Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Se le subió la "Mostaza"

Estalló la bomba del verano. A Reinaldo Merlo se le subió la "Mostaza" a la cabeza y ayer por la mañana presentó su renuncia indeclinable al cargo de director técnico de River. ¿Motivos? Varios... Entre ellos una pelea sin retorno con el capitán Marcelo Gallardo, novela que se viene profundizando desde la asunción del DT , tras la renuncia de Leonardo Astrada en el cargo. El técnico fue claro en sus conceptos y acusó al volante como el principal motivo de su dimisión.
Se le subió la "Mostaza". Deportes. La Nueva. Bahía Blanca


 Estalló la bomba del verano. A Reinaldo Merlo se le subió la "Mostaza" a la cabeza y ayer por la mañana presentó su renuncia indeclinable al cargo de director técnico de River.


 ¿Motivos? Varios... Entre ellos una pelea sin retorno con el capitán Marcelo Gallardo, novela que se viene profundizando desde la asunción del DT , tras la renuncia de Leonardo Astrada en el cargo. El técnico fue claro en sus conceptos y acusó al volante como el principal motivo de su dimisión.


 También actuó de disparador el pedido del plantel, previo al partido con San Lorenzo, que solicitó un cambio en la actitud del técnico con la forma de entrenarse exponiendo, además, razones no concordantes con el estilo de juego que proponía el ex volante central.


 El tercer detonante tiene que ver con la demora en la llegada de refuerzos, situación que molestó mucho a Merlo, quien permanentemente se lo recalcaba a los dirigentes, entre ellos a Norberto Alvarez, a quien el DT le comunicó la noticia en primer lugar.


 "Marcelo Gallardo me llamó y me dijo que se iba del club porque no estaba de acuerdo con la metodología de trabajo. Además, me comunicó que el noventa por ciento del plantel de River tampoco compartía mi proyecto", afirmó.


 Merlo leyó un comunicado y no aceptó preguntas durante una conferencia de prensa realizada en Mar del Plata, en la que aseguró que mientras él dirija en el fútbol argentino no aceptará "transas".


 "Mientras yo dirija en el fútbol argentino mi proyecto no se discute. No acepto transas. Se hace lo que yo digo. Así que me reuní con los jugadores, les dije que quiero mucho a River y por eso me voy", apuntó.


 Merlo dio a conocer sus impresiones en el hotel Primacy, donde se halla concentrado River en la ciudad balnearia, en el marco de la pretemporada previa a los compromisos oficiales.


 "Llegué a River en un momento especial. Hemos trabajado muy bien y el proyecto mío tendría que empezar ahora, con la llegada de 5 o 6 jugadores. Pero como llegó uno solo quiere decir que el proyecto no lo comencé", aseguró.


 "Lo mejor en este caso es que yo dé un paso al costado y que los jugadores que no comparten mi proyecto arranquen con el proyecto que quieren ellos", destacó.

Por un "Burrito




 En declaraciones radiales, Merlo también dejó en claro que los dirigentes de River no lamentarían su alejamiento, porque el entrenador no quería el regreso de Ariel Ortega.


 Por eso, no debe llamar la atención que en breve River tenga nuevo entrenador, que sería Daniel Passarella, quien hace un tiempo habría comenzado con los contactos con los dirigentes del club de Núñez.


 Más allá de eso, hace tiempo que la relación entre Merlo y sus dirigidos no se encontraba dentro de los carriles normales, al punto que jugadores sin peso ni historia, como la mayoría de los que integran este plantel, se burlaban del entrenador ante propios y extraños, en una situación que se agudizó en estos días de trabajo en la ciudad de Mar del Plata.


 Por más que se tapó, la relación entre Merlo y Gallardo nunca fue la mejor. Los problemas comenzaron cuando "Mostaza" intentó sumar al plantel al zaguero Horacio Ameli, quien tuvo un problema de "polleras" con uno de sus compañeros y por decisión de los jugadores fue excluido del equipo.


 Pero Gallardo se negó a que Ameli regresara y Merlo tuvo que conformarse con trabajar con los defensores que había heredado, sin tener muchas variantes como para resolver los problemas de River.


 Y la relación habría empeorado cuando Gallardo se hizo expulsar infantilmente en el partido ante Gimnasia y Esgrima La Plata, cuando el equipo de Troglio peleaba el torneo Apertura con Boca y superó "sin despeinarse" a un desconocido River en el estadio Monumental.


 Para limar asperezas Merlo y Gallardo se habrían reunido antes de fin de año, como para empezar los trabajos de pretemporada lo más unido posible, de cara al regreso de River a la Copa Libertadores de América.


 Con la vuelta al trabajo, Merlo y Gallardo aseguraron no tener diferencias, señalando que la relación era buena, pero estos dichos quedaron sepultados después de los hechos de ayer a la madrugada.


 Antes del partido ante San Lorenzo, jugado ayer en Mar del Plata, hubo un primer encuentro entre Gallardo y Merlo.


 En ese encuentro Gallardo, como luego lo confirmó Merlo, le comunicó al entrenador su decisión de irse de River porque no estaba de acuerdo con la forma de trabajo de "Mostaza". Pero el capitán del conjunto de Núñez no se quedó sólo en eso: le informó que la mayoría del plantel opinaba lo mismo que él.


 Merlo, quien a lo largo de su carrera siempre tuvo excelente relación, como su cuerpo técnico, con sus dirigidos, se quedó atónito con los dichos de Gallardo.


 Enseguida, antes de partir al estadio José María Minella para enfrentar a San Lorenzo, se reunió con su cuerpo técnico y ahí mismo tomó la decisión de alejarse de River, aunque la medida antes de comunicársela a la prensa la debía informar al plantel. Sus "códigos" de vida lo obligaron a actuar de esa manera.


 A pesar de esto, Merlo vivió el partido del lunes como siempre, como "el último", gritando, dando órdenes, molestándose por demás con Cristián Alvarez por un error imperdonable para un jugador de primera división, pero sabiendo que esa noche marplatense sería la última de su segundo ciclo como entrenador de River.


 Luego del partido esperó a que los jugadores cenaran, se volvió a reunir con Gallardo, le comunicó su decisión y pidió reunirse con todos los jugadores.


 Cuando Merlo le informó a los futbolistas su decisión de renunciar, el único que levantó la mano y le pidió a "Mostaza" que no tomara una decisión apresurada fue el volante Víctor Zapata.


 "Mostaza no se apure", dijo Zapara luego de levantar la mano. "Dejá, ya está", fue la respuesta de un "herido" Merlo, quien a pesar de su dolor, aguantó las lágrimas, al menos públicamente, y decidió no transar.


 Claro, que después, Merlo apuntó contra los dirigentes, dejando en claro su postura sobre el regreso de Ortega.


 "Ortega no estaba en mis planes, para mí no era momento para que volviera, ahora como yo no sigo lo puedan traer", sentenció Merlo.


 "Si viene Ortega y hace los goles el equivocado seré yo, pero para mí no es el momento de traerlo de nuevo. Me voy ahora para que el nuevo entrenador puede elegir sus refuerzos", concluyó. (DyN y Télam)

NUMEROS

2-- Los cotejos que dirigió en la Copa Sudamericana 2005. Empató ambos partidos ante Corinthians (0-0 y 1-1), pero quedó eliminado por el gol de visitante que consiguió el elenco paulista.

3-- Los goles que convirtió River el día de su debut como DT. Su elenco venció a Colón por 3 a 2 --tras ir perdiendo 2 a 0-- el 7 de septiembre, por la 5ª fecha del Apertura 2005.

4-- Los meses que duró su segundo ciclo en River. Había asumido el 29 de agosto del año pasado en reemplazo de Leonardo Astrada.

5-- Los partidos que tuvo invicto, en la mejor racha desde que asumió. Arrancó con el empate ante Boca 0 a 0 por la 11ª fecha hasta la 16ª, que cayó ante Argentinos 1 a 0.

17-- Los cotejos que dirigió como DT del conjunto "millonario". Ganó 6, empató 5 y perdió 6. Convirtió 28 goles, le marcaron 22 tantos, y obtuvo 23 puntos, con una efectividad de 45,10 por ciento.


DESGLOSES

Se viene Passarella



















 De no mediar ningún imponderable, Daniel Alberto Passarella se convertirá en las próximas horas en el sucesor de Reinaldo Merlo, tal como sucedió en su anterior etapa en el club.


 El ex defensor se reunió en la mañana de ayer con algunos dirigentes "millonarios" y las negociaciones están muy avanzadas para que retorne al banco en el cual hizo su debut como entrenador.


 Su primer ciclo comenzó en 1989, cuando también llegó en reemplazo de "Mostaza".

Gallardo duerme tranquilo




 El capitán de River Plate, Marcelo Gallardo, aseguró ayer que duerme tranquilo luego de la renuncia que presentó Reinaldo Merlo.


 "Yo duermo tranquilo. No esperaba que la situación derivara en el alejamiento de Merlo", dijo en rueda de prensa el enganche, quien se lamentó la ida del entrenador.


 De cualquier manera, confirmó que tuvo diferencias con el entrenador y argumentó que no compartía el "pensamiento futbolístico".


 Gallardo dijo que en la charla que tuvo con "Mostaza", y que obró como detonante para la renuncia del entrenador, le había anunciado su intención de alejarse de River ya que no era de su agrado el estilo futbolístico impuesto al equipo por Merlo.


 El "Muñeco" aseguró, eso sí, que con su postura no pretendió involucrar a nadie, como había afirmado el técnico.


 "No tengo nada personal con él ni con su cuerpo técnico, sólo que estaba disconforme y yo pensaba que eso era lo mejor. Me preguntó si era algo personal o del plantel y le respondí que el cien por ciento del plantel pensaba lo mismo", completó el enganche.


Alvarez dijo que tuvo
"respaldo"








 El vocal de River Norberto Alvarez declaró que la decisión del técnico Reinaldo Merlo de alejarse del club fue "unilateral", confirmó que se debió al desacuerdo de los jugadores con el proyecto de "Mostaza" y aseguró que la situación "sorprendió a todos" en la Comisión Directiva.


 Alvarez, único dirigente de River que se encuentra al frente de la delegación del equipo en Mar del Plata, habló después de Merlo en el hotel Primacy de la ciudad balnearia.


 "Nos toma por sorpresa a todos los directivos. Cuando lo trajimos pensamos en un técnico con todo el respaldo. Un estandarte y figura de River", apuntó, pero aceptó que la renuncia tuvo carácter de indeclinable.


 "Me comunicó en su habitación, después de la reunión con Gallardo, que dio un paso al costado porque los jugadores no estaban de acuerdo con su proyecto. Me dijo que la decisión era indeclinable y que cree mejor que se vaya uno antes que treinta".


 Alvarez insistió con que Merlo "tuvo respaldo" y aseguró que su sucesor "no estará condicionado por los jugadores".


 En cuanto a los refuerzos, tema que también mencionó Merlo como desencadenante de su decisión, el dirigente se mostró optimista.


 "Van a venir en tiempo y forma. Igual, hubiera sido bueno que llegaran para la pretemporada. Aunque hay que entender que a veces las formalidades no lo permiten", concluyó.

ENFOQUE

Una cuestión de piel

Por Javier schwab










 La renuncia de "Mostaza" Merlo resultó tan previsible como sus cuestionados esquemas futbolísticos. Diferencias irreconciliables se empezaron a tejer desde que asumió la conducción técnica, con entretelones novelísticos que involucraban al líder futbolístico del plantel, Marcelo Gallardo, y al zaguero central Horacio Ameli, referente apartado por el entonces técnico Leonardo Astrada.


  Merlo no tuvo capacidad de conducción ni voz de mando; tampoco supo ejercer a su debido tiempo la autoridad necesaria para transparentar confusos episodios, muchas veces ocultos a los ojos de la prensa.


  Recibió y soportó críticas, aunque nunca deslindó responsabilidades pudiendo escudarse en tener a su cargo un equipo de menor jerarquía a lo que pretende el exigente paladar riverplatense. En este aspecto es atribuible, también, el escaso apoyo de la dirigencia cuando el técnico solicitó reforzar el plantel.


  A su debilitada imagen se sumó, en la noche del domingo, una propuesta "indecente" de sus propios dirigidos, con Gallardo a la cabeza, quienes no estaban de acuerdo con su manera de trabajar y mucho menos, aún, con la forma de plantear los partidos.


 Y, como si fuera poco, luego del encuentro ante San Lorenzo le reprocharon su falta de audacia cuando hizo ingresar al volante Gonzalo Higuaín para retirar a Oberman, el único delantero de punta; siendo más grave todavía la situación de no contar con ningún delantero en el banco de relevos.


  Se fue sin pena ni gloria. Segundo portazo en Nuñez de un jugador reconocido por su trayectoria, pero que nunca, en su función de orientador, pudo entrar en la piel del hincha, los jugadores y los dirigentes...