A los 39 años y con rodilla “nueva”, el “Massi” no se da por vencido
Hace poco de dos meses Maximiliano Vallejos, defendiendo la camiseta del club de sus amores, La Armonía, sufrió la rotura de ligamentos cruzados (anterior y posterior) y la cisura parcial de meniscos. Después de la operación y en pleno proceso de rehabilitación, hizo caso omiso a los rumores: “No me voy a retirar, volveré con más ganas que nunca”.
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
Instagram: @sergiopeysse
Twitter: @elpeche1973
(Nota ampliada de la edición impresa)
“El `Massi´ (sic) deja el fútbol, ¿te enteraste?”, me comentó, a las apuradas, un allegado a La Armonía, lamentándose porque el club iba a perder a uno de sus jugadores emblemáticos, Maximiliano Vallejos, quien junto al “Pato” Linares son los únicos integrantes del actual plantel que estuvieron en los dos ascensos que acredita el velezano en las casi tres décadas que lleva ligado al fútbol de la Liga del Sur: 2003 y 2022.
“No sé quien te lo dijo, pero seguramente es alguien que no me conoce...(risas). Hoy me está pasando esto, lo estoy afrontando con mucha voluntad y no me voy a dar por vencido; tengo fuerzas y animo para llevar adelante la rehabilitación y para volver a jugar cuando esté todo en condiciones”, sostuvo Maxi, a 26 días de haber sido operado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.
“Me `rompí´ en el partido semifinal –del torneo Apertura-- frente a Liniers (1 de julio) y entré a quirófano el 14 de agosto, me intervino el doctor Alberto Tulli y salió todo de diez”, expresó mientras se acomodaba en el sillón de su casa, en el barrio San Roque, y cambiaba las muletas por la jarra de café que le alcanzaba su señora Estela.
“Soy consciente de que voy camino a las cuatro décadas, pero tengo el entusiasmo de un pibe de 18 años. Llegado el momento veré si estoy para seguir en La Armonía o se me abre otra puerta en algún otro lado”, deslizó quien disputó 411 cotejos en distintos elencos del ámbito local (91 en Larmo, 276 en Bella Vista, 24 en Sansinena y 20 en Libertad).
“¿Ahí están contados los del Regional también?”, preguntó el delantero casi con rostro resignado.
--Sí, le contesté, y son 68 goles (12 en La Armonía, 49 en el Gallego, 4 en el cerrense y 3 en el milrayita de Villa Rosas).
--Ahhh bien.
Para no perder del hilo de la conversación, el “Ratita” Vallejos, como le dicen sus amigos más íntimos, contó que imaginaba que esa rodilla en un momento iba a estallar, porque venía soportando dolores desde el año pasado, y en los primeros estudios prequirúrgicos, “saltó” todo...
“Cuando Tulli me revisó, lo primero que me dijo era que estaba inestable y bastante deteriorada. La resonancia lo confirmó: los dos ligamentos (anterior y posterior) destrozados y meniscos parcialmente rotos”, informó como asumiendo lo que ya sabía.
Maxi se lesionó por una infracción (sin mala intención) de Emanuel Tamalet (tal como muestra la foto principal), siguió unos minutos más en cancha y, tras tirar el centro para el gol de Fidel Tourn, que estableció el 3-1 final, se desmoronó en el piso y no pudo continuar. Las lágrimas mientras se retiraba del campo de juego hablaban por sí solas.
--Ese llanto decía algo más, ¿qué pensaste en ese momento?
--Me fui llorando porque sabía que lo que me había pasado era grave, por el dolor y porque la rodilla se me iba para atrás y para adelante. Habíamos ganado y La Armonía iba a jugar por primera vez una final en el círculo superior, era todo alegría y disfruté de los festejos, pero ya me había convencido de que a ese partido decisivo no iba a llegar.
“Después de cada triunfo hacemos una especie de tercer tiempo para tomar y picar algo, pero ese día no me quedé, no podía más del dolor. A la noche no pude dormir y se me pasaron miles de fantasmas por la cabeza”.
--¿Uno de ellos fue dejar la actividad?
--No, el fútbol es más fuerte que yo y mientras el físico me responda voy a seguir insistiendo. Cuando me dieron la fecha de operación enseguida me puse a sacar cuentas: a mitad de febrero de 2024 se cumplen seis meses, que es el tiempo estipulado para la recuperación de lesiones como estas, por lo que con una buena pretemporada y una acorde puesta a punto, en marzo o abril puedo arrancar sin problemas el torneo oficial de la Liga.
“En su momento lo hablé con Fito (Rodolfo Cuello, DT del albiazul), yo sé que él me va a tener en cuenta para armar el próximo plantel si es que sigue con su proyecto en el club. Igual no me quiero adelantar tanto”.
--¿Quién se hizo cargo de la cirugía y del post operatorio?
--La obra social de mi trabajo (es empleado municipal) cubrió casi todos los gastos, y lo poco que puse de mi bolsillo me lo reintegra el club, que en todo momento estuvo al lado mío y de mi familia. Ema Pérez, quien colabora con el fútbol mayor, me dio todas las soluciones y Mario Antón (uno de los asistentes técnicos de Cuello) me llamó todos los días para saber como estaba y si necesitaba algo.
“No me quiero olvidar de Marcio Antón, el hijo de Mario, que sufrió la misma lesión que yo. Hay que ayudarlo, es un chico del riñón de La Armonía, joven y con mucho futuro. Como ya empecé a pisar y vengo cumpliendo con los primeros ejercicios de kinesiología, si Marcio necesita algo ahí voy a estar”.
--Ojo, no te apures.
--Para nada, le hago mucho caso al doctor. No soy un pibe que recién empieza, la ansiedad no me va a llevar a cometer locuras. Físicamente estaba muy bien, en un gran momento, pero es un volver a empezar. Soy una persona con mucho amor propio y sé que voy a volver a jugar. Me estoy esforzando para lograrlo.
“Un amigo que me quiere mucho me aconsejo: `si te querés retirar, que sea dentro de una cancha, jugando un último partido y estando a buen nivel, sin regalar nada´. Hace poco puse una foto de la final por el ascenso –2022-- en el estado de WhatsApps con la pregunta: ¿fue mi ultimo gol en La Armonía? Ni yo lo sé, pero si llega a ser así voy a ser un agradecido al fútbol, que me dio más alegrías que tristezas. No pienso colgar los botines, tengo muchas ganas de volver a la Liga, porque para ir al fútbol amateur hay tiempo de sobra”.
--Creo que vos y el “Pato” se merecen un partido homenaje.
--Además de haber conseguido el ascenso en 2003, con una base de chicos del club, también logramos permanecer en la A en 2004, un logro tan significante como el salto de categoría. La Armonía creció socialmente y muchos de los que hoy van a la cancha no me vieron jugar, se quedan con lo que soy ahora, por eso siempre digo lo mismo: el referente máximo, el que más identificado está con los colores es el “Pato”, quien entre un ascenso y otro tuvo algún que otro paso por la entidad.
“El `Pato´ es un prócer y está bien que se lo reconozca, lo mío fue digno pero no me siento un ídolo. Hice goles en aquellas recordadas finales ante Pacífico y me vinieron a buscar de varios clubes, entre ellos Bella Vista, donde seguí creciendo como jugador y persona”.
Hace dos fechas, Maxi fue a presenciar el empate 1-1 entre su equipo y Sporting.
“Fui en muletas y a paso lento, pero me hizo bien estar en la cancha otra vez. No sufrí y me moría por entrar, y eso es lo que más me reconforta si tengo en cuenta que las ganas no las perdí. Pese a que va a ser el año que viene, no me siento tan lejos del regreso”, señaló el dueño de siete títulos a nivel local: 2003 y 2022 con La Armonía; 2008, 2010 y Apertura 2016 con Bella Vista y Apertura y Clausura 2014 con Sansinena.
Y por casa, ¿cómo andamos?
Mientras Emma, su hija de 10 meses juega con Sofía (11 años), la hija de Estela, Maxi reconoció que los primeros días después de la operación, en reposo en casa y sin poder apoyar la pierna, su carácter fue “infumable”.
“Estaba insoportable, pedía que me alcancen todo, tenía a mi familia de sirvientes, no me podía mover, por momentos me picaba todo y quería levantarme por mis propios medios. Fue duro, sobre todo porque soy activo y no puedo estar mucho tiempo en una misma posición”, contó el hombre del hogar.
“Por suerte tengo a mi lado a una mujer de oro, que se bancó todo y que me alienta a que siga jugando al fútbol. Soy un afortunado de tener la familia que tengo”, agregó con orgullo este escurridizo gambeteador con 21 años de trayectoria futbolística.
Emma sonríe con papá Maxi.
. --¿Crees en Dios?
--Sí, mucho, incluso, en el momento de la lesión apreté los dientes y solté un “Dios, ¿por qué me está pasando esto?”. Igualmente la rodilla venía mal del año pasado, los ligamentos se sostenían de un pelito, y ese pelito se cortó. La culpa fue mía por no haber parado.
“No soy apegado a ninguna religión, tampoco a invocaciones extrañas ni a cábalas, solo creo en Dios, en Jesús, para mi es el ser que todo lo puede y el que me contagia fuerzas para ver todo con optimismo. Confío mucho en mis asesores espirituales de todos los días: mi familia y mis amigos”.
--Si no es en La armonía, a esta altura de tu carrera, ¿te va a costar jugar en otro lado?
–No jugaría en otro equipo que esté en la misma categoría que La Armonía, ya no lo quiero enfrentar. Estoy en un momento donde los colores tiran y el sentido de pertenencia también. Me acerqué más al club y me identifico con la gente, por eso, me toque estar o no en 2024, sé que me tengo que retirar en La Armonía.
"Gracias Doc", y foto con Alberto Tulli.
“Le tengo un gran aprecio a Bella Vista, fueron doce años y coseché estupendos y bellos amigos, pero no jugaría ahí por el proyecto que tiene el club, no porque no quiera. En la Loma le apuntan a los chicos de ahí, a jugar con pibes de la casa, y yo no tendría lugar. En La Armonía sé que me quieren, creen que le puedo dar una mano y siguen confiando en mi, por eso, de continuar en el fútbol liguista, el único lugar donde me imagino es en La Armonía”.
--¿En Pacífico jugarías?
--No. Ojo, no tengo nada en contra de ese club y de sus seguidores, pero no jugaría, como tampoco lo haría en Tiro o Comercial después de haber pasado por Bella Vista y Libertad. En el verde dirige (a la cuarta y a la Reserva) mi amigo el Cucha (Durán), que si alguna vez me llama le tengo que decir, con todo el dolor del alma, que no.