Se vende el mercado Aguado
El diseño del mercado de calle Aguado se inspiró en su par del Abasto.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 50 años, en marzo de 1973, salió a la venta el Mercado Regional del Sur, con frente a calle Aguado 550, el cual había iniciado sus actividades una década antes.
En agosto de 1964 se inauguró como Mercado Regional de Abasto. Con una ubicación estratégica, fue iniciativa de Frigomer SA disponer de un espacio adecuado para las operaciones de quinteros y productores que comercializaban frutas, papas, cebollas, aves, huevos y vinos.
Al momento de su inauguración fue presentado como “amplio, cómodo, moderno y funcional”, un proyecto del ingeniero Elio Caporossi, quien había visitado el mercado de Abasto porteño para analizar su funcionalidad. El cálculo estuvo a cargo del ingeniero Eloy Varela, quien generó losas abovedadas para tener espacios libres de columnas.
Frigomer señaló que la obra” era la segunda en importancia en el país “por su magnitud y por las operaciones que habrán de llevarse a cabo”. La empresa constructora fue Brustore y Mancini y como proveedores se contaron Vita, Hierromat, Zoilo y Décimo Cantarelli.
Entre los primeros locatarios figuraron Atilio Feliziani -“El Pirata, frutas y verduras”-, “El rebelde, de Ceresani y Cía., frutas y verduras al por mayor”; “Atilio Baratelli, frutas, verduras y papas por mayor”, “Navas y Ranedo, frutas y verduras por mayor”; “Igisi y Gerlo, hortalizas”; “Luis Gómez Fontán, aves y huevos”; “Gavilán Hermanos, frutas, papas y verduras”.
Su puesta en venta en 1973 destacaba “su ubicación de privilegio”, con 9 mil m2 y 5.300 m3 de playa de maniobras, además de sótanos, escritorios, baños y siete líneas de teléfono.
Convertido en una molestia en un sector que creció en habitantes y con carácter residencial, funcionó hasta 1997, cuando se mudó al kilómetro 5 de la ruta 33. Un año después, y hasta hoy, el inmueble fue ocupado por la Cooperativa Obrera.