Rubén recargó las baterías
Ya está: Rubén Rodríguez tiene desde ayer las nuevas pilas puestas en el neuromulador. Apenas se lo regulen volverá a Bonifacio, su pueblo.
* * *
Tras la larga batalla legal para que la Obra Social del Personal de Telecomunicaciones de la República Argentina (Ostel) le pagara el cambio de baterías, ahora Rubén puede sobrellevar mejor el Parkinson que sufre desde hace casi 20 años.
Ostel depositó el martes los 168.000 pesos. La operación duró apenas unos 40 minutos.
--Creo que todo esto salió bien por la influencia de "La Nueva Provincia" --dice Juan Ignacio, el hijo mayor de Rubén--. Y por supuesto: también le agradezco a mi prima por todo lo que se movió.
Su prima es la abogada Verónica Ramos, quien dos veces tuvo a cargo la representación ante la Justicia porque la obra social --según la familia-- se negaba a costear las intervenciones.
* * *
El primer problema surgió en 2006, cuando el Madopar que tomaba Rubén dejó de hacer efecto y había que colocarle un neuromulador, así el Parkinson lo dejaba en paz.
Ostel se hizo cargo recién un año después.
La segunda situación arrancó en 2010, cuando las baterías empezaron a agotarse.
En ambas oportunidades la Justicia falló a favor de Rubén, pero Ostel "se tomaba sus tiempos".
Este lunes la jueza de Paz de Guaminí, Marcela Alomar, ordenó que la obra social depositara el dinero en menos de 48 horas. Y ayer cumplió, por fin. Aunque la familia, gracias a la ayuda de una comunidad movilizada, ya había conseguido el dinero.
* * *
A las 8:30 de la víspera el "Negro" Villanueva despidió a su amigo de toda la vida en Bonifacio, una localidad del distrito de Guaminí ubicada a 220 kilómetros de Bahía Blanca.
Rubén lloraba cuando entró en la ambulancia que puso a su disposición la Municipalidad de Guaminí.
--Sí, fue un poco triste la despedida --cuenta Juan Ignacio--, pero al mismo tiempo teníamos la tranquilidad de que se iba a hacer la operación, después de tantas idas y vueltas...
En la ambulancia también fue Ester Alberca, la mujer de Rubén. Y en Buenos Aires los recibió Virginia, la hija del medio.
--El viaje fue diez puntos --dice Juan Ignacio, que se quedó en el pueblo fumando dos cigarrillos al mismo tiempo mientras esperaba las novedades.
* * *
Rubén entró a las 17 de ayer en el quirófano del Sanatorio de la Asociación Mutual Transporte Automotor (AMTA) de Ciudadela, en el Gran Buenos Aires.
La operación "salió perfecta" y hoy, se supone, le darán el alta.
--Todavía papá no dijo nada. Pero yo sí --se entusiasma Juan Ignacio--: yo quiero darles las gracias. A todos.
¿Me comunicás...? Rubén Rodríguez tiene 69 años y trabajó desde los 24 en la vieja Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel). En la década del 60 era quien ponía y sacaba clavijas y le daba a la manijita para que pudieran comunicarse los 100 vecinos que tenían teléfono en Bonifacio.
Qué es el aparato. El Parkinson produce incapacidad progresiva. Algunos pacientes pueden contrarrestar la enfermedad con un neuromodulador que emite impulsos eléctricos para estimular o inhibir ciertas zonas del cerebro. "Lo explico a lo gaucho: es un aparato en el pecho con una batería, de la que salen dos cables que van hasta la cabeza", cuenta Juan Ignacio.
Maximiliano Palou y Abel Escudero Zadrayec/"La Nueva Provincia"