Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Con el operativo Moirano encaminado, qué queda para el resto

El oficialismo municipal se aseguró ir por la línea bullrichista, la de mejor proyección en Bahía en la interna de Juntos. ¿Qué pasará con Lorenzo, De Leo, Alvarez Porte, Quartucci y Salaberry?

Patricia Bullrich, Nidia Moirano y Horacio Rodríguez Larreta. (Ilustración: Guillermo Arena)

El acuerdo entre la cúpula bahiense del Pro y Patricia Bullrich, preanunciado por esta columna hace dos semanas y oficializado el miércoles último, encaminó el operativo para darle el mejor marco posible a la candidatura a la intendencia de la senadora Nidia Moirano.

Hoy Bullrich encabeza las preferencias de los bahienses dentro de Juntos por el Cambio, por encima de Horacio Rodríguez Larreta, con lo cual asegurarse esa boleta presidencial ofrece ventajas evidentes. De todos modos, el trabajo del oficialismo local no quedará ahí sino que insistirán con armar un esquema en "V" (dos precandidatos a presidente, dos a gobernador y uno solo a jefe comunal), que les permita también acompañar la propuesta de Larreta.

Interpretar las imágenes de Héctor Gay y Moirano con la exministra de Seguridad como una ruptura con el jefe de Gobierno porteño es apresurado. Todos los días hasta el cierre de listas, previsto para el 24 de junio, se intentará la convergencia.

La decisión de los intendentes que se empezaron a mostrar con Bullrich pese a que se los tenía inscriptos en las filas de Larreta (además de Gay, en estos días se sumó el puntaltense Mariano Uset) tiene que ver, según explican, con su malestar porque el alcalde de CABA no quiso compartir a Diego Santilli como candidato único a la Gobernación.

Santilli es el que mejor mide en Provincia y su jefe político pretende que le traccione sólo a él en las PASO, jugada que muchos referentes bonaerenses consideran equivocada porque en una lista sábana el tramo del medio no es el que empuja y, en cambio, pone en riesgo la llegada del "Colo" a las generales de octubre, que podrían realizarse en forma desdoblada en la PBA.

Por ley, las primarias bonaerenses se tienen que celebrar en la misma fecha que las nacionales, pero las generales se pueden separar. Axel Kicillof tiene tiempo hasta principios de julio para adelantar una o dos semanas el comicio provincial de octubre. Si lo hace, ese día se votaría únicamente para gobernador, legisladores provinciales e intendentes.

Ante ese escenario, según plantean quienes ahora le corren el cuerpo a Larreta, lo ideal es asegurar un mano a mano de Santilli contra Kicillof y no arriesgarse a que termine llegando su contrincante Néstor Grindetti, si por el efecto arrastre de Bullrich logra ganar la primaria de Juntos. No solo temen una peor perspectiva para que JxC recupere la Gobernación sino que además perderían a la mejor punta de boleta en sus distritos.

En este momento en Bahía Blanca, y con la debida precaución porque el tablero podría continuar cambiando, Moirano ya bloqueó para sí la línea interna del bullrichismo. Mientras, sigue buscando ser la candidata única de la alianza e interpreta que hay chances: Santilli estaría de acuerdo y Grindetti no se opondría, porque al tratarse de un jefe comunal (es intendente de Lanús) comprende la lógica de no arriesgar los territorios que están en manos del Pro.

Ahora bien, si Moirano, Gay y Santiago Nardelli no consiguen la "V", quedará abierta la posibilidad para que otro postulante se acomode en el casillero de Larreta. Allí, sin dudas, las mayores chances son para Andrés de Leo, cuya líder nacional Elisa Carrió está volcada decididamente a sostener las aspiraciones del jefe porteño. De hecho, "Lilita" es uno de los principales sostenes del ministro larretista Fernán Quirós en su puja con Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires.

De Leo, único dirigente de la región que integra la mesa nacional de Juntos, es una figura muy respetada por la cúpula amarilla bahiense, con la cual viene trabajando codo a codo hace 8 años. Es más, prácticamente es al único que la tríada Pro le concede razonabilidad política en sus aspiraciones de intendencia, más allá de que hoy estén en situación de chocar en una competencia. De darse esa interna, quizás sea la más sencilla para acordar reglas de convivencia. Aunque, como en toda carrera, nadie regalará nada.

"Nosotros no miramos encuestas para decir 'vamos con tal o cual'", dijo la semana pasada el senador, en alusión al salto del terceto amarillo del larretismo al bullrichismo. Sal no le va a faltar a la contienda.

Respecto de Moirano, en su intimidad siempre prefirió empatarse con Bullrich y no con Larreta, aunque nunca lo vaya a decir. El motivo es simple: la identificación de estilos, ya que entre los competidores locales la legisladora es la más parecida a la postulante presidencial.

Con el actual alineamiento procurará explotar ese rasgo al máximo y ayer salió a respaldar un pedido de mano firme en Rosario: "El narcotráfico y la delincuencia no pueden seguir dominando a la sociedad. Se tiene que terminar", tuiteó. El discurso duro le surge con naturalidad.

¿Y qué pasa con el resto de los posibles candidatos de JxC? Lorenzo Natali, quien nunca confirmó que iba a competir pero venía transitando el camino para estar listo, quedó fuera de carrera. En el monzoísmo siempre se avisó que si el oficialismo bahiense manifestaba públicamente su respaldo a "Pato" iba a ser muy difícil promover un candidato por fuera de ese núcleo. El día llegó, hace una semana. El actual diputado provincial, dicen sus íntimos, respira aliviado ya que nunca estuvo completamente convencido de revolcarse en este barro.

Emiliano Alvarez Porte, luego de que Cristian Ritondo no resulte el elegido por Bullrich para la Provincia, se vio muy debilitado. No obstante, ayer Ritondo reunió a la tropa, ordenó no arriar banderas y dijo que estaba abierta la discusión para que haya más de una precandidatura a intendente adherida a la lista de la exministra. Más allá de cuán sólida sea esa chance, lo concreto es que Alvarez Porte no declinará su candidatura por estas horas. Ni descolgará los carteles callejeros.

Tampoco lo hará Elisa Quartucci, que resultó la única anotada para la interna abierta que finalmente no hará la UCR, porque no tiene con quién competir. Si bien se la promociona como la precandidata a intendente del radicalismo, para tener boleta el 13 agosto necesita que su partido arme lista propia a nivel nacional y provincial, algo cada vez más improbable. O bien, en caso de fórmulas cruzadas, que los popes radicales consigan que el Pro les habilite contar con candidatos propios en diferentes distritos. Complicado.

Y otro que no se resigna es Martín Salaberry, quien se bajó de la interna de la UCR porque no le ve sentido a que el partido centenario elija precandidato sin saber siquiera si va a tener boleta en las PASO. Una alternativa para mantener sus aspiraciones, así como la de muchos radicales en diferentes municipios, es que Larreta haga un acuerdo con Facundo Manes y Maximiliano Abad, a quien considera su referente.

En la actual situación de debilidad del larretismo frente al crecimiento de Bullrich, Manes y Abad podrían sumarle estructura al "Pelado" pidiendo a cambio muchas cosas. Entre otras, decidir algunas candidaturas en territorio bonaerense. Eso abriría algunas puertas que, en este momento, están cerradas. La hipótesis no es imposible, aunque también es complicada.

Por lo pronto, Abad es uno de los tantos armadores de Juntos que se resiste a que haya dos precandidatos a gobernador en vez de uno: impulsa a Santilli, eventualmente con él como vice. Los intendentes radicales que responden al presidente del Comité Provincia estarían de acuerdo, aumentando la presión para que finalmente haya "Y" (dos precandidatos a presidente, uno solo a gobernador y uno a jefe comunal allí donde son gobierno). No va a ser nada fácil ese cierre, pero no abandonarán el reclamo.

Una última opción, para quienes deseen competir sí o sí en agosto pero no logren pegarse a ningún candidato a presidente, es ir con boleta corta. Es decir, presentar solo el tramo local, pero manteniendo el sello de Juntos. No tendría demasiada consistencia, aunque está dentro de las reglas de juego.

Axel Kicillof y Wado de Pedro

A todo esto, ¿Kicillof desdoblará la elección general en la Provincia? Sería raro que el candidato a presidente del Frente de Todos, sea quien sea, acepte poner la cabeza sin tener alineado en una misma fecha al aparato del Conurbano. Desdoblar, claramente, se convertiría en un movimiento ultradefensivo con el objetivo de conservar la PBA pero dejaría a la deriva al competidor por la Casa Rosada.

Además, tampoco es garantía de triunfo en suelo bonaerense y hasta es un movimiento que entraña sus riesgos. En caso de desdoblamiento, las puntas de la lista serán los gobernadores y no los presidentes. O sea, no estará Javier Milei en el cuarto oscuro. Esto podría mejorar, en teoría, las chances de Juntos por el Cambio.

En La Plata siguen cavilando. Tienen tiempo para amagar hasta comienzos de julio, cuando llegue la hora final de tomar una decisión.

Antes de eso, el FdT tiene que definir quién agarrará la lanza en la elección presidencial. La última declaración de Cristina Kirchner de que espera "que los hijos de la generación diezmada tomen la posta" hizo que todo el mundo mire a Eduardo "Wado" de Pedro, ministro del Interior, miembro conspicuo de La Cámpora e hijo de desaparecidos.

Su bajo nivel de conocimiento no sería un inconveniente porque el PJ tiene herramientas de sobra para instalarlo con rapidez y además su imagen no está muy manoseada, a diferencia del resto de los pretendientes. El misterio es cómo hará para decir que no tiene nada que ver con el fracaso de un gobierno en el que ejerce un cargo de alto rango desde el día 1.

Quizás en el acto de mañana en Plaza de Mayo la vicepresidenta deje alguna señal más sobre quién es su bendecido. Porque está claro que Sergio Massa también quiere ocupar ese lugar y hasta se maneja la opción de subirlo a Kicillof. En Bahía, a no dudarlo, más de uno mira con cariño la fórmula Massa-Wado, a modo de síntesis del frente.

A un mes exacto del cierre de listas, todavía puede surgir cualquier combinación.