Por ahora se cae “la sorpresa” del viaje de Alberto Fernández a Europa

Eugenio Paillet

   El dato figuró en aquellos iniciáticos preparativos de la gira del presidente Alberto Fernández por Europa hace al menos tres semanas. Que primero abarcaba cinco países, luego cuatro, la semana pasada solo dos y otra vez vuelta a cuatro citas oficiales con Portugal, cumplida entre el domingo y ayer, España, que transcurre hoy, Francia a partir de mañana, Italia que se desplegará durante el viernes, además de la visita al Estado Vaticano, ese mismo día por la tarde, para emprender por la noche el regreso a Buenos Aires.

   Aquel dato, que los funcionarios que acompañan al presidente en su recorrida europea mencionaban durante el fin de semana como ”la gran sorpresa” de la gira, no era otro que una escala rápida pero efectista al máximo en Moscú, para una foto con el presidente Vladimir Putin.

   “No está cerrado, pero a esta altura ya deberíamos tener confirmación por cuestiones de seguridad y protocolo, y no la tenemos”, decía en la mañana del martes, pasado el mediodía en Madrid, un funcionario de la comitiva que secunda al canciller Felipe Solá. Fuentes de la Casa Rosada al tanto de esos movimientos dijeron que para no dejar nada librado al azar o esperar hasta último momento, un par de funcionarios de seguridad y ceremonial se despegaron de la delegación y viajaron ayer a Moscú para hacer de todos modos lo que se conoce como “el previo”, tendiente a ajustar detalles de una eventual visita. Pero las esperanzas eran casi nulas.

   En la Cancillería, aunque siempre en privado, se reconoce finalmente que desde Moscú nunca hubo una respuesta concreta a aquel primer pedido de audiencia de Fernández, y que en alguna comunicación se esgrimió como argumento central los “problemas de agenda” de Putin para recibirlo en la fecha requerida, es decir entre viernes y sábado de esta semana.

  No fue posible confirmar con las fuentes diplomáticas y de la Casa Rosada consultadas, como tampoco en el Instituto Patria, si hubo o no un llamado de Cristina Fernández, que es en definitiva la que mejor maneja el vínculo político y personal con Putin desde el gobierno argentino, para facilitar la posibilidad de un mano a mano del mandatario ruso con Alberto Fernández.

   La posibilidad de un encuentro de Fernández con Putin fue una de las escalas más buscadas por los negociadores diplomáticos argentinos cuando comenzó a prepararse el viaje a Europa. Significaba para el presidente, dicen en sus cercanías, la posibilidad de sellar con la foto y un apretón de manos la alianza estratégica entre Rusia y la Argentina. Y de recibir tal vez el agradecimiento público del anfitrión por haber sido nuestro país de los primeros en confiar en la vacuna Sputnik V cuando el mundo en general mostraba su desconfianza por la poca información científica que rodeó su lanzamiento.

   Igualmente quienes alentaban la por ahora fallida reunión con Putin mencionaban que al presidente ruso se le pediría igual que al resto de los jefes de gobierno de Portugal, España, Francia e Italia, que interceda en el marco del Grupo de los Siete para que el Club de Paris acceda a postergar este año el pago de una cuota de la deuda que la Argentina mantiene con ese organismo que cuenta con 23 países asociados.

   La atención de los funcionarios que siguen desde la Casa Rosada lo que sucede con la gira del presidente por Europa estuvo centrada en estas horas, por lo demás, en atender dos cuestiones puntuales. Por un lado, desmentir no sin cierto fastidio versiones periodísticas provenientes de enviados argentinos que sostenían que había cierto “malestar” del Papa Francisco antes del encuentro que ambos mantendrán el viernes en la Sala Paulo VI de la Santa Sede, por la pública posición de la Iglesia contraria a la ley IVE sobre el aborto.

   En segundo lugar, reconocieron que aquel quinto país que se mencionaba en las primeras carpetas como parte la visita a Europa de Fernández, además de Portugal, España, Francia e Italia, era Alemania, donde se preveía un encuentro con la canciller Angela Merkel y empresarios locales. Los contactos iniciales de los diplomáticos de ambos países no prosperaron, dijeron fuentes diplomáticas.