Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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UNS: los proyectos que explican el derrame cultural, científico, tecnológico y económico

Una escuela técnica, un centro de pericias forenses, un campus con salas de convenciones y el edificio de Derecho avanzan a pasos firmes. “El foco también está en ofrecer servicios a sectores empresariales y a otros organismos del Estado”, dijo el rector Daniel A. Vega.

El campus donde se proyecta, por ejemplo, un centro de convenciones. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva. 

Varias veces ratificada su excelencia educativa en foros nacionales e internacionales, la Universidad Nacional del Sur pretende ahora ir más allá en la concreción de los proyectos, de las ideas y de la adecuación de las carreras a las (frenéticas) demandas laborales del mundo de hoy (y de mañana).

Habida cuenta de la repercusión cultural, científica, tecnológica y económica (el presupuesto de la institución, más el derrame de los 15.000 alumnos que llegan de la región, equivalen a más de la mitad de los $ 40.400 M del presupuesto del municipio de la ciudad (ver aparte), las propuestas se han potenciado tras el regreso a la normalidad por la pandemia del COVID-19.

La potencialidad de las anunciadas inversiones que se concretarán —más temprano que tarde— en Bahía Blanca parecen exigirle otro perfil en razón de la consideración de las empresas que han prometido instalarse no sin antes haber analizado la oferta académica existente en el lugar que, incluso, excede a la UNS.

Sobre estos temas puntuales, y otros de no menor interés, este medio dialogó con el rector de la UNS, Dr. Daniel Vega.

—¿Cuál es el balance de 2022?

—En líneas generales ha sido muy positivo. Por un lado retomamos la presencialidad plena después de un período complejo, pero que nos permitió, más allá de la crisis y del dolor que generó, estar a la vanguardia de la transformación digital que se dio en el sistema educativo.

“Si bien la vuelta no fue sencilla y demandó de un gran trabajo colaborativo y compromiso de los estudiantes, de los docentes y de los no docentes, batimos récords en la entrega de títulos gracias a la digitalización. Hoy lo estamos haciendo en un período de dos meses, cuando en otras instituciones se tarda más de un año.

“Comenzamos la construcción de un centro de tribología. Es un servicio que trabaja activamente con la industria petrolera”.

“También hubo muy buenas noticias respecto de lo edilicio. Así logramos cerrar la licitación para la construcción del Departamento de Derecho con fondos del Banco de Desarrollo de América Latina (NdR: se convino en $ 212 M, pero el monto se duplicó por la inflación).

“Comenzamos con la construcción de un centro de tribología, donde se investigan temas de rozamiento y fricción. Es un servicio que trabaja con la industria petrolera y creemos que, a partir del edificio y del nuevo equipamiento, se logrará posicionar como un centro de referencia en América Latina. Asimismo, estamos terminando de construir un bioterio en conjunto con el Conicet”.

—¿La pandemia aceleró procesos?

—Sin dudas. Nos dejó muchas enseñanzas. Pudimos montar aulas virtuales y se generaron contenidos y un conjunto importante de híbridas para que cada una de las unidades académicas pueda trabajar de manera remota. Desde la investigación también se actuó con una mirada interdisciplinaria diferente con el apoyo de las nuevas tecnologías. Además, logramos despapelizar gran parte de la institución.

—Este rumbo fue ratificado en las elecciones universitarias del último diciembre, en las que, junto a la Dra. Andrea Castellano, lograron un récord de adhesión…

—Semejante acompañamiento nos obliga a asumir un mayor compromiso y responsabilidad.

“El apoyo nos sorprendió gratamente. Se había trabajado mucho, pero atravesamos un período muy duro y con una alta conflictividad en todos los frentes políticos y sociales en el país; eso generaba incertidumbre respecto de la valoración de nuestra gestión. Y bien, ahora debemos redoblar esfuerzos para honrar lo que prometimos”.

—¿Cuáles son los proyectos para este año?

—Entre los destacados está la construcción de una escuela técnica en un barrio vulnerable de Bahía Blanca, con un perfil vinculado a la industria 4.0, tecnología digital, programación y análisis de datos.

“La idea es presentarle el proyecto al ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, en los próximos meses. Es algo transformador, porque hace más de 70 años que no se construye una escuela técnica en la ciudad y sería importante para atender algo que, aún, no está disponible y que complementa al resto de las técnicas locales.

“El objetivo es llevar la oferta educativa al barrio y así tener una política real de inclusión para que los jóvenes vean a la educación como un horizonte posible”.

“¿Los plazos? Dependerá de qué característica tenga el bien a adquirir. Podría ser un terreno a construir o una propiedad existente a remodelar. Estamos hablando de un proyecto con dimensiones no inferiores a una hectárea y media, que contempla la creación de laboratorios, comedor y un área de deportes que, consideramos, es importante para una formación integral. Si la alternativa es un edificio que ya está construido y sólo hay que refaccionarlo, quizá los tiempos sean otros; eso dependerá de las recomendaciones del ministerio. De todos modos, estimo que en el mejor de los escenarios no se podrá concretar en menos de un año y medio. Tenemos casos exitosos de la Universidad de Quilmes y de la UBA, en Villa Lugano.

“Otro proyecto importante será la creación de un centro de pericias forenses. En este momento, la ciudad tiene un problema serio en todos estos procesos. Por otro lado, la UNS cuenta con un número importante de institutos de doble dependencia con el Conicet, ocupando prácticamente todas las áreas del conocimiento y posee infraestructura para dar soporte técnico a la Justicia. Hemos hablado con distintos actores del Poder Judicial y están entusiasmados. Esperamos que, durante el transcurso del año, podamos avanzar.

“También está el plan de desarrollo del campus; es un proyecto muy ambicioso. Queremos trasladar la totalidad de las unidades académicas al Palihue, pero acompañar ese crecimiento con residencias universitarias y con un centro de convenciones, algo que está faltando en la ciudad.

“El centro de convenciones tendría una capacidad para alrededor de 1.000 personas; o más. Bahía Blanca está en un lugar de privilegio para el turismo de convenciones y esto dinamizaría no sólo la oferta académica local con las tres universidades públicas que posee, sino que, además, permitiría fomentar el sector. El terreno se encuentra entre el shopping (NdR: de la Cooperativa Obrera) y la Escuela de Agricultura y Ganadería.

“Los tiempos dependerán del flujo de recursos, pero al menos queremos tener presentado, y aprobado, el plan director ante la municipalidad y el Gobierno provincial durante este año”.

—¿Cuáles son las carreras que tienen menor cantidad de inscriptos respecto de la demanda laboral actual?

—Existe una fuerte demanda de profesionales de carreras vinculadas a las ingenierías, a las carreras más técnicas y a las ciencias duras. A nivel nacional apreciamos una disminución en las vocaciones por estas áreas que son estratégicas para el desarrollo del país.

—También hay una necesidad de profesionales médicos. ¿Cómo marcha la carrera?

—En este momento tenemos un cupo y un sistema de ingreso particular. Por el esquema educativo de nuestra carrera, que es fuertemente personalizado, debemos ser acompañados por el sistema hospitalario local. En ese sentido, encontramos un punto de equilibrio que nos permite formar un número manejable de profesionales de muy buena calidad; esto es, respetando una de las características distintivas de la UNS.

—¿Cuáles son las carreras que hoy no están en la UNS, pero que debieran incorporarse?

—La creación de nuevas carreras es un tema relativamente complejo ya que, en general, los procesos demandan mucho tiempo. Por un lado, en lo referido a la dinámica propia dentro de la institución pero, por otro, se requieren recursos genuinos por parte del Estado nacional. Además, hay que tener en cuenta cuál es su política en cuanto a necesidades y financiamiento. Por ejemplo, hoy se está apostando fuertemente a lo relacionado con el sector productivo. En ese sentido tenemos en carpeta la propuesta de creación de una ingeniería en petróleo, que puede llegar a ser muy importante para la ciudad y la región.

“También creo que en el país existe una importante demanda en formar profesionales en temáticas vinculadas al estudio del océano. Tenemos una plataforma submarina inmensa que, al día de hoy, sigue inexplorada y desconocemos qué recursos existen. Estamos fortaleciendo carreras vinculadas y avanzando en la creación de una tecnicatura en oceanografía. En ciencias del mar tenemos un paquete de becas importante, pero debemos profundizar sobre el tema porque casi ninguna universidad del país lo está haciendo; al menos en áreas específicas que tienen que ver con la prospección de recursos.

“Es decir, si el proyecto es sólido y tiene potencial, en general es acompañado por el ministerio de Educación. Eso nos pasó con Obstetricia en 2022. El país tiene altas tasas de mortalidad infantil y, además, muchos problemas en la salud sexual de niñas y mujeres como consecuencia de la falta de recurso humano. El proyecto fue muy bien recibido y, en poco tiempo, logramos que la carrera se financie. Y hoy contamos con los primeros ingresantes”.

—¿De qué otra manera responde la UNS a la demanda laboral?

—Uno de los aspectos es a través de una mayor apertura hacia la comunidad y, por ende, a sus problemáticas.

En la biblioteca de este medio, el Dr. Vega repasó la historia de la apertura de la UNS con un ejemplar del viernes 6 de enero de 1956.

“En este sentido estamos contentos con lo sucedido con nuestra Escuela de Formación Profesional. En conjunto con la CGT, la Unión Industrial, la Corporación de Comercio locales y varios actores del sector de salud logramos acercar una oferta con carreras más cortas y atentas a las necesidades de la región. Por ejemplo, sobre fines del último año entregamos títulos a más de 40 personas formadas en el área de logística y cadena de suministro. Esto debe sostenerse, y consolidarse, porque la mirada desde la comunidad es fundamental para estar atento a los cambios actuales”.

—Visto desde afuera, ¿cuál es tu percepción de la UNS?

—Estamos orgullosos de la calidad de la oferta educativa. La UNS, junto a un grupo de instituciones nacionales, se ubica en el primer decil de la mayoría de los rankings internacionales que califican al sistema universitario. Pero, además, tenemos un reconocimiento importante de las empresas y de los organismos que son receptoras de nuestros profesionales.

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“En algún sentido, tener un título de la UNS hace que se abran muchas puertas porque la sociedad, en general, reconoce la calidad. En gran parte esto es porque nunca se descuidó a la investigación, a la ciencia y a la tecnología, que son factores de extrema relevancia para asegurar esa calidad educativa. Incluso, estamos en una de las universidades con mayor número de docentes investigadores con dedicación exclusiva del país. Eso genera que los estudiantes tomen contacto estrecho con conocimiento de frontera y actualizado”.

—¿Cómo se encuentra la UNS desde el punto de vista económico financiero?

—Tenemos una institución que, desde lo administrativo, es muy ordenada. Hemos atravesado dos años sin presupuesto nacional y se generó un esquema de incertidumbre. De todas maneras, cerramos 2022 de manera equilibrada y eso nos permitió, incluso, encarar obras de refacción importantes en la institución.

“Además de nuevas obras, tenemos que sostener una infraestructura edilicia de alrededor de 100.000 m2, lo que implica un enorme esfuerzo en mantenimiento”.

“¿2023? La inflación impacta en todos los ámbitos. Desde hace tiempo tenemos una preocupación que está relacionada con la brecha cambiaria y las dificultades que esto genera, ya sea para adquirir equipamiento y bienes del exterior como para enviar a nuestros investigadores a centros de excelencia alrededor del mundo”.

—¿Cuál es tu visión respecto de las anunciadas inversiones para la ciudad y de qué manera pueden repercutir en la UNS?

—Desde nuestra perspectiva no podemos permanecer ajenos a esos cambios. De hecho, estamos atentos a colaborar en los aspectos que estén a nuestro alcance y que tengan un impacto directo. Hay carreras que son reconocidas a nivel nacional e internacional y eso contribuye a que las empresas se puedan radicar aquí.

“Si las inversiones se concretan, esa retroalimentación es imprescindible para tener una oferta académica actualizada y atenta a los cambios que se producen día a día. Por otro lado, podremos fortalecer nuestras áreas de investigación en temas vinculados a problemáticas actuales y cercanas a las necesidades no sólo de la ciudad, sino de la región”.

Más de $ 22.000 M al PBI bahiense

De acuerdo con el cálculo de recursos del Congreso de la Nación, el presupuesto de la UNS para el corriente año es de 12.588.525.976 pesos. El dato es significativamente más importante respecto de 2022 ($ 6.282 M) y de 2021 ($ 4.309 M).

Para precisar el derrame de la UNS en la ciudad, más allá de lo cultural, científico y tecnológico, es inevitable seguir calculando.

De los (aproximadamente) 30.000 alumnos que hoy cursan en la institución, casi la mitad provienen de la región y de otras provincias.

Con valores a este enero, los gastos de un estudiante en Bahía Blanca rondan los 70.000 pesos por mes. Aquí sólo se incluye una vivienda compartida; proporcional de servicios; comida y gastos en material bibliográfico.

Con estos 800.000 pesos por estudiante por año —y contemplando aquellos 15.000 que llegan a la ciudad— se arriba a otro aporte real al PBI local de $ 12.000 millones por año.

Referencia: el presupuesto del municipio de Bahía Blanca para 2023 es de $ 40.400 millones (en 2022, $ 19.300 M y en 2021, $ 12.000 M).

Es decir, la UNS moviliza cerca de $ 24.000 M por año. Se trata de poco más de la mitad del presupuesto comunal.

La incidencia de la institución también se aprecia en su planta: cuanta con alrededor de 3.300 docentes y 600 no docentes, a quienes se debe sumar el personal de las escuelas dependientes.

Sobre pérdidas y ganancias

“¿Qué se gana siendo rector de la UNS? Es un cargo con una gran responsabilidad, pero que permite gestionar y acompañar la implementación de políticas educativas transformadoras y de impacto directo para la cultura y el bienestar general de la sociedad. Seguramente, las personas que inauguraron la universidad en 1956, con alrededor de 1.000 alumnos, nunca creyeron que se iba a llegar tan lejos. Eso es motivador; y me entusiasma en forma permanente”, dice Vega.

“En lo personal ha sido un gran honor que nos hayan distinguido junto a Andrea Castellano”, añade.

El Dr. Vega y la Dra. Castellano, el último 7 de diciembre.

“¿Qué se pierde siendo rector de la UNS? Uno está 24/7 dedicado a la institución. En algún sentido, un cargo de tanta responsabilidad hace que se pierda libertad de acción y tiempo para los afectos e intereses personales. Por ejemplo, en mi caso resultó inevitable desatender muchas de las actividades de investigación, de las cuales siempre he disfrutado mucho. Y también se resignan espacios a la familia que, afortunadamente, siempre acompañan en forma incondicional, así como a los amigos”, comenta.

Daniel Alberto Vega —quien estará en el cargo hasta 2028— es doctor en Ciencias y Tecnología de Materiales y licenciado en Física. Nació en Coronel Suárez y está casado con Patricia Santarelli, también suarense, y tienen dos hijos: Julián (26) es médico, egresó de la UNS y está haciendo la residencia de Infectología en el Hospital Fernández de Buenos Aires y Tadeo (19), quien estudia ingeniería industrial. Residen en Villa del Parque, en nuestra ciudad.