Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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En el lugar ideal: un bahiense (y familia) confinado en Salsipuedes

Pablo Basili regresó al país luego de vivir y trabajar en lugares tan particulares como Laos, Vietnam y Tailandia y se radicó en Salsipuedes, Córdoba. Con el aislamiento particular que sugiere el nombre del lugar, hoy el pueblo está en emergencia.

Mario Minervino / [email protected]

   Un médico que contagió con Covid-19 a treinta personas en un geriátrico de Saldán, en Córdoba, o que se contagió él con su visita –las dos versiones pueden resultar ciertas—, puso en el mapa a cinco pequeñas localidades de Córdoba que debieron ser declaradas en emergencia epidemiológica. En uno de esos lugares, con el premonitorio nombre de Salsipuedes, el bahiense Pablo Basili cuenta esa experiencia en este tranquilo pueblo cordobés.

   Salsipuedes tiene 9 mil habitantes y se ubica a 40 kilómetros al norte de Córdoba capital. Allí vive desde hace un par de años Pablo Basili, quien eligió esta tranquilidad pueblerina junto con Leonela Fauda, su compañera,, luego de vivir juntos en lugares tan exóticos como Tailandia, Vietnam, Laos, Singapur y Australia. En esa tranquilidad cordobesa comenta este singular momento del mundo.

   —¿Por qué Salsipuedes?

   —Viviendo en Australia pudimos trabajar mucho en el campo con mi mujer, porque es un país que te da muchos beneficios si te radicás en la zona rural. Ahí adquirimos experiencia en el manejo de huertas y frutales y al regresar a la Argentina decidimos hacer un cambio rotundo en nuestra forma de vida. Por eso descartamos la idea de vivir en Buenos Aires y elegimos Salsipuedes, donde mi mujer tiene familia, y cerca de Córdoba capital, donde yo la tengo.

   Lo consideramos un lugar ideal para sostener nuestra idea de estar conectados con la tierra y también para esperar el nacimiento de Elian, nuestro primer hijo, que ya tiene un año y medio. Pero además necesitábamos una ciudad importante cerca para desarrollarnos profesionalmente (Pablo es licenciado en Comunicación, Leonela en Ciencias Políticas). Estamos muy felices en este lugar, fue una muy buena decisión.

Pablo con Elian en brazos, alimentando sus gallinas.

   —Es un lugar tranquilo...

   —Sí, y de difícil acceso, como bien lo sugiere su nombre. Aunque con el tiempo se ha convertido más en un gran barrio de las afueras de Córdoba capital, parte de una suerte de conurbano cordobés. Hoy Salsipuedes es en gran parte una ciudad-paraje: la gente trabaja en Córdoba pero viene a dormir al pueblo.

   —¿Cómo los afectó la llegada del coronavirus?

   —Córdoba fue de las primeras provincias del país en tener un caso positivo. Fue en Cerro Azul, un pueblito muy chiquito en medio de un valle, cuando dio positivo uno de sus habitantes, recién llegado de Europa. En Salsipuedes se mantiene un control estricto de la cuarentena, porque además tiene un gran supermercado-shopping al que viene gente de todos lados.

  —¿Les afectó mucho este aislamiento a ustedes?

   —En realidad no, por nuestro estilo de vida. Tenemos una casa con un gran patio donde cultivamos nuestra huerta, tenemos frutales y gallinas y mantenemos una red de contactos de gente que trabaja con alimentos agroecológicos. No tuvimos problemas con el confinamiento, más allá de que ha caído nuestro trabajo profesional. Después mantenemos un contacto fluido con nuestra familias en Bahía Blanca, nos acompañamos todo el tiempo.

Pablo, con Elian y Leonela durante una visita de Nora y Horacio, sus padres.

   —¿Tienen asistencia sanitaria en el pueblo?

   —No hay hospitales, sólo una sala médica. El hospital más cercano está en Unquillo pero por protocolo si hubiese un caso de coronavirus será derivado a Córdoba capital.

   —¿Notaron un cambio luego de lo ocurrido con el médico y el geriátrico?

   —No demasiado. Además las versiones sobre lo ocurrido son varias, al punto que no se puede determinar si el médico llevó el virus al geriátrico o si fue atendiendo en ese lugar que él se contagió. Pero los controles ya venían siendo estrictos y no cambiaron demasiado. Hay policías en el ingreso al pueblo y en los caminos vecinales, pero nuestra vida sigue el mismo ritmo.

  —Has viajado y vivido en varios países, ¿cómo pensás que puede impactar esta pandemia en el mundo?

   —No estoy seguro si habrá un antes o un después, pero es claro que todo evento de esta magnitud hace que una sociedad responda exacerbando sus propios elementos. Pienso que en la Argentina va a generar una sociedad más informatizada, que va a dejar el papel y la presencia física para pasar a una vida digital, a utilizar más la tecnología, con todo lo bueno y lo malo que eso puede significar, sumando tecnología pero también individualismo. En la edad Media las epidemias crearon una sociedad extremadamente religiosa. Hoy posiblemente la vuelva más digitalizada.

Pablo y Leonela en Japón, última escala antes de instalarse Salsipuedes

Detalles al pasar

   Hace unas semanas un tío de Pablo (hermano de su mamá, Nora), Luciano Vasallo, alcanzó notoriedad mediática al mostrar cómo, desde su casa en Lanús, enseñaba a la gente adulta a manejarse por internet para atender muchos de los trámites que hoy es arriesgado realizar de manera presencial.

   También un primo de Pablo, Martín Vasallo Argüello, extenista profesional,  viene desarrollado por Instagram una propuesta de actividad física con ejercicios adecuados para las personas mayores.

El nombre

   Si bien existen algunas versiones que difieren sobre el origen del nombre del pueblo, la más aceptada indica que un integrante de la nación comechingón secuestró a la esposa de otro. Ambos hombres se trabaron en lucha, venciendo el secuestrador y arrojando al río a su vencido mientras le gritaba "Sal si puedes”.

   Una localidad con el mismo nombre existe en la zona norte de Chile y también una isla volcánica en el golfo de California.