A Jorgelina Aruzzi le llegó la hora de ser protagonista
La vida profesional de Jorgelina Aruzzi cambió de manera repentina.
Llevaba interpretados varios papeles secundarios cuando le llegó la hora de debutar con un protagónico, nada menos que en la exitosa tira Chiquititas, que se emite de lunes a viernes, a las 18, por Telefé.
La presión de reemplazar a Romina Yan, dijo, no le pesó. Admitió, en cambio, que la hija de la productora Cris Morena le resultó de gran ayuda al transmitirle su experiencia.
"Recién ahora me estoy sintiendo cómoda, porque es distinto de lo que venía haciendo. Me quedé tranquila cuando un niño, en la calle, me preguntó si hacía magia de verdad. Fue maravilloso", contó en diálogo telefónico exclusivo con este matutino.
De repasar las escenas, tranquilamente, en su casa del barrio porteño de Chacarita, pasó a no tener tiempo, ni siquiera, para tomarse un break.
"Antes cebaba mate y ahora no paro un segundo. Entro al canal a las 8 y salgo a las 22. Tengo que tener la cabeza tranquila para no desbordarme y disfrutar. Además, me apoyo en el elenco porque tanto el infantil como el adulto es maravilloso", aseguró.
En la novela representa a Magalí Garcés, una joven que quedó embarazada al terminar la secundaria.
Fue su padre quien, muy enojado, le dijo que el bebé había muerto, aunque él mismo se encargó de enviarlo a un orfanato. Enterada de ello, Magalí esperó el momento adecuado para iniciar la búsqueda del pequeño.
Ocho años más tarde, es una empresaria millonaria que llega al orfanato a cargo del peligroso matrimonio Demont (Alejo García Pintos y María Carámbula). Convencida de que su hijo se encuentra allí, ofrece los servicios gratuitos de una celadora.
Claro que la empleada --de nombre Lilí-- no será otra que Magalí disfrazada y convertida en una mujer simpática y delirante.
"Chiquititas tiene intensidad emocional. Si bien hay cosas graciosas, el motor es doloroso porque Magalí perdió a su bebé", explicó.
La "estrella" en Belén
El nombre del programa ya es una marca por demás impuesta. Todos saben que la productora de Cris Morena es la dueña de la idea que supo conseguir un imbatible rating, llenó teatros y vendió grandes cantidades de discos.
Por eso, para Aruzzi reemplazar a Romina Yan no resultó una cuestión sencilla.
"El sello de la novela lo puso Belén, su personaje. Con Gustavo Yankelevich y Cris Morena nos pusimos de acuerdo en que el mío iba a ser diferente", aseguró.
Ahora, cumple la misión de una especie de hada madrina que ayuda a los chicos de un orfanato y, a la vez, una heroína que va en busca de su hijo. Personaje que, con sus idas y vueltas, ya está cautivando a más de un bajito.
¿Llorar sin dolor?
Jorgelina es consciente de que en la ficción de Chiquititas se viven momentos buenos y malos.
A la hora de reírse no tiene problemas, pero cuando se trata de llorar...
"No uso memoria emotiva. Uno tiene que tratar de independizarse, saber quién es uno y de qué trata el personaje", opinó.
Reconoció que, a veces, la memoria del cuerpo registra la angustia del personaje.
F.P.
Cierre con moño.
* Con 31 años, Jorgelina debió pasar por muchos teatros y programas antes de conseguir un papel principal en una telenovela.
* Comenzó con el teatro under, donde escribía sus obras y elegía con quién trabajar.
* Con VideoMatch ingresó a la TV y conoció a Eugenia Guerti. Con ella trabajaron en Paseo carnal, una obra propia en la que consiguieron éxito. Por esa razón, Jorge Guinsburg y Andrea Estivel las seleccionaron para hacer Chabonas y luego Peor es nada.
* El gran espaldarazo apareció con La niñera, aunque todavía no conseguía hacer personajes con continuidad, hasta que llegó a Amor mío, conoció a Cris Morena y le puso el moño a su carrera con Chiquititas.
"Hay escenas que espero verlas para ver cómo quedaron y me gustan. Hay otras que, mientras las estoy viendo, creo que soy una tonta. A todos los actores nos pasa, pero yo siempre fui muy exigente".