Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Ultimos intentos para evitar una guerra total

Sectores de la UCR, la Coalición Cívica y el Pro piden a Bullrich y Larreta unificar la candidatura a gobernador para darle mayor orden a la oferta electoral de Juntos.

Bullrich, Moirano, De Leo y Larreta.

La oferta electoral de Juntos por el Cambio, en sus puntos más relevantes, está a punto de definirse. Si bien hoy todo parece volcado a una competencia total entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, cada uno con sus candidatos a gobernador e intendentes, muchos de los estrategas de campaña están haciendo el intento final para evitar una disputa tan abierta que termine derivando en una lucha feroz.

"Ultimo llamado a la unidad", postearon el lunes al unísono el presidente de la UCR en la Provincia, Maximiliano Abad, y su par de la Coalición Cívica, Maricel Etchecoin, junto a la líder de ese partido Elisa Carrió. ¿Qué quiere decir ese mensaje? Que ante la proximidad del cierre de listas del 24 de junio, están corriendo las horas finales para llegar a un acuerdo en suelo bonaerense que prevenga una batalla donde el principal herido puede ser el conglomerado opositor.

Abad, Carrió, Etchecoin y muchos más, entre ellos el comando local del Pro (Gay-Moirano-Nardelli) y probablemente el lilito Andrés de Leo o radicales como Martín Salaberry, consideran que una competencia en las PASO en forma de "I" latina, desde la presidencia hasta el último municipio, es una amenaza para la paz interna y puede dificultar la posterior confluencia de cara a las generales. Porque el objetivo principal de esa coalición, se supone, es ganarle las elecciones a sus adversarios, no meramente golpear a sus aliados.

Unificar la candidatura presidencial ya parece imposible, pero habrá un intento más para no dividir la propuesta para la Gobernación. Desde varios sectores pedirán que Diego Santilli sea el candidato de unidad, dando de baja a Néstor Grindetti, el postulante que eligió una Bullrich cada vez más intransigente, a caballo de su crecimiento en las encuestas y molesta con Larreta porque fue el primero en negarse a compartir a Santilli.

Los impulsores de esta idea sostienen que, de ese modo, JxC será más competitivo frente a un peronismo siempre fuerte en la Provincia, así como permitirá un ordenamiento más armónico en distintos municipios y, no menos importante, en el armado de las listas legislativas tanto nacionales como seccionales. En cambio, una contienda en toda la línea implicará enfrentar a demasiada gente, incluso a muchos que no quieren ir a la pelea, empezando por los intendentes radicales y del Pro que buscan su reelección y demandan no tener competencia en sus distritos.

Por supuesto que, aun si hay acuerdo, después habrá que pulir detalles. El oficialismo Pro bahiense, entre otros, insistirá con pedir un esquema en "Y" (dos precandidatos a presidente, uno solo a gobernador y uno a intendente en los municipios donde son gobierno, favoreciendo las chances de Nidia Moirano); mientras que De Leo y otros podrían reclamar una "X" (dos precandidatos a presidente, uno a gobernador y dos postulantes a jefe comunal allí donde no haya un intendente que vaya por su propia reelección).

Si suenan los tambores de guerra, todo está dado para que las tiras en los cuartos oscuros de Bahía tengan a Bullrich y Moirano como puntas en una de las listas, y a Larreta con De Leo por el otro lado. El resto de los aspirantes locales tiene cada vez menos chances, tal como graficó días atrás el propio senador: "Pasó la etapa del que quería y se va acercando la etapa del que puede".

En este instante no parece sencillo que la unidad en la candidatura provincial prospere, pero hay que esperar a esta tentativa final de los precavidos, que ahora se encuentran con un argumento adicional. La confirmación del halcón Jorge Macri como hombre del Pro en CABA merece equilibrarse con la paloma Santilli en la PBA. (Digresión, de puro desconfiado: ¿Todo el mundo está seguro que al Macri primo lo ungieron las encuestas?)

Si bien el proceso preelectoral hay que analizarlo minuto a minuto, la foto del momento muestra a Juntos por el Cambio sumido en una puja interna que parece llevarse toda su energía y amenaza con dividirlos. En caso de que nadie haga concesiones, a todos los integrantes de esa alianza no les quedará más opción que tomar partido por uno u otra. Eso, a la larga, tiene costos.

En la otra vereda, curiosamente, el desgastado Frente de Todos está haciendo un esfuerzo por mostrar a sus figuras unidas y sonrientes, tal como se vio posar en los últimos días a Cristina Kirchner, Sergio Massa, Eduardo "Wado" de Pedro y Axel Kicillof. Vale aclarar que aquí también existe una opción de PASO, entre los dirigentes recién mencionados contra los "albertistas" Agustín Rossi, Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz. Sin embargo, no parece fácil que estos puedan armar algo si no cuentan con la bendición de la vicepresidenta, líder del espacio.

¿Cuál es la aspiración del frente de gobierno? Ya lo dio a entender Cristina: que las primarias de agosto arrojen un escenario de tercios. Por ejemplificar con cifras imaginarias, que Juntos sume 32 puntos, el FdT 28 y La Libertad Avanza, 26. Similar a lo que necesita el Frente de Todos en Bahía.

En el orden nacional, el peronismo precisa que Javier Milei, más allá de que le lima votos a todos los espacios políticos, perjudique más a Juntos y quede competitivo para pelear por un lugar en el ballottage.

Hay un par de escenarios post PASO que se analizan hoy en el justicialismo, pero no hay acuerdo total sobre qué les conviene. Uno propone que es mejor que Bullrich le gane la interna a Larreta para que luego la exministra se dispute el espectro de la derecha con Milei, dejando liberado el centro puro y, obviamente, la centroizquierda. Entonces, si Milei logra hundir a Bullrich y llega al ballottage, el kirchnerismo cree que un candidato peronista podría ganarle exponiendo las consignas más chocantes del líder libertario, como la creación de un mercado de órganos.

Otros prefieren a Larreta, porque el votante duro de Bullrich podría rechazar la postura antigrieta del jefe de Gobierno porteño y mudar sus votos al libertario, provocando el ballottage deseado por el oficialismo, contra Milei.

Todas especulaciones. Ahora, ¿cuál es el peligro que enfrenta el peronismo-kirchnerismo? Que se verifique la teoría de que, en el fondo, lo que hay es una derechización general del voto y, como consecuencia, su propuesta de centroizquierda termine tercera. Sería histórico.

En Bahía Blanca, el Frente de Todos también necesita que las PASO terminen en tercios. Hoy el único candidato indudable del espacio es Federico Susbielles, muy bien posicionado en términos individuales pero con el peso muerto de un sello político que en la ciudad genera rechazos mayoritarios.

Seguramente Susbielles tendrá corte de boleta a favor, independientemente de quiénes sean los postulantes en Nación y Provincia, y la historia indica que los candidatos locales de JxC sufrirán corte en contra. No obstante, hasta ahora la diferencia de escuderías ha sido tan grande que esos movimientos no impidieron las sucesivas victorias del Pro desde 2015.

El factor Milei, imposible de mensurar, podría desacomodar todo el tablero. Si raspa más a Juntos, abre el juego a otras opciones. Si come de todos los platos, el FdT bahiense también se arriesga al tercer lugar.

El susbiellismo, hace rato, está caminando la ciudad para trabajar cada voto, casi individualmente. Incluso su equipo de comunicación lo muestra en las situaciones y los lugares más diversos. Algo es seguro, nivel de conocimiento entre la población ya no le falta.

Una de las grandes incógnitas es si durante la campaña se pegará a las principales figuras del kirchnerismo (el presidente del Puerto fue a la plaza de Cristina el 25 de mayo y lo difundió en sus redes sociales) o tratará de tomar distancia para no chocar con el paladar del bahiense medio. Difícil decisión entre ser y parecer.

Una pregunta más. ¿Hay espacio para el crecimiento de opciones más minoritarias? La izquierda viene orbitando en las últimas elecciones entre los 6 y 7 puntos en Bahía e intentará, como siempre, alcanzar el 8,33% que le permita ingresar un concejal. El trabajo constante en determinados sectores de la Bahía "profunda" hace pensar que, de mínima, no tiene por qué caerse de esos números.

Otra alternativa es Integración Ciudadana, que primero debe superar el piso del 1,5% en agosto para seguir con vida hacia las generales. Por lo pronto la agrupación vecinalista eligió a un candidato, el ingeniero Horacio Varela (foto), con capacidad de capturar la atención con críticas y propuestas sobre el tránsito, tema de interés ciudadano en cualquier parte del mundo.

Ya propuso eliminar los lomos de burro, cada vez más frecuentes en calles y avenidas, y también sostiene que se debe reformar el circuito de ciclovías. Si logra impacto discutiendo temas urbanos, en definitiva aquellos para los cuales tiene competencia un intendente, puede conseguir un sitio interesante en el debate público.

Por supuesto que ni el Frente de Izquierda ni Integración Ciudadana están en condiciones de ganar la jefatura comunal. Pero sí pueden morderles votos a las propuestas principales. A las ofertas del peronismo progre, los primeros; entre la clase media no peronista, los segundos.

Ante un escenario eventualmente parejo, de tercios, hasta el último detalle importa.