Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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El efecto Massa en el peronismo de Bahía

El desembarco del líder del Frente Renovador en el gobierno modifica el equilibrio interno en el Frente de Todos. Primeras repercusiones en nuestra ciudad.

Sergio Massa

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Los celulares de los dirigentes massistas de Bahía Blanca empezaron a sonar con una frecuencia poco habitual en los últimos días. Distintos peronistas que andan "sueltos", es decir, que les cuesta encontrar una línea de identificación con la cúpula nacional, comenzaron a tantear a esta corriente cuyo líder, Sergio Massa, hoy aparece como una luz al final del túnel para el Frente de Todos.

   "Está abierto el libro de pases", ironizan en nuestra ciudad quienes tienen puesta esa camiseta desde hace unos años y cultivaron, obligados, un segundo plano acorde al rendimiento electoral de su jefe. Un jefe que, por la circunstancia inédita de un presidente que no puede y una vice que no quiere, se convertirá en figura central del Poder Ejecutivo.

   Massa se enfrenta a un triple desafío. Primero, encauzar a un gobierno sin rumbo, que se neutraliza a sí mismo con internas que le impiden avanzar en cualquier dirección. Segundo, dar esperanzas al Frente de Todos de cara a 2023, ya que una buena gestión revivirá las disminuidas chances del justicialismo. Y tercero, si se cumple el punto 2, convertirse en el candidato natural a la presidencia y desafiar el liderazgo de la única jefa potente del espacio, al menos hasta que se demuestre lo contrario, que es Cristina Kirchner. Porque si algo está claro es que el peronismo no tolera dobles ni triples comandos. Alguien tiene que mandar y el resto se alinea. La fallida fórmula Fernández-Fernández es la prueba más acabada.

   Desde ya, si la gestión del superministro es un fracaso, sea por impericia o porque su plan choca demasiado de frente con las ideas del kirchnerismo de paladar negro, la debacle del FdT puede alcanzar dimensiones inimaginables.

   Por convicción o por necesidad de aferrarse a cualquier tabla de salvación, nadie en el peronismo de Bahía y la Sexta cree que el nuevo plan puede salir mal. Es curioso: tantas oscilaciones tuvo el FdT que terminó en Massa, el pendular. También, en opinión de muchos, el más formado. Si eso es verdad o mito se develará en poco tiempo.

   La celebración por su llegada al gabinete comenzó por sus referentes en el Frente Renovador de Bahía Blanca y la Sexta, como Fabián Lliteras y la diputada Fernanda Bevilacqua, y siguió por uno de los principales dirigentes del peronismo local, Federico Susbielles, quien no está identificado con el massismo pero guarda buena relación con el ahora exdiputado. En el loteo de gabinetes, Massa se quedó con los ministerios de Transporte de Nación y Provincia así como áreas afines, con lo cual es lógico que haya proximidad con el titular de un puerto.

   Además Susbielles, el más evidente de los postulantes del PJ a pelear por la intendencia, sabe que sus chances están atadas a que el FdT llegue sano al 2023. Si ya de por sí Juntos por el Cambio es favorito en Bahía, una prolongación de la crisis gubernamental lo dejaría a él o a cualquier otro en una posición irremontable.

   Antes que ellos, otro referente del FdT regional, el diputado y exintendente de Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, se había apurado a pedir el desembarco del tigrense, cuando la designación todavía era un rumor. Alineado con el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, Dichiara dijo que Massa era "la persona indicada" para capear este momento.

   Insaurralde es un aspirante a competir por la Gobernación el año que viene y no hay que dejar de mirar sus movimientos. Más allá del efecto negativo para Axel Kicillof de la crisis nacional, no son pocos los jefes comunales bonaerenses, incluso peronistas, que consideran que se trata de una administración "poco ágil" y justamente por eso la liga de intendentes le intervino el gabinete luego de la derrota electoral de 2021, desplazando a kicillofistas puros como Carlos Bianco. En medio de la interna nacional, la puja provincial parece secundaria. Pero no es menos intrincada.

   Siguiendo con las repercusiones por el encumbramiento de Massa, desde el kirchnerismo local y regional se moverán según mande Cristina, que ya envió un primer mensaje. Se trata de una foto de ambos en el Senado, elaborada de un modo digno de análisis.

   Como idea general, se revela un acuerdo de partes y un respaldo de la vice al nuevo ministro, gesto que no tuvo con la efímera Silvina Batakis. Pero bien vale observar la composición de la imagen para notar que lo muestra a él en primer plano y a ella, si bien sonriente, lejana. Como diciendo: "Es tu momento, Sergio, y estamos juntos. Pero no codo a codo". Un clásico de la política: intereses comunes, sí; confianza mutua, cero. Más otro detalle, el tuit se hizo desde la cuenta institucional del Senado. Nada personal.

   La foto previa de Massa con Alberto tampoco fue inocente, se los vio a ambos en mangas de camisa, el típico código de "estar trabajando". Allí es más sutil la preponderancia del nuevo ministro respecto del presidente ya que no hay diferencia de planos pero sí está ubicado a la izquierda, el primer lugar adonde va el ojo. Está claro que Fernández pasó a ser una figura que no se puede esquivar por su rol formal, pero ocupa un tercer orden de importancia.

   Siempre que Massa prospere, en nuestro distrito o cualquier otro se abrirá una disputa por la mejor relación con el superministro. Un dato de cuál era el peso del Frente Renovador en el peronismo de Bahía y la zona hasta estos días se desprende de la conformación de las listas el año pasado.

   El massismo no coló un solo candidato entre los 6 primeros de la boleta de concejales y apenas tuvo un lugar expectante para una consejera escolar, Florencia Sánchez, que finalmente ingresó en segundo término detrás del extrapartidario Raúl Ayude. Entre los ediles se privilegió a los cercanos a Susbielles (Gisela Ghigliani), el camporismo (Mariano Arzuaga), el feliuísmo (Romina Pires y Paula Echeverría), los gremios (Miguel Agüero) y otro extrapartidario como el líder de la CCC, César García.

   En la nómina de diputados provinciales, al massismo recién le cupo el cuarto lugar con Fernanda Bevilacqua, que entró muy con lo justo a la Legislatura detrás de Dichiara, la camporista Maite Alvado y el inmarcesible amigo de Néstor Kirchner, Cuto Moreno. En quinto lugar, sin chances reales, había otro hombre del FR, Carlos "Coqui" Batista, de Pellegrini.

   Ese segundísimo segundo plano que padecieron los renovadores podría discutirse si la balanza interna del Frente de Todos se inclina hacia el massismo. Lliteras, en su fuero íntimo, se debe estar regocijando con la posibilidad de pasar de canillita a campeón.

   Mirando las encuestas, ¿el exsecretario de Gobierno estará soñando con una candidatura propia para el año que viene, pese a que sus números no son los más auspiciosos, o acordará con alguno de los potenciales postulantes más conocidos para el público, como Susbielles o Marcelo Feliú? "Falta mucho", es la respuesta inevitable.

   Otro interesado en meterse en la discusión es el gremialista de la AFIP, Sebastián Mas. Cara visible del denominado Grupo Sudoeste, intentó competir el año pasado en las PASO del Frente de Todos local pero los popes le bajaron el pulgar. Con ese recuerdo fresco, asegura ante quien lo quiera oír que en 2023 va a ser de la partida y que está reuniendo apoyos, tanto en el sindicalismo (integra la mesa de la CGT local) como en sectores políticos y empresarios.

   Valga un dato: en abril pasado se sumó al encuentro regional del Frente Renovador que se realizó en Médanos, con el intendente Carlos Bevilacqua como anfitrión y la presencia de lo más granado del massismo de la Sexta, así como la visita del flamante secretario de Producción, José Ignacio de Mendiguren.

   El gremialista Mas no es un renovador hecho y derecho sino que se considera un afín, que viene trabajando en distintos temas con Lliteras y la empresaria Alejandra Beligoy, adherente de Massa e integrante de la Unión Industrial Bahía Blanca, entidad donde también se celebra el ascenso del tigrense. Conocido es el vínculo del superministro con el presidente de la institución.

En los extremos, Fernanda Bevilacqua y Sebastián Mas. Al centro, José Ignacio de Mendiguren y Alejandra Beligoy.

   A todo esto, hay un tema más a seguir con atención en estos días. Las repercusiones por las durísimas acusaciones del fiscal federal Diego Luciani contra Cristina Kirchner en la causa de la obra pública en Santa Cruz. Lo que diga Massa sobre el tema será observado con lupa, para contrastar con sus posiciones pasadas respecto de las denuncias por corrupción durante las presidencias de Néstor y CFK.

   Asimismo, se inició una campaña en redes para defender a la vicepresidenta bajo el hashtag #TodosConCristina. En Bahía hay manifestaciones de apoyo esperables, por ejemplo desde La Cámpora, pero fuera de ese círculo pocos dirigentes revelaron su adhesión en un momento tan delicado.

   La primera voz destacada llegó el lunes de la mano de la presidenta de bloque del FdT en el Concejo Deliberante, Gisela Ghigliani, quien posteó: "La persiguen por defender a los argentinos y las argentinas del mismo poder económico, mediático y judicial que hoy la quiere proscribir. Democracia o corporaciones. #TodosConCristina".

   Y ayer se sumó Susbielles: "La democracia necesita de poderes independientes, transparentes y confiables. La persecución judicial y el lawfare son situaciones inaceptables en el Estado de derecho que nos llevan a umbrales predemocráticos y deben ser rechazadas con firmeza. #TodosConCristina".

   Defender a la vice es una jugada de riesgo en una ciudad donde la letra K es un ancla. Ninguno de los massistas lo hizo.