Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Quienes duermen la siesta tienen menos riesgo de sufrir ataques al corazón

Un estudio revela que las personas que concilian el sueño una o dos veces por semana tienen un 48% menos posibilidades de padecer un infarto.

   Los españoles son famosos, entre otras cosas, por disfrutar de nuestra famosa siesta, aunque lo cierto es que en el día a día son muchos los que no la pueden dormir por estar trabajando.

   Un nuevo estudio publicado en el “British Medical Journal” revela que las personas que duermen un rato después de mediodía tienen un 50 por ciento menos de posibilidades de sufrir un ataque al corazón, comparado con quienes no siguen esa práctica. 

   Sería la solución a la aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias que provoca un estrechamiento y endurecimiento, y que está en muchos casos provocada por la falta de sueño.

   La investigación que ha llevado a cabo el Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, siguió a 3.400 personas de entre 35 y 75 años durante un periodo de cinco años. En ese plazo midieron si los participantes echaban o no la siesta, su duración y los episodios de infarto o ataque al corazón que habían sufrido.

   En esos cinco años de investigación se produjeron 155 infartos entre los participantes, pero el estudio reveló que las personas que dormían la siesta una o dos veces a la semana sufrían la mitad de ataques al corazón que quienes no lo hacían. Además, los científicos aseguran que se han tenido en cuenta otros factores que no afectan a esos sorprendentes resultados.

   La doctora Nadine Hausler reconoce que la asociación entre la siesta y un menor riesgo de infarto “se mantuvo después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes como la edad y la duración del sueño nocturno, así como otros riesgos de enfermedades cardiovasculares, como la presión arterial alta y el colesterol. Y no cambió después de tener en cuenta la somnolencia diurna excesiva, la depresión y dormir regularmente durante al menos seis horas por noche”. 

   Según la doctora Hausler, echar la siesta de forma habitual solo provocó efectos adversos en personas mayores de 65 años y que sufrían apnea del sueño severa. Sin embargo, no todos los especialistas están de acuerdo con los resultados de la investigación, ni tampoco ofrecen una valoración sobre cuál sería la duración ideal de la siesta. 

   Los especialistas parecen estar de acuerdo en que dormir siesta una o dos veces por semana es perfecto, pero hacerlo a diario no lo es tanto. 

   Naveed Sattar, profesor de medicina metabólica, está convencido de que las siestas puntuales son saludables, pero no las diarias: “Aquellos que echan una siesta una o dos veces por semana tienen estilos de vida más saludables o vidas organizadas que les permiten dormir estas siestas, mientras que aquellos que duermen una siesta casi todos los días probablemente estén más enfermos. Esto significa que el patrón anterior de la siesta ocasional es intencional y el último de una siesta más regular probablemente representa una enfermedad subclínica relacionada con un estilo de vida más pobre. Esto explicaría los riesgos diferenciales”.

   Por eso, este profesor de la Universidad de Glasgow descarta que “la siesta intencional uno o dos días a la semana mejore la salud del corazón, por lo que nadie debería deducir que la siesta es una forma de disminuir su riesgo de ataque cardíaco”. 

   “Eso requeriría pruebas adecuadas, pero no estoy seguro de lo factibles que serían. Por ahora, es mucho mejor apuntar a una buena noche de sueño regular y seguir los consejos habituales de estilo de vida con buenas dietas y niveles de actividad decentes”, puntualizó finalmente.

Otros beneficios

   1. Una siesta, aunque sea de una duración de apenas 10 minutos, restablece los niveles de estrés para hacerte sentir prevenido y alerta.

   2. Y no solo eso. También mejora el funcionamiento cognitivo, los tiempos de reacción, la memoria a corto plazo e incluso el estado de ánimo.

   3. Del mismo modo, una siesta antes de enfrentar tareas difíciles, ha comprobado aumentar significativamente la paciencia en los participantes.

   4. Cuando se combina con ejercicio moderado, las siestas regulares pueden ayudar a mejorar y mantener la salud mental, particularmente en los ancianos.