalda, brazos y piernas, en este caso, los que practican deportes. Es más, las mismas novias o esposas se encargan de pedir los turnos y hay veces en que los comparten.


Fabiana Limanski
El valor de sentirse bien con una misma

"Las bahienses más lindas son las que sonríen. Y la más especial es la de Natty Petrosino que promete ayuda, solidaridad y paz", afirma Fabiana Limanski, modelo, coordinadora de escuelas de modelos y de baile.

También sostiene que quererse, valorarse y dedicarse un tiempo son los principios irrenunciables para verse linda, luego incluye una alimentación sana, alguna actividad aeróbica (caminar, correr, bailar), trabajo muscular y buenos productos para el cuidado de la piel y el pelo.

"La mujer que se siente bien consigo misma lo transmite, y eso se nota. La belleza es un trabajo de adentro hacia afuera. Soy una convencida de que empieza con una buena alimentación, con la aceptación de una misma y la convicción de empezar cada día con una sonrisa aunque tengamos miles de problemas".

Cree, preguntada si la mujer quiere estar bien para prevalecer entre las otras mujeres o sólo para gustar a los hombres, que hay un poco de las dos cosas.

"Los hombres son menos exigentes; miran la imagen que brindamos en general, sin importarles si tenemos celulitis, estrías o algún kilo de más. Si una mujer te dice que estás divina, este comentario tiene mucho más valor. Sabemos que miró todos esos detalles. ¡Somos tan complicadas!".

Para Fabiana, las bahienses, como las argentinas en general, se preocupan mucho por la estética, principalmente por estar delgadas, por eso no hay mejor piropo que un: ¡Qué flaca que estás...!

"La argentina se destaca, tal vez por su mezcla de razas, pero por las calles se ven desfiles de mujeres hermosas y muy bien arregladas. Respecto de las bahienses en particular, me parece que en los últimos años se volvieron menos dependientes de la moda, ya no van uniformadas y buscan su estilo".

Fabiana considera que ser sexy es una actitud y que no pasa por tener un físico esculpido o el último vestido que salió en las revistas. Se trata de esa magia que hace única a cada mujer, que se siente bien en la piel que habita y que lo transmite.