Bahía Blanca | Miércoles, 03 de diciembre

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Midland ascendió a la Primera Nacional y el único bahiense del plantel confesó: “El club es una fiesta”

El defensor formado en Villa Mitre y Liniers, donde debutó en la mayor en 2021, todavía no cae, le cuesta creer que ya forma parte de la historia del “funebrero”, que por primera vez en sus 11 años de vida participará en la segunda división del fútbol argentino.

Fotos: Familia Olavarría

El club Atlético Ferrocarril Midland acaba de firmar un pacto con su historia centenaria y, por primera vez en sus 111 años de vida, logra ascender a la Primera Nacional, después de un 2025 fantástico con la obtención de los dos torneos de la temporada en la B Metropolitana: Apertura y Clausura.

La interminable caravana desde Campana, donde disputó el último partido frente a Flandria, a la sede de la entidad, en la localidad de Libertad, partido de Merlo (Buenos Aires), y los festejos emparentados con una epopeya que constantemente alternó entre el mundo mágico y el real, sellaron para siempre el abrazo con la gloria. Un 15 de noviembre que, de ahora en más, será inolvidable para la comunidad del “Ferro”.

Ese día ocurrió el desenlace, cuando Midland se consagró campeón del Torneo Clausura pese a la derrota en su visita a Flandria. El equipo comandado por Joaquín Iturrería ya había obtenido el Apertura, lo que le permitió asegurar el ascenso de manera directa, sin necesidad de disputar finales ni depender de otros resultados.  

En un plantel sin nombres rutilantes, entre los futbolistas más valorados por el DT aparece el bahiense Mirko Jesús Olavarría, central de 20 años y de 1,86 de estatura que se inició en las infantiles de Villa Mitre, pegó el estirón en las menores de Liniers y entre 2021 y 2024 tuvo pasos activos por las juveniles de Lanús (cuarta y quinta división) e Independiente (cuarta y sparring en los entrenamientos de Primera).

Se sumó a las filas de Midland en el inicio de este ciclo exitoso, debutó el 8 de agosto, disputó dos partidos y fue al banco en casi todos los cotejos del segundo certamen.

Sin imaginarlo, entró en la historia del “Funebrero”, institución que preside Agustín Orión y que, entre sus hinchas más alocados al momento de celebrar, mostró a un “desencajado” Sergio “Huevo” Rondina, ex orientador del albinegro en la C y en la D y hoy en Ferro.

“Me cuesta asimilar todo lo que se vivió y se sigue viviendo, acá la adrenalina no baja y el club es una fiesta todos los días. Jugué poco, es cierto, pero este ascenso marca un antes y un después en mi carrera, es un buen currículum para lo que puede llegar a venir”, sostuvo Mirko, quien tiene un año más de contrato con el flamante ascendido a la segunda categoría del fútbol argentino.

A fin de 2024 el Rojo de Avellaneda lo dejó libre, pero su espíritu batallador le impidió rendirse. Por intermedio de su representante (Guido Barletta) arribó a Midland y la estrellita que acaba de obtener vale mucho más de lo que el zurdo con 3 presencias en la Primera de Liniers (debutó el 1 de agosto de 2021, como titular ante Sporting de la mano del DT Walter Carrio) puede imaginar.

“No dimensiono lo que se consiguió, sobre todo porque el último partido lo perdimos (1-0 ante Flandria) y pensábamos que no se iba a dar, pero Real Pilar cayó por el mismo marcador y terminamos primeros en las posiciones. Cuando aseguramos el Apertura, la gente nos decía ´Hay que ganar el Clausura´. Fue difícil, la presión por momentos era insostenible, pero llegamos al objetivo”, expresó quien el 28 de este mes soplará las 21 velitas.

“El día de la consagración, los hinchas explotaron nuestro estadio, en las tribunas la gente lloraba y a las personas grandes, socios vitalicios de más de 70 años, las hacían ingresar al campo de juego. Fue una emoción enorme, yo tampoco me olvido de todo lo que viví”, confesó el hoy lateral por izquierda, integrante, en 2018, del sub 15 de la Liga del Sur.

--¿Qué tipo de club es Midland?

--Un club a la altura de una Primera Nacional. Ordenado, estructurado, con una utilería de primer nivel y un predio moderno, con recepción, pileta de natación, campos auxiliares de fútbol y canchas de pádel. El predio de la sede está a unas cuadras de la sede, ocupa dos manzanas y se encuentra a unos 500 metros de las vías del ferrocarril (General Belgrano).

--¿Te ilusionas con sumar más minutos en 2026?

--Claramente. Si el técnico no se opuso a que continúe por algo debe ser. Además, la Primera Nacional es una categoría donde se puede jugar un poco más, y por mis características me puedo adaptar mejor que a la B Metro. Soy un defensor que le gusta salir con pelota al pie y mandarse al ataque, vengo de dos grandes escuelas, como la de Lanús e Independiente.

--¿Qué dice papá Nico?

--Está feliz, me escribe todos los días y me recalca que no le afloje. Gracias a Dios, para el último partido y la consagración me acompañó mi mamá (Julieta). Con ella pude ser parte de los festejos que hizo Midland, porque todos mis compañeros vivieron con uno o más familiares ese grandioso 15 de noviembre.

“Acá en zona oeste del gran Buenos Aires vivo solo, por eso estoy ansioso por armar la valija e irme unos días a Bahía. ¿A jugar a algún equipo de allá? No, es una opción muy lejana todavía. Acá sigo entrenando en doble turno hasta que lleguen las fiestas”.

--¿Alguna actividad paralela al fútbol?

--No, estoy enfocado al cien por ciento en mi carrera. Cumplo con los hábitos necesarios de alimentación y las visitas al psicólogo deportivo me ayudan a seguir creciendo como persona y futuro profesional. Estoy aprendiendo a convivir conmigo mismo y con la soledad, y me encuentro fuerte de la cabeza para ir asumiendo nuevos desafíos.