Bahía Blanca | Lunes, 13 de mayo

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Las obras en Bahía que corren riesgo de quedar inconclusas

Paso Urbano, las cloacas del Patagonia y el centro de salud en Harding Green son algunos de los proyectos que se financian con recursos de Nación.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

“Supongamos que una obra pública está por la mitad de su ejecución, entonces el Estado ya hizo su parte. Hay que parar los trabajos, llamar a nueva licitación y que sean privados quienes completen lo que falta. El Estado no gasta más”.

Esa es la idea que el presidente electo, Javier Milei, ratificó en varias entrevistas y que encendió una luz roja en entidades y empresas relacionadas con el sector de la construcción y con los municipios de la provincia.

Si bien Bahía Blanca no cuenta en este momento con una cantidad importante de obras en marcha financiadas con fondos nacionales, sí tiene una --considerada clave para el funcionamiento vial de la ciudad y la región-- que reúne todas las características para caer dentro de esta consideración realizada por el futuro presidente para que se considere su paralización y pase a estar supeditada a inversores privados que se interesen por su terminación.

La referencia es al denominado “Paso Urbano por Bahía Blanca”, acaso la obra más importante de la provincia que hoy se financia con recursos de Nación. 

Con un avance estimado del 45%, la intervención es la primera etapa del proyecto vial, con una traza de 8,5 kilómetros de autovía desde la rotonda de Bosque Alto, siguiendo el ex Camino Parque Sesquicentenario, hoy Ruta nacional 33, hasta la rotonda del sector conocido como El Cholo. 

La situación

Un dato suficiente para graficar la complejidad que ha enfrentado la construcción del Paso Urbano es que desde el inicio de obra, en junio de 2018, el dólar aumentó 43 veces su valor (pasó de $ 25 a $ 1050), mientras que el hormigón subió su precio 18 veces, pasando de $ 4.115 el m3 a $ 74.052.

Esta disparidad ha provocado inconvenientes en la provisión de distintos materiales como así también en la actualización de los certificados de obra.

Hasta mayo último se llevaban desembolsados 16.680 millones de pesos, para una obra presupuestada, en enero de 2017, en 1.622 millones de pesos (con el dólar Blue en $ 16,80, unos 97 millones de dólares). 

Si bien es complejo calcular con precisión cuánto dinero falta invertir, de aquellos 97 millones de dólares de 2017 quedarían todavía por aportar 55,3 millones, es decir 60.830 millones de pesos, 40 veces el presupuesto original planteado por el total.

A esto se debe agregar una segunda etapa de obra que todavía no fue licitada, con lo cual queda en un limbo difícil de considerar.

Palabras

Para el jefe comunal Héctor Gay el posible recorte de fondos nacionales para las obras públicas tendría, a nivel local, su mayor impacto en el Paso Urbano, una obra que,  reconoció, “ya está teniendo muy poca actividad” como resultado de la incertidumbre que tiene la UTE adjudicataria en cuanto al posible cobro de los certificados y la cancelación del contrato.

“Es una obra clave para la región, que hay que terminar como sea y que ahora quedó en el peor de los mundos”, mencionó.

Otra opinión calificada es la del licenciado Gustavo Trankels, actual Jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional y futuro responsable de obras públicas en el gabinete el intendente electo, Federico Susbielles.

“El Paso Urbano es una obra estratégica, fundamental para la ciudad, por lo que está creciendo, por su tráfico vehicular y por las inversiones que vienen para el sector portuario e industrial”, indicó.

Su terminación suma ahora un enorme grado de incertidumbre. Por un lado, completar lo que está en marcha, por otro porque hay una segunda etapa, desde la rotonda de El Cholo, hasta el sector portuario, pendiente de licitación.

“Esa segunda parte está incluida en el presupuesto 2024. La jerarquización de esta ruta es más que necesaria, se necesita aumentar su capacidad por la demanda de tráfico actual y por el desarrollo portuario que se viene”, detalló.

Trankels mencionó que cuando asumió la titularidad de la delegación local de Vialidad, en febrero 2020, la obra tenía un 6% de avance, con lo cual no es un dato menor haber llegado al 45% actual.

“Lo más importante ya está hecho, incluso los once puentes y solucionados los problemas generados por varios cruces con servicios. Queda ahora la parte más sencilla, construir los taludes, la carpeta asfáltica y la iluminación”, indicó.

Se abre ahora un gran interrogante sobre el futuro de los trabajos. Por un lado, saber si el nuevo gobierno pondrá punto final al contrato que tiene con la adjudicataria. Segundo, en caso de convocar a una licitación  encontrar privados interesados en invertir y recuperar esa inversión a través de un sistema de peaje. Por otra parte, queda por licitar la segunda etapa.

“Si no se completa el tramo final desde El Cholo al Puerto todo el tráfico caería en una especie de embudo. Serían 8,50 kilómetros en una autovía de varias manos y de pronto desembocar en la ruta vieja, de una sola mano por lado y en mal estado”, completó.

La realidad es que el Paso Urbano es una obra tan ambiciosa como necesaria, que siempre ha estado caminando por la cuerda floja como consecuencia de la inestabilidad económica, los cambios de funcionarios, de políticas, por  la inflación y otros males. 

No está demasiado lejos de convertirse en un elefante blanco o, lo que es peor, en un monumento a las consecuencias de los cambios de gestiones, la falta de políticas de estado y de un adecuado manejo de la obra pública.

El resto

Fuera del Paso Urbano, Vialidad Nacional es la entidad que más acusaría el golpe en caso de suspenderse la obra pública.

Trankels señaló que son varias los emprendimientos de la región que caen en un cono de sombra. Desde la iluminación de rotondas y tramos de rutas, pasando por tareas de repavimentación y bacheo y recambios de luminarias, además de proyectos como la autopista Bahía Blanca-Monte Hermoso y Bahía Blanca-Médanos.

“Son todas obras estratégicas que hay que hacer de cara al crecimiento de la ciudad y del puerto”.

En cuanto a los trabajos que se realizan en la ciudad con aportes de Nación, los mismos incluyen la ampliación y puesta en valor de la avenida 14 de Julio, cuya ejecución ya tiene un importante grado de avance, las cloacas en el barrio Patagonia, que se realiza con fondos del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), y el centro de salud de Villa Harding Green.

Estos dos últimos trabajos están hoy paralizados, en parte por la situación del mercado y en parte ahora por saber si continuará el envío de fondos.

La obra cloacal tiene un presupuesto de 237 millones de pesos, con una primera etapa terminada en 21 cuadras y una segunda etapa, que abarca otras 37 cuadras, con un 10% de avance. El Centro de Salud tiene un presupuesto, a marzo de 2023, de 130 millones de pesos, y está en etapa de inicio.

“Muchas de estas obras tienen un convenio firmado por el cual el municipio va aportando el dinero para los certificados y después Nación gira esos recursos. Nosotros vamos a poner al tanto de esta situación a las nuevas autoridades municipales, para que ellos decidan qué postura van a tomar”, señaló Gay.