Clubes de Pie: cómo marcha la reconstrucción tras el temporal
El programa ya demandó un monto de 2.350 millones de pesos e incluyó el padrinazgo empresarial a las entidades afectadas por la tormenta que azotó la ciudad en diciembre del año pasado.

Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Audionota: Marina López
El 19 de enero pasado, el municipio, en conjunto con empresas que operan en la ciudad, lanzó el programa "Clubes de Pie", cuyo objetivo es reconstruir instituciones deportivas afectadas por el trágico temporal del 16 de diciembre.
A siete meses de aquella situación, la gran mayoría de los 60 clubes que se unieron a la convocatoria ya evidenciaron mejoras edilicias que les permitieron volver a funcionar prácticamente con normalidad.
El programa "Clubes de Pie" ya demandó un monto de 2.350 millones de pesos e incluyó el padrinazgo empresarial a las entidades afectadas por aquella tormenta que azotó la ciudad en el último mes del año pasado.
“La génesis de este proyecto fue el compromiso del intendente de resolver las problemáticas que dejó el temporal para lograr la reconstrucción de todo Bahía”, resumió Hernán Vigier, director de la Agencia de Innovación, Desarrollo Productivo y Urbanismo.
Y añadió: “Ese compromiso se fue dividiendo en tareas específicas y allí nace el programa Clubes de Pie, que básicamente apunta a ayudar a las instituciones deportivas afectadas, que fueron muchas y de distinta dimensión”.
Gustavo Lari (Instituto del Deporte) y Hernán Vigier (director de la Agencia de Innovación)
“En un principio, las cinco empresas petroquímicas realizaron una donación de chapas muy grandes, que en principio era la necesidad más grande de la mayoría de los clubes. Y después, cada una se encargó de apadrinar un club”.
Para llegar a cada una de ellas, fue muy importante la labor del Instituto Municipal del Deporte, comandado por Gustavo Lari.
“Un día después del temporal se dio el primer paso, que fue iniciar el relevamiento general de daños junto al ingeniero Horacio Varela. Recorrimos en total 98 instituciones y evaluamos qué grado de afectación tuvo cada una. Así se armaron tres grupos distintos”, explicó el ex presidente de Bella Vista y la Liga del Sur.
“Básicamente pusimos en grado 1 los que tuvieron derrumbe total de un galpón o gimnasio; en grado 2 los que tuvieron una magnitud semejante en destrozos pero sin derrumbe y en grado 3 los que tuvieron daños menores que no dejan de ser importantes, pero son menores en cantidad”.
Las instituciones que sufrieron una afectación de grado 1 y 2, es decir, las que sufrieron los daños más graves, con su respectivo apadrinamiento, fueron Estudiantes, Tiro Federal y Bahiense del Norte (Pampa Energía); Sportivo Noroeste y Sansinena (Refinería Bahía Blanca); Talleres (Oldelval); Olimpo, El Nacional y Comercial (Dow); Barracas, Villa Mitre y Whitense (Mega); Bella Vista, Huracán, Pacífico y Defensores del Sur (Profertil); La Armonía (Unipar) y DUBa. (TGS).
Lari reconoció que no fue sencilla la división, debido a la necesidad general tras un evento climático tan devastador como aquel que pasó por Bahía Blanca.
“Fue muy difícil evaluar cada entidad, porque quizás no tenía un impacto muy grande en lo visual, pero para la situación de ese club era muchísimo”.
Y, obviamente, no todos los clubes estaban en la misma situación.
“Por ejemplo, hubo muchos que hicieron trabajos con recursos propios y otros no tenían ni para empezar. No fue fácil conformar esos grupos, porque la línea era muy delgada entre lo que es mucho y poco para cada uno.
O bien, en el monto global, el costo de la reconstrucción de lo afectado no era demasiado, pero para ese club era el 100% de sus instalaciones”.
A cada club de los dos primeros grupos se los ligó a una empresa en particular para solventar las tareas a desarrollar. En algunos casos, la misma compañía abarcó dos o más entidades, de acuerdo a sus posibilidades de colaboración.
Y el tercer grupo, con dos empresas en particular y el municipio, se conformó un fondo de 100 millones de pesos para repartir en subsidios de dos millones de pesos para cada una.
“El intendente nos instruyó que no se deje a nadie sin ayudar, fundamentalmente porque comprendemos la importancia del trabajo de los clubes en la sociedad”.
Precisamente, el municipio ofició de nexo entre los clubes y las empresas privadas.
“La articulación con las empresas no fue sencilla, porque muchas son multinacionales y tienen sus respectivas normas para llevar a cabo las ayudas o donaciones. De hecho, cada una manejó el tema de forma diferente”, señaló Vigier.
Así, algunas se encargaban de todo el proyecto con su propio personal, otras tercerizaban trabajos a sus proveedores, otras donaban dinero a través de fundaciones y otras pagaban los materiales de construcción y la mano de obra.
“Internamente, la manera que dividimos los trabajos fue que la Agencia de Innovación, Desarrollo Productivo y Urbanismo se ocupara de articular con las empresas y nosotros, desde el Instituto del Deporte, trabajábamos con los clubes”, explicó Vigier.
“Lo que hicimos fue transformarnos en el nexo para que se junten los directivos de los clubes y de las empresas para que puedan desarrollar los trabajos necesarios. Una vez que lográbamos eso, los dejábamos actuar y volvíamos a interceder en caso de surgir algún problema de alguna de las dos partes”, amplió Lari.
Los obstáculos
Ambos funcionarios reconocieron el rol clave que desempeñó el intendente Federico Susbielles.
“El impulsó la unión de las empresas a este programa. Prácticamente les explicó una por una la necesidad de que los clubes recibieran ayuda por la función social que cumplen”, explicó Vigier.
Pero ese compromiso había que transformarlo en acuerdos contractuales para que sea factible. Algo que tampoco resultó tan sencillo.
“Por ejemplo, nos encontramos que varios clubes no tenían la personería jurídica al día, y por lo tanto no estaban en condiciones de recibir ayuda, ya que las empresas no podían justificar lo invertido. De toda esa parte nos ocupamos nosotros”.
Para aquellos clubes que no estaban al día en cuestiones administrativas, para no demorar la ayuda, lo que se instrumentó fue que su asociación, por ejemplo la Liga del Sur o la Asociación de Básquet, se hicieran responsables.
“En esos casos, ellos ejercieran como órgano de contralor. Entonces, el dinero se giraba a esa entidad y ésta se la trasladaba al club. Todo eso se hizo para agilizar las tareas y que los clubes pudieran funcionar normalmente en el menor tiempo posible”.
Paralelamente, esas entidades eran derivadas a la Dirección General de Asociaciones Civiles, oficina dependiente de la Agencia de Desarrollo Territorial, Descentralización y Participación Ciudadana, para regularizar su situación legal.
Vigier manifestó que encontraron una llave muy importante con la aplicación de la Ley N° 16.774, más conocida como Ley Boca.
“A partir de la aplicación de esa Ley, los clubes están exceptuados de pagar IVA, tanto en materiales como en mano de obra de empresas constructoras. Pero hay ciertos requisitos que no todos los clubes tenían. Ese también fue un trabajo extra del que se ocupó el municipio”.
No es un dato menor si se logra cuantificar.
“La Ley Boca es muy importante para este tipo de situaciones. Porque, aplicado, permite que, por ejemplo, de una obra de 10 millones, tener más de 2 de rendimiento extra. Visto de otro modo, de cada 10 ladrillos, llegan dos más. Cuantificado, es muchísimo dinero”.
El presente del programa
El intendente había anunciado, cuando se lanzó este programa, una inversión estimada de 1.900 millones de pesos.
“Pero ese número creció, tanto por la inflación reinante en el país como también porque, después del relevamiento inicial, en cada presupuesto surgieron variaciones que no estaban contempladas inicialmente. Al día de hoy se requirieron alrededor de 2.350 millones de pesos y quizás se amplíe aún más porque se están iniciando obras muy costosas en estos momentos”, manifestó Vigier.
Aunque la gran mayoría de los proyectos de los 60 clubes damnificados ya están culminados, aún quedan un par que, por la magnitud de la obra a realizar, se están poniendo en marcha en estos días.
“Por ejemplo, Tiro y Estudiantes están comenzando con la reconstrucción de sus gimnasios. Y Talleres y Sportivo Noroeste se encuentran en estado avanzado para iniciar la reconstrucción”, señaló Lari.
“Y con Argentino y Liniers estamos definiendo algunos detalles pendientes, que en el transcurso de esta semana quedarán encaminados”.
Precisamente, cada club acarreó una historia individual.
“Hubo clubes que no tuvieron daños grandes, pero sí pequeños en muchas instalaciones, por el simple hecho de tenerlas diseminadas en distintos lugares. Hubo otros que tuvieron un solo impacto, pero visualmente impactante, como sucedió con Tiro, Estudiantes, Talleres y Sportivo Noroeste, a los que se les derrumbaron gimnasios completos”, dijo Lari.
“En esta propia mesa vivimos muchas situaciones emotivas. Por ejemplo, cuando se juntaron los directivos de Sportivo Noroeste, un club muy humilde que se destruyó por completo, y la empresa. Y cuando el directivo de la empresa le aseguró que el club iba a quedar tal como estaba antes de ocurrir el temporal, la presidenta descargó toda su angustia acumulada en un llanto. Con Club Talleres pasó algo similar”, amplió Vigier.
El futuro
Para Gustavo Lari, de no haberse lanzado este programa era prácticamente imposible que la mayoría de los clubes pudieran ponerse de pie en tan pocos meses.
“No digo que no hubieran podido recuperarse, pero sí que iban a demorar muchísimo más para hacerlo. Hoy la gran mayoría está funcionando normalmente, con los chicos dentro de sus instalaciones”.
El ex presidente de la Liga del Sur remarcó la solidaridad entre las entidades deportivas.
“Se prestaban las instalaciones entre ellos o bien nosotros, desde el municipio, aportábamos el Polideportivo Norte para que no detuvieran sus actividades”.
A su vez, señaló que el programa Clubes de Pie, una vez que se termine la reconstrucción de todo lo que es edilicio, debe buscar nuevos objetivos.
“Fue muy positiva la articulación público-privada y se puede avanzar en otras direcciones a partir de esta experiencia. Pero hoy por hoy, toda la energía está puesta en ver todos los clubes como estaban antes de diciembre o aún mejor”.